Músicos y cantantes

La orquesta en la ópera básicamente adquiere un papel de acompañante de los cantantes. Los músicos que la constituyen se sitúan en el foso de la orquesta, donde permanecen desde el principio al final del espectáculo para no bloquear la vista y la audición de los espectadores. El director de orquesta sobresale de debajo del escenario, de manera que puede hacer indicaciones a los músicos que permanecen en el foso, y a los cantantes que están en escena.

El director de orquesta no sólo mantiene el tiempo de la pieza musical e indica las entradas de los cantantes e instrumentos, sino que interpreta la partitura, manteniéndose fiel al espíritu original de la obra, dando a la vez una versión personal.

Otra figura imprescindible es el director de escena que dirige toda la producción y da unidad estética a la ópera. Durante la representación no interviene, pero en los ensayos determina toda la acción de los cantantes para hacer más creible el argumento. En la actualidad los directores de escena tienden a descontextualizar las óperas cambiando el lugar y la época de las versiones originales. Estas visiones atrevidas desvelan la universalidad de las historias que se cuentan pero también son objeto de polémica.

Antes de salir a escena los cantantes se caracterizan como los personajes que van a interpretar y preparan sus voces en los camerinos. Mediante la vocalización, que consiste en ejercicios vocales que se realizan acompañados de un piano, calientan y ponen a punto sus voces.

Cada vez es más habitual asignar los personajes de las óperas según el aspecto físico de los cantantes. Sin embargo lo más importante son sus características vocales, ya que los compositores crean los distintos papeles para voces concretas. Además, el vestuario y el maquillaje hacen verdaderos milagros, que consiguen transformar a una soprano madura en una jovencita inocente o a un tenor con sobrepeso en un grácil mancebo.

En el canto existen muchos tipos de clasificaciones vocales, pero lo más frecuente es diferenciar entre la voz blanca infantil y la voz de adulto femenina y masculina. Las voces blancas se dividen en voces agudas, medias y graves como las voces femeninas. Las mujeres pueden ser, de voz más aguda a más grave, sopranos, mezzosopranos y contraltos, mientras que los hombres generalmente son tenores, barítonos y bajos. Esta clasificación se realiza en función de la tesitura de cada voz. El término tesitura se refiere a la parte del registro o extensión total de una voz en el que se produce la mejor calidad sonora y que por tanto se usa más frecuentemente.

Aparte de la clasificación básica de la voz, existen otras subdivisiones y tipos de voces:

La voz de soprano más aguda es la soprano ligera que cuenta con un timbre muy brillante y penetrante y está especialmente dotada para hacer adornos y agilidades. Gilda de Rigoletto es una típica soprano ligera.

Foto de soprano caracterizada como Brunilda de El anillo del NIbelungo de Wagner. Bayeruth, 1876

 

Libreto de Nabucco de Verdi, 1923 

La soprano lírica  es muy parecida a la anterior pero se diferencia en que  tiene menos agudos pero es una voz más redonda y expresiva. También se da frecuentemente un tipo mixto conocido como soprano lírica ligera, que tiene un cuerpo de voz de lírica y agudos de ligera.

La voz más grave de esta cuerda es la soprano dramática, una voz muy poderosa con un timbre más oscuro y pesado que la lírica. Es la voz de soprano característica de las óperas de Wagner. Isolda de Tristán e Isolda es un buen ejemplo.

El término de coloratura se emplea en las sopranos para designar su habilidad para realizar notas muy rápidas o adornos dentro de su tesitura, por lo que podemos encontrar ligeras de coloratura, líricas de coloratura, etc.

Entre los tenores también existen los ligeros, líricos y dramáticos (tenor di forza). Al igual que en las sopranos el ligero es el más agudo y el dramático el más grave. El duque de Mantua de la ópera Rigoletto de Verdi representa a la perfección la voz y el carácter típico de tenor ligero. Alfredo Germont de La Traviata es un tenor lírico.

Cartel de Aida de Verdi. Parma, 1872

Otra tipo de voz aguda masculina es el tenor spinto, más heroica que el lírico pero sin llegar a tener la anchura de un dramático. Manrico de El trovador de Verdi es un papel típico de spinto.

Las óperas de Wagner son interpretadas por tenores dramáticos conocidos como heldentenor,que deben tener una voz poderosa y oscura para poder afrontar óperas muy largas que exigen gran resitencia vocal.

Las sopranos y los tenores suelen representar los papeles protagonistas en las óperas. Tradicionalmente son los cantantes más reconocidos, que cobran los cachés más elevados, y que en ocasiones responden al prototipo de divo. La espectacularidad de los agudos y sobreagudos son un gran reclamo para el público.

Las voces medias de mezzosoprano y barítono suelen interpretar papeles secundarios de carácter como la bruja Azucena de El trovador o el bufón Rigoletto de Verdi. Los barítonos dramáticos alemanes se suelen denominar heldenbaritones destacando entre ellos Wotan, el rey de los dioses de El anillo del Nibelungo.

Planta del teatro de La Scala de Milán

      

Los bajos cantan las notas más graves que la voz humana puede emitir, están en el extremo opuesto de las sopranos ligeras. Es una voz fuerte, rotunda y atronadora que emite sonidos que resuenan profundamente. Los personajes más solemnes de las óperas como reyes y sacerdotes se suelen reservar para esta voz. El rey Felipe II de Don Carlo de Verdi está interpretado por un bajo. Dentro de esta voz es muy apreciado por su escasez el bajo profundo.

La voz de contralto destaca por su timbre profundo y grave. En sus notas más graves suena como una voz masculina. La bruja Ulrica de Un baile de máscaras de verdi o la diosa Erda de El anillo del nibelungo de Wagner son papeles de contralto de gran intensidad y dramatismo.

Una de las voces más originales y complejas que aún no hemos mencionado es la de contratenor. Es la voz más aguda de las voces masculinas que suena practicamente igual que la de una soprano pero con mayor potencia. En el barroco esta voz se perpetuaba mediante la castración de los niños que destacaban por sus dotes vocales al llegar a la pubertad, eran los conocidos como castrati.

La clasificación de la voz es algo relativo ya que la voz sufre muchas modificaciones según va madurando y adquieriendo técnica vocal. Es frecuente que los cantantes no se ajustan exactamente a las clasificaciones más habituales ya que cada voz es un instrumento único. Según el tipo de voz que tenga el cantante podrá abordar diferentes repertorios, teniendo siempre en cuenta las obras y estilos que se adapten mejor a sus características vocales.