Cereales del desayuno: lo que ves y lo que no quieren que veas

Leemos artículos y reflexionamos sobre la historia de los cereales: su origen, su primer objetivo (dentro de la alimentación de la iglesia adventista), las campañas que consiguieron hacer creer que eran la mejor opción para el desayuno y el marketing actual con colores llamativos y presencia de dibujos atractivos. Incluso votamos la caja que más nos atrae y comprobamos luego cuáles son menos saludables.

Hacemos una tabla en la pizarra con los desayunos que tomamos y debatimos sobre los diferentes alimentos y su adecuación.

Para calcular el azúcar ingerido en el desayuno, se lleva un día a clase una caja de cereales y van echando en un bol la cantidad que usan por la mañana. Con una báscula de cocina se pesa el bol (y se aprende qué es la tara). En el cuaderno de campo se anota el peso total del bol, se le resta la tara y, al peso neto, se le halla el porcentaje de azúcar (que tomamos de la caja de cereales). 

Con todo ello, matemática pura, anotamos y compartimos los gramos de azúcar que ingerimos y se abre un nuevo debate muy enriquecedor y del que se plasman grandes aprendizajes sobre la alimentación en el desayuno, la importancia de controlar el azúcar que ingerimos (también la que está incluida en los alimentos) y, en definitiva, la importancia de elegir de qué se compone nuestros desayunos para una alimentación saludable.