La Semana Santa en la Parroquia

Crónica de la semana santa:

A lo largo de la semana santa, tuvimos la oportunidad de acompañar a Jesús en el camino de la cruz en las distintas celebraciones que ella nos ofrece. Así celebramos el Domingo de Ramos en ambas capillas, el sábado previo en San Antonio y el domingo a primera hora en San Luis y en la sede parroquial. Ésta última se realizó en el contexto de una marcha y procesión desde la cabecera del puente viejo hasta el escenario del Río donde se celebró la Misa.

El jueves santo tuvimos la misa de la Cena del Señor en la sede parroquial, donde contemplamos a Jesús que nos regala la eucaristía y tuvimos además la bendición del oratorio parroquial, de la que hablamos en la siguiente crónica. La celebración de la Pasión y Muerte de Jesucristo fue en la Capilla san Luis y el Via Crucis fue celebrado en la calle de la capilla. La solemne Vigilia Pascual tuvo lugar en la sede parroquial y luego de ella compartimos un cordero como lo hacía el pueblo judío. Finalmente, la misa de resurrección fue también en la parroquia con la participación de una numerosa asamblea.

Destacamos que el espíritu con el que se vivió esta semana fue de recogimiento y oración. En la tarde del Domingo de Ramos tuvimos un retiro y la celebración del sacramento de la reconciliación, en el cual participó un gran número de fieles y nos acompañaron sacerdotes de la zona, Jorge Techera, Jorge Crovara y Miguel Durán.

Bendición del oratorio:

El jueves santo, antes de la misa de la Cena, bendijimos el oratorio parroquial, un lugar para la oración y la contemplación para que toda la comunidad pueda encontrar su lugar con el Señor y de este modo crecer en comunión con Él. Algo más que destacable de este oratorio es que fue hecho con la colaboración de diversos miembros de la comunidad u de otras comunidades. El altar es un obsequio de la parroquia san Alejandro, el cuadro alusivo al Espíritu Santo es obra de Rosana, así como la tapa del sagrario, las cortinas son obra de la señora Vanessa y la lámpara del sagrario fue hecha a mano por don Ramón. De este modo, el oratorio es fruto del trabajo y esfuerzo de la comunidad que con gran empeño fue preocupándose de todo lo necesario para tener ese lugar de recogimiento y encuentro con el Señor.