Una mayor implicación, compromiso y disponibilidad, por parte de los adultos (padres, educadores, familia salesiana…) y de los jóvenes (animadores del C.J y de los Grupos de Fe) como primeros evangelizadores de los jóvenes.
Tener una mejor comunicación, un mayor conocimiento mutuo y una mejor eficacia pastoral entre los grupos de la casa.
Hacer descubrir a nuestros destinatarios todas las posibilidades de implicarse en la Casa Salesiana (AA.AA, Hermandades, ADMA, Cooperadores, Madres Dinámicas…).
La formación específica, diversificada y sacramental para cada grupo, privilegiando el sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía dominical, que nos convierta a todos en verdaderos agentes de pastoral cristianos y salesianos
El cuidado de la orientación vocacional.
No olvidar que la evangelización es lo más importante dentro de las múltiples actividades y líneas de trabajo que se llevan adelante.