La página siguiente, según el guía, se suponía en Burgos. El miedo a cruzarse con la “Orden Negra” estuvo constante en toda la caminata. Cada vez que algún peregrino se acercaba a él, comenzaban las dudas sobre si las intenciones eran buenas o malas. Lo de la orden maléfica parecía verdad, pero por otro lado, parecía una paranoia del “Guía” derivada del ataque que sufrió en Logroño, ya que ningún otro fraile de la “Orden de Iacobi” se lo había referido. Hasta cierto punto, esto aliviaba el miedo a encontrarse con ellos.
El agente se adhirió a un grupo de peregrinos, le hacía sentirse más seguro, el miedo estaba ahí. A unos 5 km de la ciudad, el grupo con el que se encontraba caminando decidió parar en un bar para descansar. El agente aprovechó para ir al baño, le tocó esperar bastante. A la salida, el grupo ya se había marchado. Rápidamente, se dirigió a la calle para intentar unirse, pero ya no se veían.
El agente optó por seguir en solitario. Poco a poco el miedo empezó a apoderarse de él. Tras unos minutos de agobio, se dio cuenta de que otro peregrino iba detrás de él, decidió ralentizar la marcha para esperarlo y mitigar su miedo con la compañía. Cuando ya estaba a unos 50 metros, el corazón del agente empezó a latir con mayor intensidad. Parecía la misma persona que le agredió. No le quedaba otra que empezar a andar más deprisa, pero el peregrino también aceleraba el paso. Era el momento de correr, aprovechando una curva en la que no se veía al peregrino, el agente corrió barranca abajo para esconderse entre la maleza. Por suerte, el peregrino siguió el camino. El agente esperó un buen rato escondido, hasta que escuchó el ruido de una pick-up y alegando que una lesión en el gemelo le impedía caminar, lo llevaron a Burgos. Lo dejaron en el puente que accedía a una puerta de la muralla de Burgos, el Arco de Santa María. Allí, se suponía que estaba el contacto.
En el Arco estaba esperando un señor con camisa de manga corta, que rápidamente se acercó al agente.
-Buenas, ¿qué tal el camino? Creo que estás buscando algo.
-¿Cómo me has reconocido?
-Los compañeros me han puesto sobre aviso. Sabemos que ya eres de confianza. Vamos a la zona de la Catedral. Allí serán las pruebas
Una vez relajado el agente, se dirigieron, caminando, a la zona de la Catedral.
En Burgos, el contacto le entregó dos frascos con sustancias que deberían ser agua y óleo santo, pero los recipientes no indicaban lo que contenían. Era necesario entregar el frasco de óleo en Burgos para obtener las indicaciones necesarias para conseguir la página y después de lo que estaba averiguando sobre el peligro que corría su integridad podía esperar cualquier cosa, incluyendo la utilización de algún veneno mezclado con las sustancias de los frascos.
Por tanto, debía averiguar qué sustancia era agua y cuál era aceite. Por ello, decidió enviar la información, pero, en este caso, el alumnado no podía hacer las investigaciones basándose en el color, porque las dos sustancias eran prácticamente iguales; tampoco por el olor, ya que carecían de aroma, o al menos, no era apreciables y, por supuesto, no las iban a probar para diferenciarlas por el sabor, por si estaban adulteradas o contenían algún veneno añadido.
Se hacía necesario, por tanto, hacer uso de los conocimientos en Química y, como sabían que la densidad es una propiedad característica de la materia y que, por tanto, si pudieran determinar su valor para cada sustancia serían capaces de diferenciarlas, procedieron a ello.
Así que se pusieron manos a la obra y, utilizando el material adecuado, midieron la masa y el volumen de los líquidos, para calcular después la densidad, pudiendo, de esta manera, conocer qué sustancia era el óleo y cuál el agua.
Comunicaron los resultados al AgenteX, y comienzó la siguiente parte del reto, que aún faltaba por resolver. Como el óleo Santo, debía ser entregado en la Catedral de Burgos, y el AgenteX no conocía la ciudad, pidió a los alumnos que le mandasen una imagen cartográfica, a cierta escala, de la ciudad para ayudarse a ubicarse. A través,del visor cartográfico Iberpix, los alumnos y alumnas le enviaron una imagen a escala, pero antes de todo ello, el propio agente les mandó una serie de conceptos y ejercicios básicos sobre escala y proporcionalidad, para comprobar si entendían el concepto y podía fiarse de ellos.
Una vez le hicieron llegar la imagen cartográfica, el AgenteX se puso en camino hasta la Catedral, allí pudo contemplar su arquitectura gótica. En la misma puerta estaba esperándolo la persona a la que debía entregar el Óleo a cambio de la hoja. Una vez entregado el óleo, la persona encargada de darle la página, le dijo que no podría dársela físicamente por miedo a que la “Orden Negra” pudiese hacerse con ella, o incluso por sí alguno de ellos, pudiese correr peligro. Es por ello, que le dijo, que se había visto obligado a esconderla en la base de una figurita de la Catedral de Burgos (souvenir), que se encontraba en venta en una tienda cerca de la plaza de la Catedral. Para poder localizarla, le dijo que la figurita tenía una escala de 1:300.
El agente, llegó a la tienda, y cuando vió que la tienda tenía más de 100 metros cuadrados, llenos de souvenir de la Catedral en distintos tamaños, se dijo para sí mismo, “voy a hablar con los chicos y chicas para que me ayuden ya que el tiempo apremia”. El AgenteX, les envió un mensaje, contándoles lo que sucedía, pidiéndoles que buscasen los metros que media la Catedral en la realidad, y luego trataran de hallar los centímetros, que debería tener la figura, sabiendo que se encontraba a una escala de 1:300, para así poder obtener una nueva página, la cual les marcaría el nuevo destino.