Lo que más me ha llamado la atención en este curso es cómo la filosofía, aunque a veces trate temas muy abstractos, tiene un montón de cosas que nos ayudan a entender mejor el mundo en el que vivimos hoy. Como ahora el dualismo de Platón, sobre todo la idea del mundo sensible y el mundo suprasensible que aparece en su alegoría de la caverna. En la historia, Platón nos habla de cómo vivimos atrapados en una especie de sombras, viendo solo una parte de la realidad, mientras que hay algo mucho más real fuera de la cueva. Esto me recordó a cómo, en la actualidad, vivimos rodeados de tecnología y redes sociales que a veces distorsionan lo que realmente es, así se hace cada vez más difícil saber qué es real y qué no lo es.
(Caverna (Platón), s. f.)
(Qué es la realidad en filosofía, 2022)
Basándonos en esto podríamos preguntarnos ahora ¿Qué es real? Entre los diferentes filósofos hay distintas realidades, que lo que crean es que haya muchos puntos de vista. Para Platón hay dos mundos; para Aristóteles la realidad se busca a través de la razón, mientras que Heráclito decía que todo está en constante cambio, que "nada es permanente, excepto el cambio". Por otro lado, Descartes también aporta otra visión sobre la realidad. Él comenzó su reflexión con la famosa frase "Pienso, luego existo", lo que significa que, para él, la única certeza que tenemos de la realidad es nuestra propia conciencia. Entonces, ¿qué es la realidad para mí? Pues todavía no lo sé, podría decirse que es un interrogante que me ha aparecido dentro de mi cabeza, que no sé si llegaré a contestarlo algún día.
Otro aspecto que me ha despertado interés es la potencia y el acto de Aristóteles. Él dice que todos somos algo en acto y que también somos potencialmente otra cosa, esto me dice que somos dos cosas a la vez, lo que somos y lo que seremos. La duda que me crea es si todos estamos predeterminados a ser algo en potencia. Sé que todos estamos determinados a hacernos mayores, pero más allá de eso, ¿realmente estamos destinados a llegar a algo en específico?
A veces me pregunto si tenemos un camino fijo que debemos seguir o si podemos elegir cómo desarrollarnos y crecer. Si todo está en potencia, ¿hasta qué punto depende de nosotros mismos alcanzar ese “acto” o simplemente llegamos de forma natural? Por ejemplo, las experiencias de vida, las decisiones que tomamos y las personas con las que nos rodeamos y conocemos, ¿tienen el poder de transformar nuestra potencia? O, a lo mejor, ¿es el entorno o el destino el que define lo que seremos al final? Creo que es importante tener claro lo que queremos llegar a ser para que el camino hasta el destino sea más ameno y motivador.
Este primer trimestre me ha creado una serie de dudas que espero y deseo poder contestar en un futuro, y si por alguna razón no las contesto, igualmente estaré satisfecho, ya que estoy contento de haber llegado hasta ellas a través del razonamiento.