"El libro de los portales" de Laura Gallego

Tabit es un aprendiz de último curso de la Academia, donde se forman los pin­tores de portales. La ciencia no tiene nada de mágica: los estudiantes se adentran en materias como Cálculo de coordenadas, Geometría y Mecánica para enfrentarse a superficies lisas y pintar portales perfectos, capaces de conectar dos lugares alejados de Darusia.

Para la pintura de los portales necesitan un pigmento especial, derivado del mineral de bodarita, y es aquí cuando empieza la historia… Porque quien contro­la la bodarita controla los portales y, con ello, prácticamente todo. El Libro de los Portales es una novela de fantasía, sí, pero el misterio es más importante si cabe. Es además una novela coral: unos aspi­rantes a maeses comparten protagonismo con un campesino, un guardia de portales y un muchacho criado en las minas.