PRIMO GIORNO

La avenida de Rimembranze alfombrada con los colores del otoño nos acerca al Liceo Muratori San Carlo donde nos esperaban la directora Giovanna Morini y la coordinadora Erasmus+ Paola Baldari, para darnos una afectuosa bienvenida.

Coincidimos con dos profesores de las Azores y entre todos intercambiamos las peculiaridades propias de cada sistema educativo.

"E questa è una scuola italiana"

Sí, compañeros, así parecen y así son las clases. La diferencia más notable está en el número de alumnos por clase (sin pasar de 22) y en que permanecen en los liceos hasta los 19 años. El clima de las clases es de madurez, libertad, los "giovinetti" toman apuntes en sus ordenadores, tablets, móviles e incluso en los decimonónicos cuadernos de hojas obsoletas.

Disfrutamos de una clase en inglés sobre distopías, otra sobre La tempestad del bardo de Albión y de una clase en italiano sobre las vanguardias a través de un texto de Luigi Pirandello y cómo se imbrican en la música de Jim Morrison de los 60.

Nuestra presidenta, así llaman a los directores en la bota, estuvo en dos clase de mates, con los de 15 años trabajando sistemas de ecuaciones y con los preuniversitarios, límites de funciones.

Durante la mañana las reporteras del blog del Liceo, Frida y Alice, nos hicieron una entrevista sobre dónde se encuentra nuestro centro, nuestras expectativas, las diferencias entre sistemas educativos y nos emplazaron para el viernes y así recoger la experiencia obtenida. No os preocupéis, subiremos el enlace.

Rigatoni pesto rosso e ricotta

Una manera perfecta de cocinar la pasta al dente y nuevos sabores con los que también recorremos Italia.

Una vez alimentado el cuerpo, echamos a andar por Módena para alimentar el espíritu y apareció ante nosotras el Duomo con su enhiesta ghirlandina.

Aprovechamos el regalo del Liceo Muratori y veloces como Ferraris visitamos el Museo de D. Enzo. Saliendo de boxes, seguimos caminando por la ciudad engalanada con las luces navideñas que a esa hora, las 6, servían de guía en la nocturna Módena, y así descubrimos el teatro de Pavarotti y Freni, la iglesia de San Francisco con su espectacular descendimiento y por último, y antes de recogernos, descansamos en un pícolo café para reposar la belleza contemplada y dar tiempo a la hermosura de esta ciudad.