Las indicaciones de Santa María de Eunate dirigían al agente a Santa María la Redonda de Logroño. Allí se suponía que, sobre las 13:00 h, frente a la Concatedral debería haber alguien que reaccionara al escuchar “¿Dónde puedo tomar un vino de Santiago? y que esa era la clave.
Eran la hora indicada de un día soleado, el agente raudo se dirigía al punto clave. En aquella plaza había muchas personas, pero la intuición dirigió al agente a una mujer de negro.
-Disculpe, quería saber “¿Dónde puedo tomar un vino de Santiago?”, ¿me podría ayudar? -el agente preguntó con una sonrisa.
Las pupilas de la mujer se dilataron, se veía nerviosa. Tras casi un minuto sin soltar palabra y varias miradas de arriba abajo, se dispuso a hablar.
-Si te parece bien, te acompañaré a ese bar, que es en el único lugar en el que lo venden.
El agente accedió.
-Siéntese en el taburete, por favor -indicó el camarero mientras limpiaba con su bayeta maloliente el trozo de barra una y otra vez como si quisiera pulirla.
Continuó.
-Mire, aquí ya no tenemos esto, ¿me entiende?. Mi amigo de toda la vida era el gerente de este restaurante. Un día, sin más, dos trastornados, le dieron una paliza aquí mismo; entre golpe y golpe le pedían que le diera una página… Fue una pesadilla hasta que entre los camareros y algunos clientes se los quitamos de encima. Fue su último día aquí. Ahora está trabajando como guía turístico en las bodegas del Marqués de Riscal. Él lo último que me dijo antes de marchar fue que si alguien preguntara por “¿Dónde puedo tomar un vino de Santiago?” que lo mandase allí. No he vuelto a hablar con él y hace cinco meses ya de eso. Mire, no sé qué chanchullos tiene él, pero aquí no queremos más problemas. Por favor, ya que sabe esto, váyase ya, se lo ruego -el camarero agachó la cabeza y se marchó.
Seguidamente el agente se dispuso a marchar hacia las bodegas. En este día soleado, y ya fuera del Camino Francés, el silencio de aquel camino le hizo pensar de nuevo en la agresión que sufrió en el albergue… Quién sería esa persona, qué querría.
La impresionante imagen del hotel de la bodega hacía de aquella aproximación una delicia para los sentidos. Allí el agente se acercó a una guía a preguntar por Antonio. Esta lo envió a la bodega.
Tras un rato esperando se acercó un hombre de mediana edad con media sonrisa evaluando al agente mientras se acercaba.
Buenas tardes, soy el guía de las bodegas, ¿qué desea? -a esto el agente le contestó que le enviaban del restaurante de la plaza. La cara del guía cambió.
¿Qué buscas, quién eres? -preguntó el guía sin mediar palabra justo al salir.
Busco las páginas perdidas del Códice. Sigo las pautas de la Orden -replicó el agente.
Las preguntas se alargaron durante bastante tiempo, el guía quería asegurarse de que su intención era buena. El agente le preguntó que por qué tanta pregunta, en las anteriores había sido más natural, que lo resolverían niños, que no se preocupara. Antonio le contó que la “Orden Negra” se había activado.
-Esta gente busca lo contrario a vosotros y están dispuestos a todo, yo en tu caso tendría cuidado, no repararán en nada con el objeto de hacerse con las páginas. Yo he tenido que ocultarme aquí, son muy peligrosos.
En esos momentos el agente ya entendió todo. El guía, más tranquilo, le llevó a un lugar donde mostrar las pruebas, y superadas estas retomamos el Camino Francés en Santo Domingo de la Calzada. El próximo objetivo sería el Arco de Santa María de Burgos.
El guía comenzó a hablar:
-Observa este edificio, el lugar donde se ubicaba la antigua bodega, donde se guardaba el vino de Santiago. Este edificio tan singular y espectacular, que no pasa desapercibido, es reconocido mundialmente por sus formas sinuosas y su arquitectura.
Teniendo en cuenta la gran importancia que tiene en esta etapa la bodega, donde se guardaba el vino de Santiago, el primer reto estuvo relacionado con las formas del edificio nuevo de las Bodegas de Marqués de Riscal. En un primer momento se les realizó a los alumnos una serie de preguntas sobre la obra, y su arquitecto, para así ampliar su cultura y conocimientos sobre arte y arquitectura.
Y, posteriormente, llevaron a cabo un experimento matemático con cartulina e hilos, que les permitió pasar de figuras en 2D a figuras de 3D, aprendiendo con ello la construcción de prismas. Esto les ayudó a poder enfrentarse a la siguiente pregunta, sobre volumen y área de un prisma, que sabiendo (gracias al experimento) que se construye con la base de una figura regular y su altura no mostraron dificultad.
En este punto, el AgenteX, les envía un mensaje:
“Habéis conseguido la primera parte de este reto… Os hago llegar una botella de “vino de Santiago”, con el vino que se utilizaba en los ritos cristianos de la época. En ella observáis dos pegatinas, una es la denominación de origen de la bodega, y la otra es el símbolo que se utilizaba en los pueblos cercanos para representar en la mayoría de los retablos de las ermitas e iglesias, el misterio de la Santísima Trinidad…”
A partir de aquí, se les pidió que despegasen la etiqueta, la recortaran, la pegasen y formaran la figura en 3D (tetraedro); se le realizaron una serie de preguntas básicas sobre la misma, para después trabajar la figura con planos, paralelos a sus caras o perpendiculares seccionando la figura, para intentar ver qué tipo de figuras se generan con sus cortes.
El AgenteX, les mandó un mensaje con lo que le cuenta el guía de las bodegas:
“Por todos es sabido, que en la religión cristiana, el vino juega un papel muy importante, siguiendo la tradición judaica, pero intensificando su función en la liturgia cristiana. El vino que tradicionalmente se utilizaba, en la mayoría de los ritos cristianos de la zona resulta que era el vino de Santiago, que se cultivaba desde hace siglos en estas Bodegas, y se guardaba en sus barricas.
En este punto, los alumnos y alumnas comienzaron a desarrollar el siguiente reto:
En Arquitectura y en Arte tan importante como las formas son los volúmenes. Si el cuerpo en cuestión es regular, su volumen se obtiene a partir de sus dimensiones, pero si es irregular, ¿cómo se hace?
El alumnado tuvo que averiguar el volumen de dos cuerpos irregulares. Primero discutieron y analizaron la forma de hacerlo, describiendo, a continuación, detalladamente el procedimiento (debía basarse en el Principio de Arquímedes) y recogiendo los resultados, que debían estar expresados en las unidades adecuadas.