Historia y datos del cantón de San Ramón

Mediante decreto ejecutivo N° 12 del 1° de agosto de 1854, se erigió en pueblo la Aldea de San Ramón de los Palmares. Durante la administración de don Juan Rafael Mora Porras, el 21 de agosto de 1856 por ley N°2, se le otorgó el titulo de villa a esta población, cabecera del nuevo cantón creado en esa oportunidad.

Posteriormente, el 1° de agosto de 1902, durante el gobierno don Asención Esquivel Ibarra, se decretó la ley N°58, que le confirió a la villa la categoría de ciudad.

En 1916, los vecinos de los cantones de San Ramón, Palmares, San Carlos y Alfaro Ruíz, procuraron la creación de la provincia de San Ramón. Fue así como se convocó a los vecinos de esas comunidades a un plebiscito, resultando favorable. Sin embargo, este proyecto no se concretó.

El origen del nombre del cantón se remonta al establecimiento de la aldea a mediados del siglo XIX, cuando los señores Ramón Solís y Ramón Rodríguez, con el consentimiento de sus compañeros, pusieron dicha aldea bajo protección de San Ramón, nombre que se mantuvo cuando se eligió el poblado y se conservó al constituirse el cantón.

Desde 1844, año de la fundación del poblado de San Ramón de los Palmares, en las cabeceras del Río Grande, hasta 1944, cuando en plena Segunda Guerra Mundial se abrió el tramo de la carretera interamericana que acabó con el aislamiento de esa comunidad, se vivió allí un proceso interesante que arrancó con el arribo de un grupo de pioneros que llegaron buscando la tierra prometida y encontraron en esa fértil región, el alimento y el techo que sus familias requerían.

La nueva comunidad fue recibiendo el aporte generoso poco a poco de valiosos intelectuales, que llegaron a residir en San Ramón, aportando elementos que fueron utilizados a plenitud por aquel puñado de costarricenses aislados entre montañas, hasta crear una cultura propia, que aún en nuestros días asombra por la fuerza y la calidad de sus resultados.

La llegada en 1870, del ilustre intelectual y político, el Lic. Julián Volio Llorente, quien fue exiliado por sus ideas políticas en la entonces remota ciudad de San Ramón, fue la culminación de ese proceso. El Lic. Julián Volio era considerado el hombre más culto con que contaba la joven República de Costa Rica, y su llegada a San Ramón dió un impulso al proceso cultural ya iniciado.

Poetas, escultores, políticos y maestros de los buenos. La lista es larga y los nombres que contiene son sobresalientes en nuestra historia. A tal punto llegó la importancia del cantón de San Ramón en la vida nacional, que si no es por el golpe de estado de Federico Tinoco, en 1917, se habría convertido en octava provincia.

Una de las características principales de los ramonenses ha sido mantener el orgullo de ser miembro de nuestra comunidad, transmitirlo a nuestros hijos y dejar constancia para la historia.