Iván. Alumno. Año 2019. MALTA
En estos tres meses que he estado en Malta he podido comprobar, lo primero es que hay más gente de fuera que del propio país lo que lo hace muy bueno para practicar el inglés y segundo, que la forma de vida es bastante similar a la de España, pues la gente aquí, suele estar prácticamente todo el día fuera de casa… los parques se abarrotan con niños y padres, las cafeterías están llenas y las playas a rebosar. Las playas que yo vi, no son del tipo de playa de arena como a las que estamos acostumbrados en España, son más bien rocosas, pero aun así tienen su encanto. Aunque también hay alguna que otra de arena.
En La Valleta, la capital de Malta, todos los años sobre finales de septiembre y primeros de octubre se celebra lo que ellos llaman la “Notte Bianca” y es que, los museos y el fuerte son más baratos o incluso gratis en la mayoría de ellos, los comercios cierran más tarde y hay escenarios con conciertos por todos lados, prácticamente en cada espacio amplio que hubiera, ahí… había un concierto. Un evento muy recomendable.
Otro evento que se celebra también, pero esta vez en la ciudad de Birgu, es el “Birgu Fest” y es que hay un concierto en el centro de la ciudad, los museos y el fuerte también son más baratos, pero lo más atractivo a la par que llamativo de este festival, es que cuando se pone el sol, las calles son iluminadas con velas, lo cual hace que la estampa sea casi inmejorable. Además, a esta ciudad puedes ir en una pequeña barquita desde Valleta por tan solo 2 eurillos, que merece la pena invertirlos.
Otra ciudad que también hay que visitar (y así ya para finalizar en el tema de ciudades), es la ciudad de Mdina, que una ciudad medieval muy bonita, la cual está dentro de una muralla que rodea la ciudad por completo. Muy bonita y, por tanto, imprescindible ir a visitarla si viajas a Malta.
Por hablar de sus gentes, son personas con una forma de ser muy similar a la española, también amables y simpáticos a la hora de tratar con ellos (al menos con los que yo me he cruzado), pero eso sí, hay que mirar al menos dos veces a la hora de cruzar la calle, ya que conducen como locos, pero aun así y todo parece que controlan del tema porque yo no vi ningún accidente ni percance. Seguramente me haya dejado cosas por comentar y sitios por visitar, pero no descarto volver algún verano a modo visita para saludar a los compañeros de las practicas, que la verdad es que no me puedo quejar de ellos (más salaos que la mar).
Y por ponerle alguna pega al país, he de decir que las carreteras y acerado están en bastante mal estado, lo que hace que para las personas en silla de ruedas o con movilidad reducida les sea muy complicado valerse por ellos mismos. Y que el país en sí es un poco pequeño, pero por demás creo que es bastante recomendable para venir a pasar aquí unos días para desconectar.
En resumen, al comienzo del todo se me hizo un poco duro el cambio, pero poco a poco me fue acomodando al país y al final fue todo sobre ruedas y creo que solo tengo palabras de agradecimiento, tanto para el país como para la gente.
PD: no te puedes ir de Malta sin probar sus famosos pastizzi.