Muchas personas sufren de miedo o temor de hablar en público. En ese temor se pueden esconder diferentes obstáculos para practicar la sana comunicación como lo podrían ser los prejuicios, complejos, traumas, envidias, egoísmo y la venganza. Entre muchos otros.
Disfrazando ese miedo con múltiples excusas: "...no es lo mío...", "...no es importante...", "…prefiero aprender otro idioma..." entre otras y ese miedo se refleja al hablar: tiemblan o sudan las manos, desordenes estomacales, sudor en frio, se olvida el mensaje a transmitir, tiemblan las piernas, hay quienes padecen descompensaciones y mareos también el individuo puede volver cortante, distante o padecer ostracismo.
Algunas se les olvida o simplemente no saben que decir; al confundir las ideas no hay orden ni estructura, el mensaje se vuelve confuso y la comunicación personal deficiente.
Pero... y...¿cómo vencer el miedo?
Hay muchas teorías y falsas recomendaciones como por ejemplo, no confrontar al público y centrar la mirada fuera del campo visual, hace poco escuche: apretar un lápiz o una pluma; nosotros jamas vamos a recomendar eso.
Creo que la mejor manera es la comprensión y aceptación del temor como primer paso; segundo, apoyarse en un profesional; tercero, educarnos al respecto; cuarto, aceptar el reto; y quinto, establecer una metodología con protocolo que se adecue a la persona como podría ser la confrontación al detonante, las aproximaciones o la reconfiguración del esquema...
También creo que uno de los detonantes que disparan el miedo es, entre otros y por ejemplo, los prejuicios. El temor al que dirán conlleva al auto sufrimiento. Aprender a dejar de hacerlo es reeducarnos, dejar de ver esos fantasmas. Hay quienes recomiendan reírse de uno mismo antes que los demás lo hagan de nosotros. Esto es muy cuestionable porque aceptarse y valorarse no significa burlarse pero si permite que la opinión de los demás puedan tener de nosotros no nos afecte.
Regresando un poco y sin ir más lejos. El miedo o el temor paraliza y es una barrera a vencer. Muchas personas creen que teniendo la práctica frecuente del hablarle a un público, ya saben hacerlo, pero cuando aplicamos una evaluación de su desempeño vemos que carecen en muchas ocasiones de los conocimiento básicos.
Hablar en público y la oratoria también se aprenden y no son exclusivo de comunicadores, locutores o políticos todos deberíamos prepararnos para ello y así mejorar nuestra comunicación personal.
Por eso es importante conocer técnicas y herramientas para el control del miedo, el temor o la incertidumbre, aprender a manejar el llamado miedo escénico, la glosofobia o la fobia social de la cual ya tendremos oportunidad de hablar.
Igual de importante es educarnos en el uso del habla oral. Aprender a cuidar y educar la voz, la dicción, el volumen, tono y timbre. Saber la importancia y relación que tienen la respiración y el ritmo al hablar o al leer en voz alta. Aprender a estructurar ideas y transmitirlas con claridad, seguridad y confianza.
Todo esto no es exclusivo de artistas, cantantes, políticos o declamadores. No, no lo es. Es algo que se debe enseñar en las escuelas y que todos deberíamos desarrollar.
Uno es lo que dice, también cómo lo dice, es un reflejo de lo que somos y se nota en las muletillas, tonos, modos geográficos o en aparentes códigos, palabras o frases adoptadas, cuando en realidad deberíamos desarrollar el estilo propio o auténtico. Aprender a hablar es una obligación social y personal.
Ahkin
Instructor de Oratoria
ahkin.luciano@gmail.com
D.R. México, septiembre 2016
D. R. México, diciembre 2022
Próximamente:
Certamen de Oratoria Escolar. Ahkin. Comunicación Humana. 2023