QUARTO GIORNO





Parlo e parlo, [...] ma l'ascoltatore conserva solo le parole che si aspetta. [...] Non è la voce che dirige il racconto, è l'orecchio. Marco Polo

Hablo y hablo, [...] pero el oyente retiene solo las palabras que espera. [...] No es la voz la que dirige la historia, es el oído.

La Inmaculada nos regala un día festivo que aprovechamos para ir a Venecia.

No hay soporte, ni tradicional, ni virtual suficiente para recoger nuestras impresiones.

No obstante, queremos que al menos las imágenes hablen por nosotras, ya que la emoción dificulta la expresión.

Pero más allá de lo obvio, una recomendación. Caminar desde San Marcos hasta la librería Acqua Alta, donde los libros nos invitan con sus hojas rezumando el salitre del Adriático a recorrer el dédalo de estanterías arracimadas que la cubren y se escapan al canal por una góndola que sirve al lector viajero para reposar.

Después, con el alma en un Do de pecho, llegamos a la Fenice: Rossini, Verdi, Callas, Pavarotti nos inspiran en el recibidor iluminado con lámparas de Murano.