Elfrida Andrée

“Las chicas somos oprimidas en todos los sentidos. Además de convertirse en costureras o maestras, el espectáculo es la única ocupación abierta para nosotros. Quiero trabajar y perseguir un objetivo, pero ¿qué se debe hacer cuando hay un campo tan pequeño en el que trabajar?”

Elfrida Andrée

Elfrida Andrée fue una organista y compositora sueca, pionera de la emancipación femenina de su tiempo. Con 16 años se tituló como pianista de forma privada, ya que entonces, las mujeres no eran admitidas en la escuela de Órgano. Con ayuda de su padre, organizó una campaña en prensa para cambiar la ley que prohibía a las mujeres titularse para el puesto de organista. La campaña tuvo éxito y la ley fue cambiada en 1861.

En 1860 empezó a estudiar composición en la Academia Sueca de Música con Ludwig Norman. En 1867 solicitó, compitiendo con otros siete hombres, el puesto de organista en la catedral de Götheborg, y fue elegida por unanimidad, manteniendo el puesto hasta su muerte.

En 1880 recibió el segundo premio de composición en un concurso celebrado en Bruselas. Alrededor de esta fecha, Elfrida Andrée ya era una figura muy conocida en la escena artística sueca, y algunas de sus mejores composiciones datan de esta época.

Fue una de las pocas mujeres que compuso obra sinfónica. Entre sus composiciones más conocidas están: su quinteto para piano, publicado en 1865, dos sinfonías para órgano, la ópera Fritiofs Suite (1898), con libreto de Selma Lagerlöf, varias obras para orquesta, tres sinfonías, un cuarteto para piano en La menor (1870), un trío para piano en Sol menor (1887), un cuarteto de cuerdas en Re menor (1861), varias piezas para violín y una obra coral, Snöfrid (1879).

Por su contribución a la música de su país, fue elegida miembro de la Real Academia Sueca de la Música.

A su muerte, en 1929, sus composiciones ya habían sido en parte olvidadas. Pero desde la década de 1980 han vuelto a popularizarse en su país. Los manuscritos de sus obras están conservados en la Biblioteca pública de Estocolmo.

María José Balsera