Ya no sorprenden las imágenes de playas llenas de desperdicios, animales atrapados en anillas, incluso que las piezas que comemos vengan con el estómago lleno de plásticos. Lo que es posible que no sepas es que hay tanto plástico en el mar, que incluso se han formado 5 descomunales islas en los 5 grandes giros oceánicos que se producen en el planeta (actualmente encontramos 7 islas, pero destacan 5).
Los conocidos como cinco grandes giros subtropicales son los remolinos producidos por la acción rotatoria de la tierra y las corrientes de agua que generan los vientos que se mueven de los propios en las zonas polares, las cuales, como hemos explicado, actúan como Cintos Transportadores a los que además de viajar energías y nutrientes al agua, también viajan los plásticos que pasen de las costas a las lejanas aguas donde se están formando estas islas.
En conjunto, las 5 grandes islas de plástico contienen más de 5 billones de peces de plástico, que pesarían casi 270.000 tonos.
Las cinco islas de plástico más grandes del mundo coinciden con los principales vórtices oceánicos: ambos del Pacífico, ambos del Atlántico y el del Índico.
Estas islas son del tamaño de Estados Unidos y Europa, que no paren de crecer, porque cada año se lanzan a los océanos más de 8 millones de tonos de plástico.
El mayor es la del Pacífico Norte, y se calcula que reúne a más de 2 billones de peces de plástico, y que se estén en una superficie del tamaño aproximado de 3 veces Francia.
También se conocen islas de plástico en otros mares del planeta, como el Mediterráneo o el Caribe, aunque son mucho más pequeños y dispersos que los anteriores.
El 10 de enero de 1992, cerca de la línea internacional del cambio de fecha, el Ever Laurel, un carguero que cubría la ruta entre Hong Kong y Tacoma (Washington), perdió doce contenedores de doce metros de largo medio del océano Pacífico. Uno de los contenedores llevaba 28.800 juguetes de plástico. Castores rojos, ranos verdes, tortugas azules y, sobre todo, patitos amarillos quedarán a la deriva en alta mar.
Se necesitó que el contenedor se abre (por los choques con otros contenedores) y que las cajas de cartón individuales, los juguetes, se degradaran rápidamente en agua salada. Con esto empezó un experimento natural que duró más de 15 años y nos ha ayudado a entender radicalmente novedosa las dinámicas de las superficies oceánicas.
Diez meses después del incidente, diez de estos juguetes aparecerán en una playa de Sitka (Alaska) a 3.200 kilómetros de distancia del lugar donde el Ever Laurel había perdido los contenedores. El 28 de noviembre, doce días después del primer avistamiento, se encontraron otros 20 y, en los meses siguientes, encontraron otros 400 solo en Alaska.
Los investigadores acertaron prediciendo que los patos llegarían a los costes de Washington en 1996. Sin embargo, lo sorprendente no fue eso. Los modelos decían que un buen nombre de patos debían haber puesto rumbo en el estrecho de Bering y que, entre julio y diciembre del 2003, llegarían al Atlántico norte.
De este desastre consiguieron crear unos sistemas de simulación de corrientes oceánicas superficiales utilizando las presiones atmosféricas para predecir las dinámicas del mar. Sistemas que sirven para ayudar a los barcos pesqueros a elegir caladeros y diseñar viajes largos, pero también ha demostrado su utilidad para encontrar restos de naufragios, objetos perdidos en alta mar y las enormes islas de plásticos formadas a consecuencia de todo el consumo y producción descontrolados.