Glosario pochero

Amarrategui: aquel jugador que juega siempre a lo seguro, si es que en la pocha existe algo seguro.

Auditoría: los malos jugadores pretenden culpar al apuntador de su falta de pericia y utilizan la auditoría para revisar la cuenta de puntos.

¡Con lo bien que iba!: Frase de desaliento del mal pochero cuando comienzan a torcerse las cosas.

Dar la vuelta a la silla: Se une la acción al verbo cuando queremos cerrar una racha negativa. Muy recomendable para no caer en una espiral de fallos y obcecación.

Fallos múltiples: cuando un jugador decide “caerse” de dos o más fallos y provoca que algún otro jugador falle con él. También se produce de manera involuntaria a veces cuando se juega de manera caótica o arriesgada. Los que han visto la película “Lo que la pocha se llevó” recordarán la mítica frase: “A Dios pongo por testigo que no volveré a caerme sólo”.

Indias: aquellas rondas en la cual el jugador se pone la carta en la frente, de manera que pueda ver la carta de los demás, pero no la suya propia. Se podría hacer un tratado de psicología sobre estas rondas, tan sencillas y a la vez tan complejas.

Irse: Al fallar o achicarse, desprenderse de cartas que sean susceptibles de comerse futuros regalos.

Mover el árbol: arrastrar repetidas veces, para que se agoten los pintes en la mesa, con lo cual se suelen conseguir bazas que de otra manera serían imposibles. Mover el árbol también suele producir palos corridos, con el consiguiente regocijo general entre jugadores y público.

No juego con paquetes: frase de suficiencia de algunos jugadores, dando a entender que su nivel está muy por encima del de la chusma pochística. Pocos pueden pronunciar esta frase con fundamento. Quizás, a estas alturas, sólo el autor.

¡Otra vez me la han vuelto a meter!: Exclamación de rabia del jugador que una y otra vez se come el regalo. No es una frase de índole sexual en el contexto pochístico. A continuación se suelen proferir votos y juramentos de no volver a caerse sólo.

Pagano: Es el jugador que queda cuarto en una partida a más de 100 puntos del tercer jugador. No es una figura infrecuente y llena de escarnio y mofa al jugador en cuestión. Pero cuidado, quien más, quién menos, todos hemos rondado el paganismo alguna vez. Incluso Iván ha caído varias veces.

Palo corrido: Tener muchas cartas del mismo palo. Si este palo no es el pinte y estos se acaban existe el grave riesgo de comerse todo ese palo de manera unilateral e irreversible.

Pero… ¿cómo he podido comerme el 4 de bastos (otra vez)?: Pregunta retórica con la que el jugador de carácter llorón echa la culpa al empedrado en lugar de contar bien las cartas que quedan.

¡Pero mira que sois malos!: Exclamación con la que el jugador de carácter llorón pretende culpar al resto de jugadores de su propia incompetencia.

Pocha dinámica: La pocha en la que los jugadores apuestan y juegan de manera alegre y ágil, con lo que la pocha es mucho más divertida. Tendría que estar legislada la obligación universal de que las pochas sean dinámicas.

Pocha escotada: Aquella en la que una o más contendientes se presentan a la partida con escote con el fin último de distraernos y perjudicar nuestro apabullante juego. Mirar un escote es un acto reflejo totalmente inevitable e involuntario, por lo que recomendamos no sentarnos frente a la jugadora escotada. Si son dos las rivales escotadas, entonces nada se puede hacer, ya que forzosamente nos sentaremos frente a una de ellas o estaremos flanqueados. En este caso recomiendo disfrutar de la partida, ya que perderemos en cualquier caso.

Postre: El último jugador en pedir baza. No puede pedir el número que haga coincidir la suma con las bazas reales.

Provocar el caos: jugar de manera arriesgada o poco convencional buscando los fallos múltiples. El pochero maestro en estas lides, como el autor, suele comenzar la ronda exclamando: “Acepta este sacrificio, ¡oh, señor del caos!”.

¡Pues no te equivoques!: Frase de ira con la que el bueno de Fernando reprochó un semirenuncio.

Regalo preventivo: cuando un jugador, previendo futuras bazas regaladas, decide jugar una carta baja de un palo del cual también tiene el as e incluso el tres, para que se la “coma” otro jugador que quizás no contaba con ella. Es más espectacular cuanto más baja es la carta comedora.

Sacar el remo: tener intención de remontar una partida de pocha que se muestra adversa. Hay auténticos especialistas en remar con altas posibilidades de éxito. Esta frase se suele decir al tiempo que se da la vuelta a la silla, intentando que la esquiva diosa fortuna sea propicia a partir de ese momento.

¡Todas mías!: Exclamación generalmente de gozo que un jugador exclama al tiempo que arroja sus cartas sobre la mesa, dando a entender que el resto de bazas son suyas, para desesperación de uno o varios de sus rivales. La equivocación en este lance supone el temido renuncio.

Todos al hoyo: Se dice cuando en una ronda fallan todos los jugadores. El que va en cabeza es, a priori, el más beneficiado.