Enrique Alonso 


ealonsogu@gmail.com 

Obradas y fanegas 

del valle del Duero,

 el territorio de los vacceos

 y la lengua castellana 

Documento 

publicado

el 11/08/2020

y actualizado

el 20/10/2020

"Es Castilla labradora

la que va en mi corazón”

Himno a Castilla

ÍNDICE

Medidas tradicionales de superficie agraria

Medidas tradicionales de capacidad para áridos

Fanega de grano y fanega de tierra

La obrada

Obradas y fanegas en el uso social del lenguaje

El estadal: medida de agrimensor

El Sistema Métrico Decimal (S.M.D.) y las tablas de equivalencias con las medidas tradicionales

Obrada de Palencia

Obrada de Valladolid

Obrada de Segovia

El Catastro de Ensenada y sus preguntas

Mapa general del territorio de las obradas

Sector 01 (Cisneros - Saldaña)

Sector 02 (Valdavia - Treviño)

Sector 03 (Treviño - Arlanza)

Sector 04 (Arlanza - Peñafiel)

Sector 05 (Roa - Osma)

Sector 06 (Tierras de Ayllón)

Sector 07 (Segovia sureste)

Sector 08 (Segovia suroeste)

Sector 09 (Ávila sureste)

Sector 10 (Ávila suroeste)

Sector 11 (Ávila - Salamanca)

Sector 12 (Valladolid)

Las variantes de la obrada


Conclusiones

Mapa del territorio de las obradas y del territorio de los vacceos

Pervivencia de las obradas y continuidad de la población

El territorio de las obradas y la lengua castellana

Mapa lingüistico del territorio primitivo de la lengua castellana 

Introducción

La obrada era una medida tradicional de superficie agraria usada desde hace muchos siglos hasta hace pocos años en el valle del Duero.

La obrada se usaba en un territorio homogéneo y compacto que se extendía por las provincias de Segovia, Palencia, Burgos, Valladolid, Ávila y Salamanca.

La obrada tenía una diferencia esencial con la fanega y otras medidas tradicionales: era una medida de superficie de dimensión constante, independientemente de la calidad del terreno y del tipo de simiente utilizada.

En su versión primigenia medía 2.500 passus romanos cuadrados (50 x 50 passus) y su origen era probablemente prerromano, como veremos.

Cuando un mapa del territorio donde se usaban las obradas se superpone sobre un mapa del territorio de los vacceos, se observa una correspondencia considerable entre ambos, lo que sugiere que los usuarios de las obradas fueron los vacceos y sus descendientes.

Algo parecido ocurre cuando comparamos estos dos mapas con el mapa lingüístico del castellano en el siglo X, según Menéndez Pidal, como veremos al final de este trabajo.

Una última observación histórica: La pervivencia de las obradas en su territorio a lo largo de los siglos implica necesariamente la continuidad de la población, pues las obradas son conceptos que sólo existen en las mentes de sus usuarios, y que además tienen una relación referencial con unas fincas concretas. Si el territorio de las obradas se hubiera despoblado, las obradas habrían desaparecido.

De esa continuidad de la población se deriva que la despoblación y la subsiguiente repoblación altomedievales sólo pudieron ser de menor cuantía, como veremos más delante.

Las fuentes de datos prioritarias para nuestro trabajo han sido dos:

1) La documentación legal de la implantación del S.M.D en el siglo XIX y sus tablas de equivalencias, que nos han permitido estudiar la naturaleza y la metrología de obradas y fanegas.

2) Las respuestas de los concejos a las preguntas generales del Catastro de Ensenada, elaborado a mediados del siglo XVIII, las cuales nos ha proporcionado datos para diseñar una cartografía detallada (3 mapas generales y 12 mapas de detalle) del territorio del valle del Duero donde se usaban las obradas.

Las medidas tradicionales de superficie agraria

Las unidades tradicionales de medida usadas en España antes de la adopción del Sistema Métrico Decimal (S.M.D.) formaban una especie de jungla densa y enmarañada en la que era y es difícil moverse con soltura sobre todo para quienes hemos crecido en la sencillez y la comodidad del moderno S.M.D.

A partir de la instauración del Sistema Métrico Decimal (SMD), la mayoría de las medidas tradicionales fueron sustituidas por las nuevas, pero un subsistema de ellas, el de las unidades de medida de superficie agraria sobrevivió aún muchos decenios y su uso continuó siendo habitual hasta los años 80 del siglo pasado, incluso en los documentos notariales como testamentos, compraventas, contratos de arrendamiento o particiones de herencias.

Medidas tradicionales de capacidad para áridos [1]

La fanega era una medida de capacidad para áridos (grano o frutos secos, sobre todo) utilizada habitualmente en muchas zonas de España.

La fanega equivalía a 55’5 litros y su peso no era constante sino que variaba según la densidad del grano (u otro producto) que contenía. Normalmente se decía que una fanega de trigo (razonablemente granado) pesaba 42’5 kilos, mientras que el peso era algo mayor cuando la fanega era de yeros y  menor si era de cebada o avena.

La fanega tenía submúltiplos: la media fanega (o cuarto), el celemín, el cuartillo y, en algunos lugares, la hemina.

En algunas zonas, la fanega de grano tenía también dos múltiplos: la carga, que equivalía a 4 fanegas y la media carga (también llamada saco o costal), igual a 2 fanegas que, con trigo bien granado, pesaba 85 Kg. El conjunto de las antiguas medidas de capacidad para áridos, con sus múltiplos y submúltiplos, era el siguiente:

La media fanega o cuarto se medía con una especie de cajón de madera, llamado media fanega, que tenía en su parte anterior una superficie inclinada que facilitaba el vertido del grano en un saco, un asidero en el extremo opuesto a la embocadura y, a veces, una barra metálica de refuerzo en su interior

La hemina, usada en las provincias de León y Zamora y algunos pueblos de la de Valladolid, era un submúltiplo de la fanega. Una fanega hacía 3 heminas y cada hemina equivalía a 4 celemines.


Fanega de grano y fanega de tierra

La fanega de grano que acabamos de mencionar estaba asociada con otra fanega: la fanega de tierra o fanega de sembradura: una medida de superficie para las fincas que era empleada en muchos pueblos de Castilla y de España, pero no en todos. La correlación entre  fanega de grano y fanega de tierra se extendía a todos sus múltiplos y submúltiplos. Por eso se hablaba también de cargas y de celemines de tierra.

La fanega de tierra era una medida para las tierras de cereal,  pues en viñas, prados y huertas solían usarse otras medidas.

La fanega de tierra era descrita como la extensión de tierra que se puede sembrar con una fanega de grano[3]. Al ser una unidad “derivada” su extensión era variable, porque en las fincas de mejor calidad el grano se siembra más espeso y, por tanto, la extensión de la fanega era menor que en las fincas de peor calidad, donde se sembraba más ralo y la fanega tenía una extensión mayor.

También variaba según el tipo de simiente sembrada. Así, por ejemplo, la fanega (de tierra) de cebada era más reducida que la de trigo, porque la cebada se siembra más espesa[4].

La fanega de tierra se denominaba también en algunos pueblos fanega de puño, pues la medida de la tierra la marcaba el labrador al sembrar con su puño lleno de simiente. La fanega de puño no tenía valores métricos, pues era una fanega “pura” con extensión intrínsecamente variable.

Conviene precisar que en los “pueblos de obradas” se usaban también las fanegas y todos sus múltiplos y submúltiplos, pero sólo como medida de capacidad para el grano y nunca como medida de superficie de las tierras.

 

Este hecho es importante porque muestra que la fanega de grano y sus medidas asociadas (carga, celemín, etc,) fueron adoptadas en la zona de obradas sin sustituir a las medidas de superficie en uso (obradas y cuarteros). Se adoptaron las nuevas medidas de grano, pero no las de dimensión superficial.

Las obradas

La obrada ha sido durante siglos la unidad de medida de superficie agraria en un amplio territorio situado a ambos lados del río Duero, en la actual comunidad autónoma de Castilla y León.

La obrada se halla definida en  el diccionario de la R.A.E. [5] como

1. Labor que en un día hace una persona cavando la tierra, o una yunta arándola.

2. Medida agraria usada en las provincias de Palencia, Segovia y Valladolid, en equivalencia, respectivamente, de 53,832 áreas, de 39,303 áreas y de 46,582 áreas.

La obrada tenía un submúltiplo: el cuartero. En la zona norte de las obradas, cada obrada equivalía a 4 cuarteros, que más al sur se denominaban cuartas.

La obrada se caracterizaba frente a la fanega por tener unas dimensiones constantes, independientemente de la calidad del terreno y de la especie de simiente sembrada.

Las obradas no se medían. Por ejemplo en las respuestas al Catastro de Ensenada, los vecinos de Zarzosa de Riopisuerga (Burgos), “a la novena pregunta dijeron que en este pueblo no se ha usado ni usa de medida alguna en las tierras de sembradura … y sólo se ha usado y usa de obradas a juicio prudencial y según que lo han visto practicar a sus causantes [sic] [6]

De lo anterior podemos deducir que el labrador sabía cuánto “hacía” cada una de sus fincas, por ejemplo, una obrada y media o tres cuarteros, porque así se lo había oído decir a su padre o a quien le había vendido o arrendado cada finca.

A partir de ese aprendizaje de la extensión de sus propias fincas, los labradores usaban el método de la “comparación visual” para calcular las medidas de otras fincas.  El procedimiento funcionaba satisfactoriamente con fincas no muy extensas y de figura regular y no tan bien con fincas de forma irregular o de extensión muy grande, las cuales solían ser poco frecuentes. Aunque este cálculo de la extensión de una finca fuera bastante impreciso, resultaba más que suficiente para las tareas agrícolas.

En las respuestas del catastro, hay muchos concejos que responden que saben cuántas fanegas u obradas “hace” una parcela por conocimiento, es decir, porque lo han aprendido de sus mayores y por la práctica de las labores agrícolas que les permite comprobar o corregir la medida de sus fincas teniendo en cuenta la cantidad de semilla gastada y el tiempo de trabajo empleado y comparando con otras parcelas de superficie conocida.

No es cierto que los labradores no supieran o no quisieran medir las tierras. Lo hacían frecuentemente cuando determinadas tareas lo exigían, como al amelgar [7] antes de sembrar, arar una tierra “por el medio”[8],   marcar la separación entre los surcos en cultivos de regadío, o medir la distancia entre cepas, cuando se plantaba una viña. Estas dos últimas operaciones solían medirse en pies y las dos primeras en pasos. Y por supuesto, también podían calcular sin dificultad el área de una parcela de figura cuadrada o rectangular midiendo sus lados a pasos, pero sólo les era útil en contadas ocasiones.

Cuando en un testamento o escritura de compraventa se hacía mención de una finca, se indicaba siempre el término donde estaba situada, su extensión (en fanegas u obradas, según la zona) y sus lindes (propietarios de las fincas vecinas). La extensión de la finca en obradas o fanegas era un atributo de cada finca a la manera de un nombre propio o apellido.

 

Los sistemas de medida en obradas o en fanegas tenían su reflejo en la “metrización derivada” del rendimiento de una finca o de toda una cosecha.

En los pueblos donde se medía la tierra en fanegas, el rendimiento se daba en x fanegas de grano recogidas por cada fanega sembrada. A modo de ejemplo, se solía decir que una finca había dado a 4 o a 6 (fanegas por fanega sembrada).

En los pueblos donde la tierra se medía por obradas, el rendimiento venía dado en x cargas la obrada. Recordemos que cada carga equivalía a 4 fanegas de grano.

Es necesario insistir en algo fundamental:

La diferencia entre obradas y fanegas de tierra no es sólo una cuestión de mayor o menor extensión, sino que existe entre ellas una diferencia “conceptual”.

Están concebidas y definidas de forma absolutamente distinta: la obrada es una unidad de superficie de dimensión constante mientras la fanega tiene dimensión imprecisa y variable pues se define a partir de la cantidad de simiente empleada en sembrarla. Al tratarse de magnitudes no homogéneas, no es posible proponer un número entero o fraccionario como factor de conversión entre obradas y fanegas [9] En la práctica, la convertibilidad entre una y otra es imposible.

Además, una hipotética “conversión” de obradas a fanegas (o al revés) habría implicado necesariamente una tarea muy compleja, como lo es la de “renombrar” los valores numéricos de todas y cada una de las fincas.

En palabras de un labrador de la zona "fronteriza" entre obradas y fanegas, "una obrada siempre es una obrada, mientras una fanega... pues depende..." Y depende de la calidad de la tierra y del tipo de grano sembrado (trigo, cebada, yeros, etc.).

Probablemente, esta incompatibilidad total entre obradas y fanegas ha favorecido el arraigo y la permanencia de una y otra medida en sus respectivas zonas a lo largo del tiempo.


Obradas y fanegas en el uso social del lenguaje

Las palabras “fanega” u “obrada” eran muy importantes en la vida y en el trabajo de los labradores, por ejemplo, para definir las características de su explotación: “Estoy labrando 20 obradas propias y otras 20 obradas arrendadas”. O para explicar el origen de sus propiedades: “Tengo 10 obradas que heredé de mi padre y otras 15 de mi madre”. “He comprado a mi hermano sus 20 obradas a tal precio”. O para explicar la distribución de los cultivos: “Este año he sembrado 6 obradas de cebada, 20 de trigo y 5 de avena” O para cuantificar las tareas agrícolas ya realizadas y las pendientes: “Ya hemos segado 20 obradas y nos faltan por segar otras tantas”. También para calcular la renta de una finca se usaba la fórmula de una fanega (de grano) por cada obrada. Esta enumeración de ejemplos se podría alargar indefinidamente con muchos más contextos en que se usaban los vocablos “fanega” u “obrada”.

Obradas y fanegas eran conceptos absolutamente centrales en el pensamiento y en el uso social del lenguaje de los labradores  y constituían realidades intersubjetivas, con el sentido que dan a este término las modernas ciencias sociales. De ahí su fijeza, su permanencia en el tiempo y su resistencia a ser modificadas o sustituidas.

Obradas y fanegas son conceptos que sólo existen en la mente de los hablantes, pero que tienen también un referente real en cada una de las fincas. De ahí proviene su función designativa [10], que dificulta los cambios.

Medidas de agrimensor: el estadal

El estadal es una denominación relativamente moderna [11] de una unidad de medida muy antigua, usada ya por los romanos con el nombre de decempeda (diez pies). Los agrimensores eran denominados en el mundo romano decempedatores.

La decempeda romana era una medida de longitud, equivalente a 10 pies romanos (de ahí su nombre) o a 2 passus romanos y, en nuestro S.M.D, a 2'957 metros lineales. La decempeda se usaba con mucha frecuencia y en ámbitos muy variados. Por ejemplo, el escritor romano Vegecio, en su Epitoma rei militaris nos explica cómo antes del ataque a una fortificación se solía calcular la altura de la muralla midiendo su sombra y luego midiendo la sombra de un palo (decempeda) clavado en el suelo, y, mediante un sencillo problema de semejanza de triángulos, se calculaba la altura necesaria para las escalas o las torres de asedio [12].

La decempeda tuvo a lo largo de los siglos otros nombres, como pértica, pértiga, piértega,[13] palo [14] o estadal [15]

El estadal, denominado a veces “estado”, era una medida de longitud usada sobre todo para trámites legales o jurídicos, como la distribución de parcelas en las roturaciones de suelo público, frecuentes en los siglos XIX y XX, la partición de herencias o los litigios sobre apeos o arrendamientos rústicos.

El estadal no formaba parte de las medidas tradicionales de superficie ni de las de longitud y nunca fue considerado como un submúltiplo de la obrada o la fanega ni tampoco como múltiplo de la vara o el paso.

A partir del estadal lineal, medida de longitud, se formaba el estadal cuadrado, cuyo lado era un estadal lineal. Cuando en las respuestas del Catastro aparece una “obrada de 400 o 600 estadales”, se trata de estadales cuadrados y cuando se nos menciona un ”estadal de tres varas y media” se trata de un estadal lineal. A menudo tendremos que discernir por el contexto [16] si se trata de estadales lineales (de una dimensión) o estadales cuadrados (superficie de 2 dimensiones).

Es frecuente que en las respuestas al Catastro se hable “de oídas” de estadales, como en los ejemplos siguientes:

En el extremo norte de la zona de obradas leemos “que en este lugar no se usa de más medida de tierra que la voz[17] de obrada, compuesta de cuatro cuarteros y les parece que cada una tendrá 400 estadales de la medida que se dice de Ávila”[18]

Dicen que les parece, no que saben o están seguros y el futuro "tendrá" incrementa el sentido dubitativo y probabilístico.

Y en el extremo sur de la zona de obradas nos encontramos con respuestas como “dijeron que en este pueblo solo se usa la medida de huebra o obrada que, según han oído decir, se compone de cuatrocientos estadales de quince cuartas cada uno, en cuyo terreno se podrá sembrar media fanega de centeno, una de trigo, una y media de cebada y cuatro de linaza”[19]

También con las fanegas y los estadales encontramos expresiones parecidas. Según el Catastro de Ensenada “dijeron que en este pueblo[20],según han oído y tienen entendido, se usa de la medida de 400 estadales”. En este caso los labradores usaban fanegas, pero la actitud ante los estadales era igualmente distante.

En ambos casos, los estadales aparecen como algo de lo que han oído hablar, pero que les es ajeno y sólo lo mencionan porque la pregunta 9b del catastro les induce a ello.

Como conclusión, podemos afirmar que tanto el estadal lineal como el estadal cuadrado y, en general, las medidas de los agrimensores son vistas por los agricultores como advenedizas y ajenas a sus actividades.

La integración tardía del estadal con medidas de longitud como la vara castellana y sus derivados (pie y paso), que ya no eran divisores exactos del estadal antiguo (decempeda), dio lugar a muchos problemas, como veremos a lo largo de este trabajo. A ello se añadió el problema de la existencia legal, hasta Felipe II, de dos varas (de Burgos y de Toledo) [21] y de dos estadales, con longitudes diferentes, lo que hizo la situación aun más enrevesada.

NOTAS

[1] Aunque el objeto de nuestro trabajo sea el estudio de las unidades de medida superficial, parece conveniente exponer unas nociones sobre las medidas de capacidad para áridos, dada la peculiar relación que éstas tienen con algunas medidas de superficie.[2] Esta tabla es válida también para las medidas de superficie agraria.[3] La “definición” habitual de fanega superficial no es una buena definición, pues no nos permite cuantificar con precisión la extensión de una finca. Es una medida sin números.[4] El uso de una medida de capacidad como la fanega para medir una superficie es tan (poco) adecuado como el uso que hacían nuestras abuelas de diversas oraciones para medir los tiempos de cocción de los alimentos, p.ej.: para cocer un percebe o para un huevo pasado por agua se medía el tiempo rezando un padrenuestro. El recurso funcionaba y era útil, como lo ha sido la fanega, pero ni las oraciones son una forma precisa de medir el tiempo ni las fanegas una buena medida de la superficie de una parcela.[5]  La primera acepción de obrada nos ofrece una definición “bimembre” totalmente contradictoria y disparatada, pues las superficies resultantes del trabajo diario de un hombre y del de una yunta serían enormemente diferentes.Además, la definición es imprecisa pues no especifica si la yunta está formada por ganado vacuno o equino. La velocidad de un par de mulas arando puede duplicar la de un par de bueyes. Incluso dentro de la misma especie de ganado puede haber diferencias inmensas de velocidad y fuerza entre unos animales y otros. Y para complicar más la "definición", el tiempo de trabajo de un día no solía ser de 8 horas, sino de sol a sol, duración que varía a lo largo del año.Esa “definición” de la obrada, como la anterior de la fanega, no es una buena definición y no sirve ni  para medir el tiempo de trabajo ni el espacio arado, ni la extensión de una finca.La segunda acepción de obrada, en la que se nos indican unos valores métricos exactos de superficie, es aceptable, aunque, como veremos a lo largo de este trabajo, los valores numéricos son, a veces, más variados.[6] Testador: es el causante que dicta testimonio o testamento. Aquí, antepasado.[7] Amelgar: Trazar surcos de distancia en distancia proporcionadamente para sembrar con igualdad. (Dicc. RAE).El labrador iba trazando con su arado surcos paralelos separados a intervalos regulares. La distancia entre los surcos se medía en pasos (solían ser unos seis pasos) con lo que la parcela quedaba dividida en amelgas: zonas longitudinales separadas por los surcos paralelos. Luego elsembrador avanzaba por cada surco derramando la simiente con su puño en cada amelga con dos pasadas (ida y vuelta)[8] Normalmente se  araba una parcela empezando por su límite exterior y terminando en el centro.  Pero a veces y por diversas razones se hacía al revés y se empezaba por el medio. Para ello, se medía con pasos uno de los lados de la finca y el número de pasos se dividía por 2 y se señalaba el punto medio de ese lado con un terrón o un palo clavado. Luego se repetía la operación en el lado opuesto. Después se daba el primer surco entre los dos puntos señalados siguiendo la línea media de la finca y se iba arando a uno y otro lado de esa línea media hasta terminar en los límites de la finca.[9] La incompatibilidad y difícil conversión entre obradas y fanegas de tierra han sido constatadas también por estudiosos extranjeros:"Dans la province de Palencia, et même dans quelques villages de celle de Burgos, situés a l'ouest de l'Odra: il s'agit de yugadas ou d'obradas, qui ne son pas a mettre en relation avec una quantité semée, mais avec una quantité de travail. Il est très diffcile de passer d'une mesure a l'autre".BRUMONT, F., Paysans de Vieille-Castille aux XVIe et XVIIe siècles, Madrid, 1993, p. 47[10] Las relaciones de “significación” son las relaciones entre los signos lingüísticos, Las relaciones de “designación” son las relaciones entre los signos lingüísticos y los “objetos” (la “realidad” a la que se refieren).COSERIU, E. Estudios de lingüística románica. Madrid. 1977. p. 130[11] En el Tesoro de la Lengua Castellana de Sebastián de Covarrubias (1.611) se incluye el vocablo estadal, pero con un significado distinto:ESTADO es cierta medida, de la estatura de un hombre, y miden por estados las paredes de cantería y entre ellos hay estados comunes que hacen tantos pies, y estados o tapias Reales, que son mayores. La profundidad de pozos, o otra cosa honda, se mide por estados”.ESTADAL también es medida que se toma en el espacio que hay de las puntas de los dedos de una mano a otra, que es la misma que hay de pies a cabeza, de manera que la estatura de un hombre, se puede tomar de pies a cabeza o de mano a mano, extendiéndolas”.Lo anterior parece sugerir que el uso del vocablo estadal con la acepción de unidad de medida de superficie  agraria no existía o no se hallaba generalizada cuando se publicó el Tesoro de S. de Covarrubias . En tal caso, esta acepción sería bastante  moderna (siglo XVII o XVIII)[12] FLAVII VEGETII, Epitoma rei militaris. Liber IV, XXX.[13] “Este es fuero de Castilla, que si dos villas, que son faceras, han término en uno, e non es partido, deben partirlo a piértega medida.”. Fuero viejo de Castilla, Libro V. Título III. XIV[14] El “palo” de medir era un palo con conteras metálicas en los extremos. Su medida era inicialmente la de la decempeda: 10 pies romanos de 29’57 cm, cada uno, es decir, 2’957 m.[15] Sobre la decempeda como origen del estadal, véase:Informe de la Imperial ciudad de Toledo al Real Consejo de Castilla. Madrid. 1780. pp. 269-270.En Internet: https://bibliotecadigital.jcyl.es/en/consulta/registro.cmd?id=9354[16] FERRER RODRÍGUEZ, A. y GONZÁLEZ ARCAS, A., Las medidas de tierra en Andalucía, según las respuestas generales del Catastro de Ensenada, Madrid, 1996, p. 57[17] Según los vecinos de este pueblo, la obrada no era una medida, sino “una voz” que designa una característica de cada parcela[18] Catastro de Ensenada, Respuestas de Prádanos de Ojeda (Palencia)[19] Catastro de Ensenada, Respuestas de Pradosegar (Ávila)[20] Catastro de Ensenada, Respuestas de Navacerrada (Madrid), en el límite con las obradas de Segovia.[21] Véase el citado Informe de la Imperial ciudad de Toledo, pp. 167-170.

El Sistema Métrico Decimal y las obradas

El Sistema Métrico Decimal[22], o S.M.D., una de las grandes innovaciones heredadas de la Revolución Francesa, se fue implantando a lo largo del siglo XIX en la mayoría de los países de Europa y en casi todo el mundo.

La Comisión de Pesas y Medidas, creada por la Ley de 1849 como órgano consultivo del Gobierno, tuvo como misión el desarrollo del Sistema Métrico Decimal en nuestro país y, a resultas de sus trabajos, se determinaron las equivalencias entre los pesos y medidas tradicionales y las unidades del SMD

En la documentación legal y técnica para el e establecimiento en España del S.M.D. [23] encontramos diversas informaciones sobre las medidas tradicionales anteriores al S.M.D. Los datos suministrados por las Comisiones Provinciales de Pesas y Medidas fueron publicados en las Tablas de Equivalencias anexas a la legislación del S.M.D.

Esas Tablas de Equivalencias nos proporcionan valores precisos de las medidas tradicionales.

A nuestro parecer, esos documentos tienen interés por dos razones:

1) Cabe suponer que los miembros de esas Comisiones Provinciales, o al menos algunos de ellos, fueran técnicos competentes y conocieran bien las medidas usadas en su provincia y que, dentro del abigarrado panorama de medidas agrarias, seleccionaran con buen criterio los prototipos de medida.

2) Esa documentación oficial nos ofrece tres variantes de la obrada: una en Palencia, otra en Valladolid y otra en Segovia.

También en el diccionario de la RAE (vocablo obrada) nos encontramos con obradas de 5.382’9 m2 en Palencia, de 4.658’2 m2 en Valladolid y de 3.930’3 m2 en Segovia.

La obrada de Palencia

Las tablas de equivalencia asociadas con la implantación del S.M.D. definen el valor de la superficie de la obrada de Palencia en varas cuadradas tradicionales y en metros cuadrados del nuevo S.M.D., sin usar estadales ni otros datos. Tales valores bastan y sobran para definir una superficie dada.

El valor en varas cuadradas de esta obrada no es un “número redondo”, de donde cabe inferir que la obrada, como unidad de medida superficial, no había sido definida inicialmente en varas, sino en alguna otra medida, probablemente anterior a la aparición de la vara en la Edad Media. Vamos a intentar averiguar cuál pudo ser la medida con que se definió la superficie de la obrada.

Supongamos que esa obrada, cuya superficie conocemos (5.383’1876  m2), tiene figura cuadrada y, por tanto, la longitud de cada uno de sus lados es igual a la raíz cuadrada de su área, esto es: 

El valor del lado obtenido tampoco nos ofrece un “número redondo” ni en varas ni en metros, claro está. Tendremos que buscar otras medidas para explicar el origen de la obrada.

Tenemos que descartar también que las dimensiones de la obrada estén basadas en el pie (0’278635 m.) o el paso castellano (1’393 m.), pues si dividimos el lado de la obrada por uno u otro, no obtenemos números redondos exactos ni aproximados.

Si vamos más atrás en la historia y dividimos el valor del lado de la obrada por el del pie (0’2957 m.) o del paso romano (1’4785 m.), obtenemos números “redondos”  muy aproximados: 250 pedes o 50 passus romanos.

Si dividimos los 73’3702 metros del lado de la obrada por 250 pedes romanos obtendremos un valor de 0’29348 m., aceptable para un pie romano, aunque algo inferior al pes prototípico, pues el pie romano presenta cierta variabilidad, como vamos a ver a continuación.

Acerca del valor exacto del pes, los arqueólogos norteamericanos americanos David y Noelle Soren han escrito (1.999):

"Los recientes estudios metrológicos confirman el uso de múltiples estándares metrológicos en Pompeya después del establecimiento de la colonia romana en el 80 a.C. e incluso después del decreto de Augusto para incorporar las colonias a los estándares romanos de metrología. […]

La longitud exacta del pie romano se ha resistido a una transposición exacta a unidades métricas modernas. Las investigaciones sobre la longitud exacta del pes rara vez llegan a valores precisos". [25]

En las mismas páginas[26], los autores incluyen una amplia recopilación de estudios sobre el pes romanus, cuyo valores variaban entre 0’2921 y 0’29772 m. [27]

El valor que resulta de nuestra ”deconstrucción”[28] de la obrada (0’29348 m.) queda en la parte baja del rango, pero dentro de él y sólo dista 2 mm. del pes capitolinus de 0’2957 m.

A partir de un pes de 0’29348 m. tendríamos un passus (= 5 pedes) de 1’4674 m. y una decempeda (= 10 pedes) de 2’9348 m.

También existe la posibilidad de que la obrada se crease a partir de medidas prerromanas más o menos “intuitivas”. Por ejemplo, el paso simple (latín gradus  (0’73925 m.). Cada lado de la obrada correspondería entonces a 100 pasos y la obrada sería un cuadrado de 100 x 100 pasos sencillos. 

Esta hipótesis sobre el origen prerromano de la obrada puede parecer atrevida, pero no es descabellada, porque, como veremos más adelante,  los límites del territorio de las obradas son todos muy antiguos, anteriores a la Edad Media y, al menos algunos, claramente prerromanos[29], como los que confluyen en el vértice de Treviño.

Una variante de esta hipótesis podría ser que la obrada tuviera un origen prerromano y que hubiera sido redefinida en época romana[30] como ocurrió con la también prerromana "legua gala", [31] con  origen céltico (leuga), de longitud variable, pero que fue redefinida en medidas romanas exactas: una milla y media (=1’5 millia passuum)[32].

Por otro lado, aunque no se admita el origen prerromano de la obrada, todavía siguen siendo válidas varias afirmaciones:

1.      Las dimensiones constantes de la obrada, al margen de la calidad de la tierra y el tipo de grano sembrado.

2.      Las medidas de la obrada no parecen ser modernas.

3.     El origen más o menos antiguo de la obrada no afecta para nada a las conclusiones expuestas al final de este trabajo: la coincidencia notable entre el territorio de las obradas, el territorio de los vacceos y el área donde surgió la lengua castellana.

El esquema de la obrada de Palencia, definida en medidas romanas, sería:

Las cifras en negrita de la última columna proceden de los documentos oficiales relativos a la implantación del S.M.D. Los datos de esta tabla se interpretan así:[33]

A partir del área de la obrada (7.704 1/6 varas cuadradas o 5.383’1876 metros cuadrados), suponemos una parcela de figura cuadrada con esa dimensión. Cada uno de sus lados tendría una longitud de 73’3702 m. (raíz cuadrada del área de la obrada).

Si ese valor del lado (73’3702 m.) lo dividimos por 0’29348 m. (pie romano) obtendremos 250 pedes romanos. Cada paso romano equivale a 5 pies, por tanto, esos 250 pedes romanos equivalen a 50 passus romanos de 1’4674 m. y el área de la obrada, en medidas romanas, sería 2500 passus cuadrados o 625 decempeda cuadradas.

Los valores deducidos coinciden con el pie y el paso romano[34] y tal coincidencia no puede considerarse un resultado del azar.

La antigüedad romana (o prerromana) del origen de la obrada resultará confirmada a lo largo de este trabajo por la coincidencia sustancial entre los límites del territorio de las obradas y los del territorio del pueblo prerromano de los vacceos.

No conocemos cómo ni de dónde obtuvo la Comisión Provincial de Pesos y Medidas de Palencia[35] estas dimensiones de la obrada, ni si conocía el carácter romano de tales medidas. No sabemos si disponían de documentos con estos datos o existía alguna parcela o recinto que midiera una obrada exacta,[36] pero cualquiera que fuera la fuente y el método usado, la obrada de Palencia parece estar basada en medidas romanas:  2500 passus cuadrados = 50 x 50 passus lineales o 62.500 pedes cuadrados = 250x250 pedes lineales.

La obrada de Valladolid

El esquema de la obrada de Valladolid, definida en varas y estadales, sería el siguiente:

Los datos numéricos de la última columna de la derecha[38] proceden de la documentación oficial del Instituto Geográfico. Los datos de las otras columnas han sido deducidos de aquellos.

Esta obrada de 600 estadales con lados del estadal de 10 tercias (o pies) se usaba en muchos pueblos de la actual provincia de Valladolid, según el Catastro de Ensenada.

La estructura metrológica de esta obrada de Valladolid es idéntica a la de Palencia que tenía 625 estadales (25 x 25 decempeda o estadales de 10 pedes romanos cada uno). La obrada de Valladolid era una adaptación de la obrada de dimensiones romanas en la que los pies romanos (0’29348 m.) fueron sustituidos por pies castellanos (0’2783 m), derivados de la vara castellana.

El “redondeo” del número de estadales, en este caso de 625 a 600, fue habitual y no tiene justificación técnica, pues cambiar los números de una medida es adulterar el resultado de las mediciones que se hacen con ella.

Esta definición de la obrada de Valladolid no puede ser muy antigua, pues incorpora la vara de Burgos declarada legal como unidad de medida básica en 1568.

Estas obradas parecen haber sido diseñadas tardíamente (entre finales del siglo XVI y mediados del XVIII) por agrimensores con la intención de facilitar los cálculos con “números redondos”, múltiplos de 100.

La obrada de Segovia

El esquema de la obrada de Segovia, definida en varas y estadales, sería este:

Como en las tablas anteriores, los datos numéricos de la última columna de la derecha proceden de los documentos oficiales.[40] Los datos de las demás columnas se han deducido de aquellos.

La obrada de 400 estadales de 15 cuartas de lado fue la más utilizada en las provincias de Segovia y Ávila, según el Catastro de Ensenada.

Esta obrada presenta números redondos exactos en varas y cuartas o palmos, lo que implica que su especificación tiene que haber sido posterior a la implantación de la vara de Burgos como medida básica de longitud, algo que ocurrió legalmente en 1.568, cuando el rey Felipe II la declaró como única oficial, aunque ya antes era usada como medida básica en muchos sitios y, por eso, no podemos precisar una fecha exacta para el rediseño de esta obrada.

No se debe descartar que los 400 estadales de esta obrada de Segovia tengan algún tipo de relación con la aranzada, medida de superficie usada para los viñedos [41] y es posible también alguna relación entre el valor del estadal de 15 cuartas y la distancia entre cepas.[42]

Hasta aquí, hemos descrito tres subtipos de obrada, con información obtenida de las tablas de equivalencia incorporadas a la legislación de implantación del S.M.D. en el siglo XIX.

Esos tres tipos de obrada fueron propuestos a la Comisión de Pesas y Medidas por las Comisiones Provinciales de Palencia, Valladolid y Segovia, tras seleccionarlas con criterios que aún no conocemos.

Conviene precisar que cada una de estos tipos de obrada no es único para cada provincia. Hay muchas más variantes, como veremos más adelante. No hay que olvidar que las obradas son más antiguas que las provincias.

El Catastro de Ensenada

De aquí en adelante usaremos como fuente de información preferente para nuestro trabajo las respuestas generales de los concejos a la macroencuesta que constituyó el Catastro de Ensenada.

En ese catastro, los datos referentes a las unidades de medida de superficie agraria de cada concejo aparecen en las preguntas 9ª, 10ª y 12ª, que reproducimos aquí como referencia para los lectores.

9. ¿De qué medidas de tierra se usa en aquel pueblo: de cuántos pasos o varas castellanas en cuadro se compone, qué cantidad de cada especie de granos de los que se cogen en el término se siembra en cada una?

La pregunta 9ª es triple:

9 a) Nombre de la unidad de medida.

9 b) Dimensiones de la unidad de medida.

9 c) Cantidad de grano sembrado en cada unidad de medida.

10. ¿Qué número de medidas de tierra habrá en el término, distinguiendo las de cada especie y calidad, por ejemplo, tantas fanegas, o del nombre, que tuviese la medida de tierra de sembradura de la mejor calidad, tantas de mediana bondad y tantas de inferior; y lo propio en las demás especies que hubieren declarado?

La pregunta 10ª es doble:

10 a) Total de unidades de medida en el término.

10 b) Número de unidades según la calidad del terreno: mejor, mediana e inferior.

12. ¿Qué cantidad de frutos de cada género, unos años con otros, produce, con una ordinaria cultura, una medida de tierra de cada especie y calidad de las que hubiere en el término, sin comprender el producto de los árboles que hubiese?

La pregunta 12ª pregunta sobre el rendimiento por unidad de medida según clase de terreno. En muchos casos, la unidad de medida usada aparece con el mismo nombre en las respuestas a las tres preguntas, pero en otros casos difiere. Por ejemplo los pueblos de la tierra de Ayllón (Segovia) responden a la pregunta 9ª mencionando la fanega u obrada, mientras en las preguntas 10ª y 12ª se refieren sólo a la obrada.

Y en algunos pueblos del este de León, limítrofes con las obradas de Palencia hablan de cargas en una pregunta y de fanegas[43] en otra.

Las respuestas de los concejos a las preguntas generales del Catastro son una fuente inagotable de informaciones, pero no todas esas informaciones tienen la misma fiabilidad. En lo que afecta a nuestro trabajo, son muy fiables las respuestas a la pregunta 9a y bastante menos las respuestas a la pregunta 9b.[44].

NOTAS

[22] Sobre la historia del S.M.D. y los avatares de su introducción en España, véaseAZNAR GARCÍA, J.V., Dos sistemas de medida.http://museovirtual.csic.es/salas/medida/medidas_y_matematicas/articulos/Capitulo6.pdfVéase también la tesis doctoral del mismo autor, una obra exhaustiva y definitiva sobre el temaAZNAR GARCÍA, J.V. La unificación de los pesos y medidas en España durante el siglo XIX: los proyectos para la reforma y la introducción del sistema métrico decimal.Y de la misma tesis, el tomo III. Bibliografía y documentos, con bibliografía exhaustiva y actualizada:https://www.cem.es/divulgacion/otros-documentos-de-interes/Seleccionar “Descarga de documentos” y buscar documento siguiente: unificacion_pesos_y_medidas_siglo_XIX.pdfAcerca de la difusión del S.M.D. por el ancho mundo, puede verse el ameno artículo deLÓPEZ ALCAÑIZ, V. El metro: la revolución de los pesos y medidas.- National Geografic (esp.) 2019https://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/metro-revolucion-pesos-y-medidas_13879[23] España, Ley de pesas y medidas de 19 de julio de 1849, reglamento para su ejecución y disposiciones oficiales de carácter general, referentes al planteamiento del Sistema métrico decimal,Disponible en Internet: Biblioteca Digital Hispánicahttp://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000092980&page=1Real Orden de 9 de diciembre de 1852, por la que se determinan las tablas de correspondencia recíproca entre las pesas y medidas métricas y las actualmente en uso (Diccionario jurídico-administrativo. Madrid,1858)Instituto Geográfico y Estadístico. Equivalencias entre las pesas y medidas usadas antiguamente en las diversas provincias de España y las legales del Sistema métrico decimal. 1886Disponible en Biblioteca Digital Hispánica:http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000087125&page=1También es muy interesante:JUAN Y SEVA, R., Recopilación de todas las medidas agrarias de España.http://bibliotecadigital.jcyl.es/es/consulta/registro.cmd?id=18856[24] Existe una diferencia mínima, cuyo origen desconocemos, entre la superficie de la obrada de Palencia según aparece en el diccionario de la R.A.E (5.382’9 m 2) y la de la obrada de 5.383’1876 m2 que aparece en las Tablas de equivalencias de 1.886, pág. 42.Esta pequeña discrepancia (28 cm2 ) podría ser debida a mediciones de dos recintos diferentes o a mediciones más o menos precisas de un mismo recinto.[25] Recent metrological studies confirm the use of multiple metrological standards in Pompeii after the establishment of the Roman colony in 80 B. C. and even after the Augustan decree to convert colonies to Roman standards of metrology.. [… ][… ] The exact length of the Roman foot has evaded precise transposition into modern metric units.SOREN, D. y N. A Roman villa and a late Roman infant cemetery. Excavation at Poggio Gramignano (Lugnano in Teverina). 1999. p. 188[26] SOREN, D. y N., Ob. cit., p. 188-191.[27] Véase también: GUTIÉRREZ GONZÁLEZ, y PÁRAMO ARIAS, L., Novedades sobre el recinto amurallado de Astorga (León) En: Estudios sobre la frontera romana. Limes XX. p. 764[28] La diferencia entre el passus canónico de 1’4785 m. y nuestro paso “reconstruido” de 1’4674 m. es de 1'1 cm., menos del 1 %. Puede explicarse perfectamente por una imprecisión o un error en la medición de un recinto, si, como parece probable, es ese el origen del cálculo de la superficie de la obrada de Palencia.[29]La hipótesis del origen prerromano de la obrada resulta reforzada por la existencia de algún “tecnicismo” agrícola considerado prerromano, como la palabra “morena” que designaba un montón de nías (mieses segadas) en el rastrojo, de uso habitual hasta hace pocos años en amplias zonas pobladas por vacceos y turmogos. Según el diccionario DIRAE, esta acepción de la palabra “morena” está relacionada con el vasco “moru” = montón.[30] Supongamos que los agricultores vacceos prerromanos hubieran usado una medida de superficie con dimensión equivalente o similar a la obrada. y que esa unidad de medida fuera redefinida en época romana en unidades de medida de longitud romana. También es posible y verosímil que esa obrada prerromana fuera una medida de superficie cuadrada con lados de 100 pasos simples (lat. gradus) cada uno.[31] Conocemos una “romanización” semejante ocurrida en la Galia romana con la lieue galoise (legua gala), una medida de distancia de origen celta (leuka).”Los pueblos de la Gallia usaban, antes de la conquista romana, una legua cuyo valor oscilaba entre 2.400 y 2.500 metros. Esa legua sobrevivió a la conquista, pues el imperio romano no la eliminó, sino que introdujo una legua romanizada de 1’5 milla, alrededor de 2.222 metros, cuyo valor era relativamente próximo, pero que se integraba en el sistema de medidas romano por su relación simple con la milla”.DESSIÉ, J., La grande lieue galoise. Approche métodologique a la métrique des voies., En la revista Gallia, 1999, pp. 285-311Algo parecido pudo ocurrir con la obrada, medida prerromana de superficie, que habría sido romanizada e integrada en el sistema de medidas romano asignándole un valor de 2.500 passus cuadrados.[32] Aunque la obrada puede definirse en medidas romanas de longitud, no es probable que procediera de las medidas romanas de superficie agraria (actus quadratus =120 x 120 pedes)  y (iuggerum =240 x 120 pedes)[1] que tenían dimensiones muy distintas a las de la obrada y que estaban basadas en un divisor de valor 12, completamente ajeno a aquélla. [33] Instituto Geográfico y Estadístico, Equivalencias entre las pesas y medidas usadas antiguamente en las diversas provincias de España y las legales del Sistema métrico decimal, 1886. p. 42[34]Conviene recordar que el paso (1’4674 m.) y el pie romanos (0’29348) diferían del paso castellano (1’393 m.) o del pie castellano (0’278635 m), creados a partir de la vara de Burgos.[35]Los informes de cada Comisión Provincial de Medidas para la implantación del S.M.D. parece que se hallan en el Archivo Histórico del Centro Español de Metrología. He realizado gestiones para consultarlos, pero no ha sido posible, porque el Archivo Histórico del CEM se halla cerrado alpúblico a la espera de su digitalización para facilitar el acceso público a través de Internet.[36]A título de sugerencia, pudo ocurrir algo como lo siguiente:En algún lugar, existía una finca o un recinto que hacía una obrada justa y los labradores lo sabían por tradición. Los expertos midieron esa finca, probablemente cuadrada o rectangular y “reconstruyeron” el valor “exacto” de la obrada. En el caso de que fuera un recinto, podría seruna era rodeada por un muro bajo de piedra, como había muchas. La ínfima discrepancia entre la cifra de la Comisión ( 5.383'1876 m2 ) y la del Diccionario de la R.A.E. (5.382 m2 ) nos hacen pensar más bien en un origen empírico de la medida y de la diferencia.De mi experiencia personal como “joven agricultor”, recuerdo perfectamente cómo mi abuelo me explicó muchas veces, que una finca junto a un camino por el que pasábamos “hacía una obrada justa”. Nunca he sabido si eso era exacto, pero sí es una prueba de que existían tales tradiciones.[37] Cada tercia (de vara) era lo mismo que un pie castellano. La tercia de vara y el pie medían 27’83 cm. Por tanto, 10 tercias son lo mismo que 10 pies castellanos. Nos volvemos a encontrar la decempeda, pero esta vez “modernizada” y adaptada a la vara castellana. Como resultado de esa “adaptación”, tenemos una obrada de dimensiones más reducidas que la de Palencia, pues el pie castellano (= 1/3 de vara o 27’86 cm.) era más pequeño que el pes romano de= 29’87 cm. (= 1/5 del passus romano)[38] Los datos de esta columna (en negrita) proceden de los documentos citados sobre la implantación del S.M.D.Instituto Geográfico y Estadístico, Equivalencias entre las pesas y medidas usadas antiguamente en las diversas provincias de España y las legales del Sistema métrico decimal, 1886, p.53[39] El palmo y la cuarta (de vara) son equivalentes (=20’89 cm.) Un palmo (lineal) es ¼ de la vara de Burgos y equivale a 20’89 cm. y un palmo cuadrado (0’043681 m2) es un dieciseisavo (1/16) de la vara cuadrada (0’698896 m2).No hay que confundir esta cuarta (de vara), medida de longitud, con la cuarta (de obrada), medida de superficie, que solía ser 1/4 de la obrada y constar de 100 ó 150 estadales.[40] Los datos de esta columna (en negrita) proceden del siguiente documento sobre la implantación del S.M.D.Instituto Geográfico y Estadístico, Equivalencias entre las pesas y medidas usadas antiguamente en las diversas provincias de España y las legales del Sistema métrico decimal, 1886, p.46[41] En las respuestas de Turégano (Segovia) vemos que “la medida que se usa en este término se llama obrada, a excepción de las viñas, que se denomina aranzada, que ambas se componen de cuatrocientos estadales de a quince cuartas cada uno”En las respuestas de Macotera (Salamanca), leemos: ”En este pueblos y en todas las especies de tierra que comprende su término, se usa generalmente de la medida de huebra, componiéndose cada una de cuatrocientos estadales de a cuatro varas castellanas cada uno en cuadroy, aunque en las tierras de viñas se usa de la misma medida, se entienden también por aranzadas, componiéndose cada una de ellas de cuatrocientas cepas y, por consiguientes, la tierra que estas ocupan corresponde a la cabida de una huebra”De manera parecida se expresan en Aldeaseca de la Frontera (Salamanca) y en otros muchos pueblos.Había otra forma de plantar las viñas: “a manta”. Las dos expresiones “en linios” y “a manta” (ordenadas o desordenadas) aparecen en muchas respuestas del Catastro de Ensenada referidas a las viñas.[42] La distancia entre cepas, cuando se plantaba en línios [sic] solía ser de 10 u 11 pies, igual o similar al estadal. De ahí que a menudo el número de cepas de una viña coincida con el de estadales o sea próximo a él.[43] La carga es un múltiplo de la fanega y pertenece al mismo subsistema.[44] La pregunta 9b está en el origen de muchas respuestas inducidas y, a veces, caprichosas a las preguntas del Catastro, como iremos viendo a lo largo de este trabajo. Es una pregunta que esta pensada para adaptarse a los diferentes tamaños de la fanega. Hay que tener especial cuidado con ella y valorar críticamente las respuestas.

Mapa general del territorio de las obradas

Geografía y cartografía del territorio de las obradas

Las obradas se utilizaron durante siglos en el valle del Duero. La raya que separaba la zona de obradas y la de otras medidas tradicionales se extendía a lo largo de más de 700 Km. y circunvalaba un territorio de más de 25.000 km2 que incluía:

· El centro y el sur de la provincia de Palencia, exceptuando en el norte la Montaña Palentina y las comarcas de Saldaña y la Valdavia.

· En la provincia de Burgos, una franja de unos 20-30 Km. de anchura en el oeste.

· Toda la provincia de Segovia.

· En la provincia de Valladolid, la zona oriental y casi todo el territorio al sur del Duero.

· En la provincia de Ávila, la mitad norte de la provincia que corresponde a la llanura cerealista que limita por el sur con la Paramera y al oeste con el puerto de Villatoro.

· En la provincia de Salamanca, una estrecha franja en el este, junto a la provincia de Ávila.

Hemos elaborado e incluido en este trabajo numerosos mapas en los que aparecen cartografiados centenares de pueblos situados a uno y otro lado de la raya entre obradas y fanegas con las medidas tradicionales usadas en cada uno de ellos.

Los datos para esa cartografía proceden del Catastro de Ensenada. 

De norte a sur, la zona de obradas tiene unos 250 Km y de este a oeste unos 220 Km. en el sur y bastante menos en el norte.

El mapa general muestra en su centro con color blanco la zona de obradas y a su alrededor, coloreada de verde suave, la zona de las fanegas (y otras medidas de superficie).

En los extremos de la zona sur aparecen pequeñas zonas, marcadas con crucecitas o aspas, que corresponden a áreas peculiares que comentaremos en los mapas detallados.


Mapas parciales del límite de las obradas

Dada la considerable longitud (más de 700 Km.), vamos a dividir la raya que circunvala la zona de obradas[45] en doce sectores y para cada uno de ellos incluiremos:

1.      Un mapa del sector con indicación de las poblaciones y sus medidas tradicionales de superficie en forma de iconos.[46]

2.      Comentarios metrológicos, geográficos e históricos sobre cada sector.

3.      Tablas de datos en que se incluirán en varias columnas los datos extraídos del Catastro de Ensenada con los pueblos situados a cada lado de la “raya”, sus medidas agrarias de superficie y, en su caso, el número de estadales de cada una y el valor del estadal lineal


NOTAS[45]Hemos decidido empezar los mapas  detallados por la zona noroeste de las obradas para terminar con el oeste de la provincia de Valladolid, donde encontraremos un panorama de medidas agrarias más complejo.[46] La línea que delimita las obradas y las fanegas consta de trazos rectilíneos y no sigue los límites de los términos municipales, por dos razones:a) Las obradas y las fanegas no residen en el terreno, sino en las mentes de los labradores. Por tanto, basta con delimitar correctamente los núcleos de población.b) Una línea más compleja no hubiera mejorado la claridad del mapa, sino todo lo contrario.

 


Sector 01 (Cisneros - Saldaña)

Mapa sector 01

Comentarios geográficos

El sector 01 del mapa superior corresponde al noroeste de las obradas en la provincia de Palencia.

En el oeste, la raya entre obradas y fanegas coincide con el río Sequillo desde Villada (Palencia) hacia el sur hasta Medina de Rioseco (Valladolid).

La raya discurre luego en dirección noreste hacia Itero Seco (Palencia) y Bárcena de Campos (Palencia), pero antes muestra dos “expansiones” en que las obradas se adentran en el territorio de las fanegas.

El primer saliente avanza por la “Loma de Saldaña”, páramo al este de Saldaña entre los valles del río Cueza y del río Carrión y el segundo saliente, situado un poco más al este, sigue el valle del arroyo Valdecuriada.

En este punto, nos parece pertinente hacer referencia a la genética de poblaciones humanas y dentro de ella a una teoría de Cavalli-Sforza[47] y Ammerman que fue planteada ya en 1972, pero tardó en ser aceptada por la comunidad científica.

La difusión de la agricultura por Europa al inicio del Neolítico ¿se debió a una expansión de hombres, agricultores que llevaron consigo sus conocimientos tecnológicos o a una propagación de la tecnología sola? Al primer tipo de difusión podemos llamarlo démico y al segundo cultural” [...]

El análisis de los datos arqueológicos ha demostrado que la difusión de la agricultura fue muy lenta [1 Km. al año] y estuvo acompañada de un aumento considerable de la densidad de población. En cambio, las difusiones meramente culturales suelen ser rápidas y pocas veces tienen efectos demográficos.[48]

La revolución neolítica –el cambio de la forma de vida del cazador-recolector a la del agricultor, que comenzó hace unos 10.000 años- ha sido un misterio que ha sido desvelado poco a poco. Los estudios recientes del ADN antiguo han revelado que la dispersión de los agricultores a través de Europa no fue simplemente una transferencia de ideas [difusión cultural], sino una expansión de agricultores desde el Próximo Oriente que trajeron consigo estos conocimientos [expansión démica] cuando se esparcieron por el continente. Numerosos estudios han mostrado que los primeros agricultores de toda Europa, tanto los de la Península Ibérica, como los del sur de Escandinavia o los de Europa central, todos comparten un origen común en el Próximo Oriente. Al principio esto fue un descubrimiento inesperado, dada la diversidad de culturas paleolíticas y los entornos diversos de Europa.[49]

En la actualidad, esta teoría no sólo es casi universalmente aceptada sino que ha dado lugar a nuevas derivaciones de gran importancia en el campo de la genética de poblaciones humanas.

Los “salientes” del sector 01 podrían corresponder a “expansiones démicas”, es decir, colonizaciones de labradores cerealistas del sur hacia el noroeste para conseguir nuevas zonas de cultivo.

Estas pequeñas expansiones hacia el norte se habrían producido en una época indeterminada, pero bastante antigua. Tales repoblaciones habrían avanzado en sentido opuesto a la supuesta repoblación de los siglos IX-XI.

No hay que descartar que estén relacionadas con otra expansión más extensa que afectó a la vecina Ojeda y que veremos en el próximo sector.

Comentarios históricos

En la zona oeste de Palencia, representada en el mapa del sector 01, la raya entre obradas y fanegas no coincide con demarcaciones modernas, pero sí con varias fronteras antiguas. Tal vez sería más adecuado decir que son las otras fronteras las que coinciden con la raya entre obradas y fanegas y se superponen a ella, pues probablemente es la más antigua de todas.

1. Frontera entre las provincias romanas Carthaginensis y Gallaecia

La frontera entre Gallaecia y Cartaginense se sitúaba según el P. Flórez en el mismo río Seco (actualmente Sequillo) y coincide con nuestra raya entre obradas y fanegas:

"... digo que el límite occidental de la provincia de Cartagena en comparación de Galicia fue una línea tirada desde el Duero junto a la ciudad de Toro, prosiguiendo por Rioseco [Medina] y Saldaña hasta el nacimiento del Ebro, y lo que no era de vacceos quedó fuera de la Carthaginense, por tocar éstos y no los de Astorga, al convento jurídico de Clunia" [50]

2. La frontera entre las provincias eclesiásticas Cartaginense y Gallaecia reproducía la frontera de las provincias romanas del mismo nombre.

3. Frontera de los vacceos con astures y  cántabros.

Wattenberg y otros autores han situado el límite entre vacceos y astures en los ríos Esla y Cea[51].

En cambio, otros como Menéndez Pidal en su Historia de España y González-Cobos Dávila[52] en su tesis doctoral lo sitúan más al este, en los ríos Cea y Valderaduey.

El P. Flórez sitúa el límite de los vacceos todavía más al este, en el río Sequillo, donde coincide con el límite de obradas y fanegas.

4. Frontera entre visigodos y suevos

Las fronteras del reino suevo[53] fluctuaron según las vicisitudes de sus enfrentamientos con la monarquía visigoda, y por esta zona coincidieron a veces con el límite de obradas y fanegas.

Comentarios metrológicos (Sector 01)

La mayoría de las obradas del sector 01 miden 600 estadales, pero varía ligeramente la medida del lado de cada estadal. En la mayoría, el estadal lineal (lado del estadal cuadrado) mide 3 y 1/2 varas y en unos pocos casos encontramos estadal de 3 varas (= 9 tercias), de 10 tercias (= 3 varas + 1 tercia), u 11 tercias (= 3 varas + 2 tercias), de 3 varas + cuarta y de 3 varas + sexma.

En el cuadro siguiente se contabiliza la frecuencia de cada valor del estadal lineal en los pueblos de la tabla que usaban obradas.

Encontramos una notable dispersión de valores de la obrada, pero el valor más frecuente es el estadal de 3 y ½ varas, el más próximo a la obrada primigenia. Si le asignásemos 625 estadales, como en la obrada primigenia, la superficie sería de 5.349’825, casi idéntica a la obrada original.

NOTAS

 [47] CAVALLI-SFORZA L. L., Genes, pueblos y lenguas, pp.106-118[48] CAVALLI-SFORZA L. L., Genes, pueblos y lenguas, pp.106-107 [48] The Neolithic transition -- the shift from a hunter-gatherer to a farming lifestyle that started nearly 10,000 years ago -- has been a slowly unraveling mystery. Recent studies of ancient DNA have revealed that the spread of farming across Europe was not merely the result of a transfer of ideas, but that expanding farmers from the Near East brought this knowledge with them as they spread across the continent. Numerous studies have shown that early farmers from all over Europe, such as the Iberian Peninsula, southern Scandinavia and central Europe, all shared a common origin in the Near East. This was initially an unexpected finding given the diversity of prehistoric cultures and the diverse environments in Europe. ScienceDaily. 9 November 2017. . [49] FLOREZ E., España Sagrada, vol 5, Trat. 4, Cap. I [50] “Otro río que se menciona es el Astura o Esla que separaba en parte los astures de los vacceos” WATTENBERG, F. La región vaccea,. 1959, p. 12 y así lo representa en el mapa de su página 11. [51] GONZÁLEZ-COBOS DÁVILA, A.M., Los vacceos. Estudio sobre los pobladores del valle medio del Duero durante la penetración romana, Salamanca, 1989 [52] LOPEZ QUIROGA J., In tempore Sueborum, Orense, 2017 [53]En la columna “Fanegas” hallamos algunos pueblos marcados con guiones que indican el uso de fanega “sin dimensiones exactas”, pues dependen de la calidad de la tierra y del tipo de simiente sembrada. En otros casos, en cambio, se asigna a la fanega una dimensión en varas o en estadales. Estas dimensiones concretas contradicen la naturaleza de la fanega, que es una superficie de dimensión variable en función de la calidad del terreno y del tipo de simiente. Las respuestas con valores numéricos para las dimensiones de la fanega han sido inducidas probablemente por las propias preguntas del catastro.

Sector 02 (Valdavia - Treviño)

Mapa sector 02

Comentarios geográficos

La primera parte del sector incluye los valles de los ríos Boedo y Burejo, afluentes del Pisuerga por la derecha.

En la segunda parte, la raya sigue el curso del Pisuerga hasta Zarzosa de Riopisuerga (Burgos), y de allí discurre hacia el sureste hasta el río Odra en Villamayor de Treviño (Burgos).

Comentarios históricos

La Valdavia es una comarca en la que se usaban fanegas y parece haber estado habitada por cántabros, por la ubicación del Castro de la Loma[57] en la cabecera del río Valdavia.

La raya entre obradas y fanegas rodea tres lados de un cuadrilátero que parece otro “saliente” de las obradas hacia el norte e incluye Herrera de Pisuerga (Palencia) con toda la zona de la Ojeda (valles de los ríos Burejo y Boedo[58] . Podría corresponder a otra “expansión” de los agricultores cerealistas hacia el norte, pero mucho más extensa que las del sector 01 y con una dualidad curiosa, pues en esta zona convivieron al menos hasta el siglo XVIII obradas y fanegas, pero con usos diferenciados según los cultivos: fanegas para medir los linares y obradas para las tierras de cereal.

El cultivo del lino es mucho más antiguo que el de los cereales, lo que implica que en esta zona se usaron primero las fanegas y más tarde llegaron desde el sur los agricultores cerealistas con sus obradas.

Esta expansión podría haberse producido en época romana y haber sido consentida o fomentada por los propios romanos para disponer de más producción de cereales en las proximidades del campamento de la Legio IV Macedonica en Herrera de Pisuerga (Palencia) desde 20 a.C. hasta el 40 d.C.[59]

Los nuevos pobladores venidos del sur (agricultores cerealistas vacceos) no sustituyeron a la población preexistente, sino que se habrían sumado a ella.

El extremo sureste de este sector 02 termina en el río Odra junto a Villamayor de Treviño Burgos).

Treviño es un topónimo que procede del latín Trifinium porque en su vértice coincidían los límites de tres pueblos prerromanos: vacceos, cántabros y turmogos. [60] [61][62]


Comentarios metrológicos

Los datos de cada variante de la obrada de este sector aparecen en la tabla siguiente agrupados según sus valores en estadales y metros cuadrados:

NOTAS 

[57] Tradicionalmente se había considerado que el límite sur de los cántabros se hallaba en Velilla de Río Carrión (Palencia), pues en ese lugar se ubicaban supuestamente las Fontes Tamaricae, cuyo nombre parecía estar relacionado con la tribu cántabra de los Tamáricos. El descubrimiento y las excavaciones del Castro de La Loma en 2003-2008, junto a Santibáñez de La Peña (Palencia), han puesto de manifiesto la existencia en la alta Valdavia de una ciudad cántabra de excepcional importancia, que ocupaba una extensión de 10 hectáreas y estaba protegida por imponentes fortificaciones. PERALTA LABRADOR, E., Guerras cántabras en la montaña palentina: el asedio de La Loma, En: Revista de Arqueología, ISSN 0212-0062, Año n.º 27, Nº 303, 2006, pp. 24-33 PERALTA LABRADOR, E., El asedio romano al castro cántabro de La Loma en Santibáñez de la Peña, Palencia. 2008 [58] Curiosamente los pueblos de obradas de este cuadrilátero han formado parte hasta el día de hoy del “distrito comercial” de Herrera de Pisuerga (Palencia). [59]Costa García J.M. y Casal Arcía, R. De cibo castrorum”: La comida en el mundo militar romano y su impacto en los territorios conquistados. SEMATA, Ciencias Sociais e Humanidades, ISSN 1137-9669, 2009, v. 21: pp. 15-43 [60] SÁNCHEZ ALBORNOZ, C., Ob. cit. p. 337. Disponible en Internet: http://www.cervantesvirtual.com/obra/divisiones-tribales-y-administrativas-del-solar-del-reino-de-asturias-en-la-epoca-romana/ [61] Véase también ALVAREZ LLOPIS, E. y PEÑA BOCOS, E. Límites y «Fronteras» en el Norte Peninsular. Aproximación cartográfica al territorio de Cantabria entre el mundo antiguo y el medieval. UNED. Espacio. Tiempo y Forma. Serie III, H. Medieval, t. 18. Madrid. 2005 Disponible en Internet en formato PDF: http://revistas.uned.es/index.php/ETFIII/article/view/3737/3594  [62] BOSCH GIMPERA, P., Los celtas y el Panís Vasco, San Sebastián, 1933, p. 17. Disponible en Internet: hedatuz.euskomedia.org/1460/1/23457486.pdf [63]En Castrillo Villavega (Palencia) parecen usar fanegas y obradas, siendo cada obrada igual a 2 fanegas. La fanega predomina, según las preguntas 10 y 12 del Catastro. Estas “hibridaciones” son frecuentes en algunas zonas fronterizas. Lo mismo ocurre en otros dos pueblos próximos: Santa Cruz del Monte (Palencia) y Bahillo (Palencia).

Sector 03 Treviño – Arlanza

Mapa sector 03

Comentarios geográficos

La raya de obradas y fanegas en el sector 03 discurre de norte a sur por el oeste de la provincia de Burgos, donde las obradas ocupan una franja vertical de entre 20 y 30 Km de anchura que se extiende desde más al norte de Villamayor de Treviño (Burgos) a lo largo del curso del río Odra hasta Villasandino (Burgos).

Después, la raya se separa del Odra y continúa hacia el sur hasta cruzar el río Arlanzón y luego el río Arlanza, cerca de su confluencia con el Pisuerga.

Comentarios históricos

En esta zona la raya no coincide con los límites provinciales, pero sí coincide con la frontera entre dos pueblos prerromanos: los vacceos al oeste y los turmogos al este.

Ya la edad del hierro, los autrigones habían ocupado el territorio de los turmogos hasta el río Odra (Autura >> Autrigon), pero más tarde, los turmogos, con el apoyo de sus vecinos y aliados vacceos hicieron retroceder a los autrigones hacia el este y la cuenca del Ebro.[64] Numancia recibía ayuda y provisiones a través del río [Duero] y a favor de la corriente. La introducción del trigo y del comercio se hacía desde la cabecera del Duero, a través de Vinuesa, por el paso natural del Arlanza y los que introducían el trigo eran los vacceos. La comunicación natural de Pallantia con Numantia se encuentra en los valles del Pisuerga, Arlanzón y Arlanza, para alcanzar Salas de los Infantes y por Vinuesa llegar a Numancia[65]

El camino del Arlanza, que atravesaba todo el territorio de los turmogos y de los pelendones, fue el cordón umbilical que alimentó a los numantinos durante sus 20 años de resistencia a los romanos. Palenzuela (Palencia), punto de origen de este camino, se inmoló heroicamente ante las tropas de Escipión anticipándose al destino que correría Numancia un año más tarde (155 a.C.).


Comentarios metrológicos

En los pueblos situados en el norte del sector 03 las obradas no se definen generalmente en términos de estadales, pero más al sur, a partir de Villasilos (Burgos), la obrada sí aparece definida como de 600 estadales con diversas medidas para el estadal lineal o lado del estadal cuadrado, deja de hablarse de 4 cuarteros como submúltiplos de la obrada y, en su lugar, empieza a hablarse de las 4 partes de la obrada.

El valor del estadal lineal varía en torno a las 3 varas (= 9 tercias), que es el más frecuente, pero hay una considerable dispersión de valores de superficie de la obrada.

En todo el sector 03, las fanegas situadas al este de la raya de las obradas, no tienen definición métrica, ni tampoco las obradas de los tres primeros pueblos.

NOTAS

[64] In the early 3rd Century BC they aided the smaller Turmodigi people in their liberation from the rule of the Autrigones".https://en.wikipedia.org/wiki/Vaccaei[65] WATTENBERG, F., La región vaccea, pp. 38-39[66] En Villasilos (Burgos) y Villaveta (Burgos) la obrada se divide en 4 partes, frente a los cuarteros o las cuartas de otras zonas

Sector 04 (Arlanza – Duero)

Mapa sector 04

Comentarios geográficos

La frontera de obradas y fanegas en este sector discurre en dirección norte-sur más o menos próxima a la frontera entre las provincias de Burgos y Palencia y de Burgos y Valladolid, en forma de línea quebrada con algunas irregularidades.

Comentarios históricos

La frontera entre las provincias de Valladolid y Burgos, que aparece en el mapa como una línea discontinua de color marrón, es muy antigua. Antes de la creación de las provincias actuales, ya fue frontera entre los obispados

de Valladolid y de Osma y, antes de crearse el obispado de Valladolid en 1595, había delimitado los obispados de Palencia y de Osma.

Y antes, en el siglo XI, durante los litigios jurisdiccionales entre el obispado de Osma, de origen visigótico, y el de Burgos, entonces recién creado[67], el obispado de Osma consiguió finalmente que esta línea fuera reconocida como su frontera occidental precisamente por haber sido la antigua frontera entre arévacos y vacceos[68]. Este argumento de Osma fue aceptado por el legado papal y la frontera de Osma con Burgos se situó en el Esgueva y “al poniente una baxa cordillera, que corta al sur con alguna desigualdad desde las cumbres de Silos , hasta las sierras de la Fonfría, que era la que dividía a los Arévacos de los Vaceos, y hoy al Obispado de Osma del de Palencia”[69].

La frontera entre el obispado entonces de Palencia (y ahora de Valladolid) y el de Osma aparece muy clara en el mapa[70] del obispado de Osma trazado y publicado en el siglo XVIII por D. Juan Loperráez, canónigo del Burgo de Osma.

En este sector encontramos varias intrusiones evidentes de pueblos de fanegas en el territorio de las obradas.

Comenzando por el sur, un “entrante” en la zona en la zona de Curiel (Valladolid) por la orilla derecha del Duero; otro “entrante” un poco más al norte, a lo largo del arroyo de Piñel (Valladolid) y el tercero por las dos orillas del río Esgueva en la zona de Castroverde (Valladolid).

En cada uno de los tres encontramos varios pueblos de fanegas incrustados entre los de obradas de la actual provincia de Valladolid.

Hemos visto más arriba en los sectores 01 y 02, varias expansiones de las obradas hacia el norte en el territorio de fanegas. En este caso, se trata de un fenómeno inverso, pues son las fanegas las que han penetrado dentro del territorio de las obradas.

No conocemos la época en que se crearon estos salientes, pero parece razonable que surgieran en los siglos IX-X, en la época de la repoblación medieval y que fueran debidos a una anterior despoblación en la orilla derecha del Duero, la cual habría dado lugar a estas pequeñas repoblaciones de labradores con sus fanegas desde el este, hoy burgalés.

Esta emigración tiene escasa relevancia pues se reduce a pocos pueblos pequeños, pero es congruente con la teoría medieval de la despoblación y la creación de un “desierto del Duero” real, pero limitado a una estrecha franja en la orilla derecha del Duero.

Más al norte tenemos otra posible expansión de las fanegas en Antigüedad (Palencia), donde se usaban fanegas (y cargas), aunque no sabemos si se trata de un intrusión de gente de fanegas en tierras de obradas o era una anomalía en el trazado del limite ni en qué época se habría producido. La carga usada en el pueblo de Antigüedad (Palencia) es un múltiplo de la fanega (de grano y de tierra), y como tal se usaba también al oeste del territorio de las obradas, en las provincias de León y Valladolid (sectores 01 y 12).


Roa ¿vaccea o arévaca?

En el Itinerario de Antonino (Vía 27) Iter ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam, nos encontramos con una lista de mansiones y las distancias entre ellas:

Brigeco mpm. XL

Intercatia mpm. XX

Tela mpm XXII

Pintiam mpm XXIII

Rauda mpm. XXI

Cluniam mpm. XXVI

Entre Pintia (Curiel [Valladolid]) y Clunia (Coruña del Conde [Burgos]), aparece la mansio de Rauda que por las distancias en millas puede ser muy bien la actual Roa, pero en el Itinerario de Antonino no se menciona para nada que esa Rauda/Roa fuera vaccea.

Es en otra fuente, la Geographia de Ptolomeo[71], donde se incluye entre los vacceos una ciudad llamada Rauda, situada en 9º E 20’ 42º N 30’. Estas coordenadas geodésicas no pueden corresponder de ninguna manera a la actual Roa, pues apuntan a un lugar situado bastante al oeste de Roa e incluso al oeste de Pintia (10º E 30’ 42º N 00).

La explicación más razonable, que ya propuso Loperráez, sería la existencia de dos ciudades denominadas Rauda, una arévaca (la Roa actual) y otra, vaccea, situada bastante más al oeste.

Esta duplicidad no sería algo excepcional. En la misma zona nos encontramos con: Pallantia (Palencia) y Pallantia (Palenzuela [Palencia]), ambas en territorio vacceo y algo parecido ocurre con Segisamo (12 E 10, 43 N 10) y Segisama, (9 E 45, 42 N 40), nombres que no corresponden a la misma población. Segisamo es, sin duda, el actual Sasamón (Burgos) y Segisama, que por cierto era vaccea, por sus coordenadas geodésicas tuvo que estar más al oeste y más al sur que Sasamón[72], aunque desconozcamos su ubicación exacta.

Comentarios metrológicos

Las obradas del sector 04 miden 600 estadales y, como siempre, varía ligeramente la medida del lado del estadal. La mayoría miden 10 tercias (= 3 varas + 1 tercia) u 11 tercias (= 3 varas + 2 tercias)El estadal lineal de 10 tercias equivalía a 2’78635 m, su estadal cuadrado a 7’7637 m2 y la obrada de 600 estadales (cuadrados), 4.658’22 m2

El estadal lineal de 11 tercias (Cobos y Valdecañas de Cerrato) equivalía a 3’064985 m., su estadal cuadrado a 9’3941 m2 y la obrada de 600 estadales (cuadrados) a 5.636.46 m2 algo por encima de la obrada primigenia de Palencia

El estadal lineal de Baltanás y sus contornos medía 11 tercias + 1/12 de tercia, por lo que equivalía a 3’08819 m., su estadal cuadrado a 9’5369 m2 y la obrada de 600 estadales (cuadrados) a 5.722’14. La diferencia con la obrada anterior es tan pequeña, que sólo cabe explicarla por una “remedición” de una parcela tomada como patrón.

En Tabanera, el estadal lineal de 4 varas(=12 tercias), equivalía a 3’3436 m., su estadal cuadrado a 11’1796 m2 y la obrada de 600 estadales (cuadrados) a 6.704’74 m2.

En la siguiente tabla, hemos desglosado los valores en pasos o varas que proporcionan las respuestas de varios concejos de fanegas de la ribera del Duero incluidos en la tabla de datos anterior y luego los comentaremos:

A la vista de esta tabla, parece bastante razonable dudar de la fiabilidad de estos y otros datos métricos delas respuestas del Catastro, incluyendo los estadales y sus numerosas variantes. Los vecinos parecen haber seguido al pie de la letra la pregunta 9b del Catastro, que se refería a la extensión de la fanega según las 3 calidades de tierra, y haber contestado más o menos “a bulto” en cada uno de los pueblos contiguos.

Sabemos que la fanega, por su propia naturaleza, era una medida de superficie de dimensiones imprecisas, pero la disparidad existente en los valores de la fanega en esta lista de pueblos contiguos, situados en la Ribera del Duero, según sus respuestas al Catastro, hace pensar en la pura y simple arbitrariedad.

Las respuestas del Catastro suelen utilizar con frecuencia la expresión “varas en cuadro” o “pasos en cuadro”, que no son unívocas, sino todo lo contrario.

Ferrer y González, en Las medidas de tierra en Andalucía, enumeran hasta cuatro interpretaciones posibles de la expresión “en cuadro”, muy frecuente en las respuestas al catastro de Ensenada. Y se puede encontrar alguna interpretación más.[76]

NOTAS

[67] La traslación de la Iglesia Catedral de Oca a Burgos se hizo por resolución del rey Alfonso VI el 1 demayo de era MCXIII. que es año de 1075, siendo obispo de Oca don Simón.Resulta del instrumento publicado por el P. Flórez en su tomo 26,Apénd, fol. 458[68] LOPERRÂEZ, J., Ob. cit., tomo I, pp. 71-75[69] LOPERRÂEZ, J., Ob. cit., tomo II, pp. 19-20[70] http://bibliotecadigital.rah.es/dgbrah/es/consulta/registro.cmd?id=12755[71] Claudii Ptolemaei Geographicae enarrationis libri octo (Princeton University Digital Library)http://pudl.princeton.edu/viewer.php?obj=np193c809#page/38/mode/1up[72] CURCHIN, L.A., The romanization of Central Spain, p. 64CURCHIN, L.A., Celticization and romanization of toponimy in Central Spain, p. 20[73] No precisan la unidad de medida, pero por el contexto se puede deducir que usan la fanega con diferentes medidas en varas, según la calidad de la tierra..[74] En Fombellida (Valladolid), Castroverde (Valladolid), y Torre de Esgueva (Valladolid), se usaban las heminas (de grano y de tierra), típicas en la provincia deLeón, pero con otra distribución de los submúltiplos: En León, una fanega = 3 heminas de 4 celemines cada una, mientras en estos pueblos: 1 fanega = 4 heminasde 3 celemines cada una. No parece probable que las heminas de estos pueblos procedan de una repoblación desde León. Es más probable que antiguamente se usasen heminas con estadistribución en los pueblos limítrofes de la provincia de Burgos, desde donde serían llevadas al oeste.[75] Los vecinos dicen que “hasta ahora han venido usando fanegas”, pero que, adaptándose a los pueblos de la comarca, “ responderán por obradas de 600 estadales de 10 tercias castellanas”. Y lo mismo ocurre en los 4 pueblos siguientes[76] Véanse más adelante nuestros comentarios metrológicos en el sector 06 (Tierra de Ayllón), donde las varas en cuadro de la fanega deben interpretarse como varas cuadradas (=0’698896 m2) de cada celemín.

Sector 05 (Roa – Osma)

Mapa sector 05

Comentarios geográficos

En este sector 05, la frontera entre obradas y fanegas discurre de oeste a este, al sur del Duero y relativamente próxima a los actuales límites de la provincia de Burgos con las de Segovia y Soria, aunque no coincide exactamente con ellos.

Comentarios históricos

En este sector 05 discurría en el pasado el límite de los obispados de Segovia y de Osma, que coincidía casi exactamente con el límite de obradas (obispado de Segovia) y fanegas (obispado de Osma).

En la regularización del año 1955, pasaron a la diócesis de Burgos muchos pueblos de fanegas del obispado de Osma y unos pocos de obradas del obispado de Segovia que ya pertenecían a la provincia de Burgos.

Comentarios metrológicos

En el sector 05, la mayoría de las obradas son de 400 estadales, pero hay algunas de 200 estadales y una de 300. En todas ellas, el lado del estadal es de 15 c

La obrada de 200 estadales aparece ahora por primera vez y la volveremos a encontrar en el sector siguiente (06). Esta obrada “partida” podría ser una “adaptación” de la obrada al tamaño de la fanega.

Si tenemos en cuenta la cantidad de simiente empleada, vemos que los 200 estadales de la obrada de Pradales se siembran con 11 celemines, mientras que los 400 de la de Sacramenta llevan sólo 12 celemines. La incoherencia de los datos es patente, pero no podemos saber cuál de los datos (estadales o celemines) es erróneo.


Sector 06 (Tierra de Ayllón)

Mapa sector 06

Comentarios geográficos

Este sector 06 se sitúa en el vértice que forman las actuales provincias de Segovia, Soria y Guadalajara.

En este sector nos encontramos con 3 zonas contiguas: una de obradas al oeste, otra de obradas-fanegas en el centro y otra de fanegas al este,

La zona central de obradas-fanegas corresponde al partido de Ayllón (antes Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón) que se extendía a ambos lados de la sierra de Ayllón, por las cuencas de los ríos Riaza y su tributario Aguisejo en la provincia de Segovia y la cuenca del río Pedro en la actual provincia de Soria (sexmo de Transierra de Ayllón)

Comentarios históricos

La Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón, desde el punto de vista eclesiástico perteneció inicialmente (1.085) a la diócesis de Osma, pero en 1.088 se incorporó a la diócesis de Sigüenza (Guadalajara), a la que perteneció hasta 1.955, cuando quedó fraccionada entre Osma, Segovia y Sigüenza. No es fácil saber qué influencia tuvo la incorporación de estos pueblos a la nueva diócesis de Sigüenza en 1088, pero es posible que esté en el origen de esta especie de “síntesis” de obrada y fanega.


Comentarios metrológicos

Los pueblos de la columna central muestran una especie de hibridación entre obrada y fanega, aunque no es fácil discernir si en origen usaban obradas y más tarde las adaptaron a las fanegas o al revés. Por eso en nuestro mapa general de las obradas, hemos cartografiado este sector como intermedio y diferenciado de los pueblos de obradas y de los de fanegas. Si tenemos en cuenta sus respuestas a la pregunta 12 del Catastro, cuya respuesta es siempre más espontánea que la de la pregunta 9, parece que inicialmente usaron obradas y después las “adaptaron” a las fanegas predominantes en la diócesis de Sigüenza a la que pertenecían.

Podría existir alguna relación entre estas obradas-fanegas y las obradas de 200 estadales que aparecen en este sector y en el anterior (05), aunque es difícil confirmarlo. La equivalencia “sui generis” entre 1 fanega y ½ obrada se ha usado con frecuencia en territorios “fronterizos”, como ya vimos en el sector 01.

Interpretación de los datos de la columna central de la tabla (Obradas/fanegas)

Los datos de la columna central de la tabla, procedentes de las respuestas del Catastro, nos hablan con frecuencia de varas en cuadro. ¿Cómo deben interpretarse?” [78]

En teoría y según los libros de matemáticas de la época, la expresión “varas en cuadro” debe entenderse  como la longitud del lado del cuadrado mientras que las “varas cuadradas” indicarían el área de ese cuadrado. Así lo vemos en un libro[79] de matemáticas de la época: 96 varas en cuadro que hacen 9216 varas cuadradas (96 x 96).

Esa era la teoría, pero en las respuestas al Catastro las interpretaciones pueden ser algo más variadas. [80]

En nuestra opinión, la interpretación correcta en el caso de las obradas-fanegas de la Tierra de Ayllón, es tomar estas “varas en cuadro” como varas cuadradas de cada celemín de los doce que componen una fanega. Esta interpretación, que ofrece valores verosímiles, viene respaldada por la respuesta de, al menos, uno de los pueblos de la comarca, Languilla(Segovia), que dice así:

“La medida de tierra se nombra obrada o fanega, compuesta de doce celemines y todos a doscientas varas en cuadro”[81]

Los valores numéricos de la tabla, que oscilan entre 200 y 450 varas, no deben entenderse como varas cuadradas de cada obrada/fanega sino de cada celemín.

Con esta interpretación, la fanega-obrada equivaldría a 200 varas (cuadradas) x 12 celemines = 2400 varas cuadradas (= 1.677’35 m2), valor aceptable. Y la máxima de 450 varas en cuadro tendría una superficie de 450 x 12 = 5.400 varas cuadradas (= 3.774’03 m2), que también podría considerarse verosímil.


NOTAS[77] El sexmo de la Transierra de la comunidad de la Tierra de Ayllón incluía los siguientes pueblos: Villacadima(240 varas), Cantalojas (144 varas en cuadro), Majaelrayo (90 varas en cuadro), el Concejo de Campillo de Ranas (80 varas en cuadro) y Almiruete (50 varas en cuadro), todos los cuales usaban fanegas.
[78] FERRER y GONZÁLEZ, en Las medidas de tierra en Andalucía, enumeran hasta cuatro interpretaciones posibles de la expresión “en cuadro” en las respuestas al catastro de Ensenada:
“En cuadro” puede referirse al lado de un cuadrado.
“En cuadro” puede referirse a la superficie
“En cuadro” puede referirse al perímetro
“En cuadro” puede referirse al lado de un rectángulo(op. cit., p. 47-57)
[79] MANDRI, Franciso.- Ejercicios de Aritmética.- Figueras.- 1837, pag. 20[80] En la columna central de la tabla, los datos en varas oscilan entre 200 y 450 “varas en cuadro” ¿Cómo deben interpretarse? No pueden interpretarse como el lado de un cuadrado que multiplicado por sí mismo nos dé el área de la obrada-fanega. ¿Por qué? Porque un cuadrado de200 varas de lado formaría una obrada descomunal con un área de 40.000 varas cuadradas (=27.955’84. m2. Y si tomamos el valor máximo de 450 varas en cuadro, nos iríamos a 141.526’44 m2, más inverosímil todavía.Otra opción es interpretar las varas como varas cuadradas de. Pero esta solución tampoco es satisfactoria, porque nos encontraríamos con auténticas “miniaturas”.Las 200 varas interpretadas directamente “como varas cuadradas equivaldrían a sólo 139’78 m2 y las de 450 varas a 314’50 m2, superficies insuficientas para echar en ellas una fanega de trigo.obrada se ha usado con frecuencia en territorios “fronterizos”, como ya vimos en el sector 01[81] Catastro de Ensenada. Pueblo de Languilla (Segovia), respuesta a preg. 9.

Sector 07 (Segovia sureste)

Mapa sector 07

Comentarios geográficos

En este sector 07, la raya entre obradas y fanegas discurre con dirección noreste a suroeste, a lo largo de la Cordillera Central, que separa la provincia de Segovia (Meseta norte), de las provincias de Madrid y Guadalajara (Meseta sur).

Comentarios históricos

Límite entre vacceos y carpetanos, aunque en época prerromana parece que los arévacos del alto Duero se extendían hacia el suroeste por la Cordillera Central hasta Segovia o sus proximidades.  


Comentarios metrológicos

En este sector 07 encontramos dos variedades de la obrada: la de 15 cuartas, la más común al sur del Duero, y la de 4 varas (= 16 cuartas). La otra obrada que aparece, de 3 + ¾ de vara es equivalente a la de 15 cuartas, pues 3 varas = 12 cuartas + 3 cuartas = 15 cuartas.

Las fanegas de esta zona, en su mayoría, no tienen asignadas dimensiones concretas, como corresponde a la fanega “pura”. Sólo en tres de ellas se citan las dimensiones: 400 estadales de 11 tercias (o pies).

Sector 08 (Segovia suroeste)

Mapa sector 08

Comentarios geográficos

El límite entre obradas y fanegas sigue la divisoria de aguas del Sistema Central, excepto la “bolsa” del valle del Lozoya y aledaños.

Comentarios históricos

La raya entre obradas y coincide con la frontera entre la actual provincia de Segovia y la Comunidad de Madrid, pero con algunas excepciones curiosas:

1. Los pueblos del valle del río Lozoya que aparecen en el mapa usan obradas y pertenecen a Madrid. En el pasado pertenecieron al sexmo de Lozoya de Segovia. A primera vista, el límite de las obradas al sur de la Cordillera Central parece corresponder a una repoblación medieval desde Segovia, pero podría tener un origen mucho más antiguo.

Se sabe que su jurisdicción [del obispado de Palencia] traspasaba el río Duero, pues Plinio le atribuye la ciudad de Coca, llegando hasta las estribaciones de la sierra de Guadarrama e incluyendo los territorios de Segovia, Buitrago y el ya citado de Coca. Sin embargo, en el ano 527 el metropolitano de Toledo, Montano, concedió de por vida estos últimos territorios al obispo palentino consagrado anticanónicamente, a fin de resolver dicha situación[85].

Tales territorios, cedidos en principio transitoriamente, nunca más volvieron a formar parte de la diócesis de Palencia, sino que desgajados constituyeron la base nuclear para la fundación de la diócesis de Segovia; de hecho ya en el concilio III de Toledo (589) suscriben sus actas Proculus Segobiensis ecclesiae episcopus y Petrus Segobiensis ecclesiae episcopus[86] 

Parece, pues, que la “expansión vaccea” por el valle del Lozoya podría ser muy antigua, anterior a la invasión musulmana.

2. El Escorial y algunos pueblos de su entorno (Fresnedilla de la Oliva, Navalagamella, Valdemorillo, Zarzalejo), pertenecientes todos a la comunidad de Madrid, pero próximos a la frontera con Segovia, usan obradas, tal vez por haber sido repoblados por segovianos.

3. Chinchón y algunos pueblos próximos de la Comunidad de Madrid (Ciempozuelos, Titulcia, Valdelaguna, S. Martín de la Vega, Villaconejos) usan obradas también.

Puede tratarse también de una repoblación parcial desde Segovia en época medieval o tal vez anterior.

4. Algunos otros pueblos de la Comunidad de Madrid usan obradas, pero sólo para las dehesas (terrenos de pastos sin cultivar)


NOTAS

[85] Et certe municipia, id est Segobiam, Brittablo [Buitrago] et Caucam eidem non quidem rationabiliter, sed pro nominis dignitate, concessimus; ne collata benedictio persona vagante, vilesceret.FLÓREZ, E. España sagrada, tomo V, Apéndice III, p. 416[86] VACA LORENZO, A. El obispado de Palencia desde sus orígenes hasta su definitiva restauración en el siglo XI en: Hispania Sacra, 105, 2000, p. 30

Sector 09 (Ávila sureste)

Mapa sector 09

Comentarios geográficos

En este sector 09 de la zona sureste de la provincia de Ávila, la raya entre obradas y fanegas discurre de este a oeste, con las obradas al norte de la raya y las fanegas al sur.

En el extremo sureste, hallamos unos pueblos a caballo de las provincias de Ávila y Madrid donde se usaban huebras, una unidad de medida que encontraremos también en los sectores siguientes: 10 y 11.

Comentarios históricos

En el sector 11 volveremos sobre los interrogantes que plantean estas huebras.

Comentarios metrológicos

 En el sector 09, las obradas tienen las dimensiones de 400 estadales cuyo lado mide 15 cuartas de vara. Las 15 cuartas de vara (20’89 cm. cada una), forman un estadal lineal (o lado del estadal cuadrado) de 3’1335 m y su estadal cuadrado mide 9’81882 m2, con lo que la obrada de 400 estadales equivaldría a 3.927’528 m2. La tabla de equivalencias de 1.886 para la provincia de Ávila propone una huebra de 3.200 varas cuadradas, equivalentes a 2.235’96 m2, algo que no parece muy coherente con la huebra de que hablaremos a continuación. Si examinamos la tabla de valores de este sector, encontraremos una huebra a la que se asigna un valor de 80 varas en cuadro (80x80), que equivalen a 6.400 varas cuadradas (= 4.472’448 m2), el doble que lo manifestado en la documentación oficial. ¿Dónde está la verdad? En los tres pueblos, la huebra se siembra con una fanega de trigo o dos de cebada. En la columna de la derecha se hallan los pueblos de obradas, que son todas de 400 estadales con lado de 15 cuartas. En la columna del centro aparecen los pueblos donde se usaban huebras. La mayoría de estos pueblos no indican valores numéricos para sus huebras y los que sí lo hacen, declaran valores muy dispersos (300 o 400 estadales y otro, 10.000 varas cuadradas, una parcela enorme). 


NOTAS 

[87] En Navalmoral, coexisten fanegas y huebras; las huebras se usan sólo para cereales: trigo (poco) y centeno. [88] En Villarejo se usaba la peonada. No había ni arados por lo accidentado del terreno.

Sector 10 (Ávila suroeste)

Mapa sector 10

Comentarios geográficos e históricos

En el sector 10, la raya entre obradas y fanegas discurre en dirección este-oeste, separando las obradas al noreste y las fanegas al sur y al oeste, con un sector de huebras en el centro del mapa, en las proximidades del puerto de Villatoro (Ávila)

Sector 11 (Ávila - Salamanca)

Mapa sector 11

Comentarios geográficos

El sector 11 abarca una zona situada al sur del río Duero que pertenece a las actuales provincias de Valladolid, Zamora, Ávila y Salamanca,  mayoritariamente a las dos últimas.

En este sector, aparecen cartografiadas tres unidades de medida diferentes: las fanegas al oeste las obradas en el este y en el centro las huebras que corresponde casi totalmente a la actual provincia de Salamanca.

El límite occidental de las obradas al sur del Duero parece discurrir por la divisoria de aguas entre los ríos Trabancos y Guareña, ambos afluentes del Duero por su izquierda.

Comentarios históricos

En este sector 11 y en los dos anteriores, 09 y 10, hemos visto tres áreas donde se usaban las huebras. El área más extensa es la de este sector 11 y está ubicada en la provincia de Salamanca. Las tres zonas de huebras son limítrofes con la zona de obradas.

La distribución geográfica de las huebras alrededor de la zona de obradas de Ávila bordeándola por tres lados (sureste, suroeste y oeste) parece sugerir que las huebras podrían  corresponder a expansiones parciales y/o de duración limitada de las obradas fuera de su territorio habitual.

Tampoco es fácil concretar la época en que tales expansiones habrían tenido lugar, pero no parece que estén relacionadas con repoblaciones medievales desde el norte, pues en el norte no existían huebras y la zona más extensa de huebras sugiere un avance desde el este hacia el oeste.

Según Roldán Hervás[89] y el mapa que incluye en el trabajo citado, existe una coincidencia notable entre el límite entre obradas y huebras y el límite que separaba a los vettones de los vacceos "según las fuentes antiguas y los restos arqueológicos".

Tal tal vez habría que tomar en consideración la posibilidad de que los vacceos, en alguna época antigua, tal vez en el siglo III a.C., extendieran sus cultivos cerealísticos desde su núcleo central de las obradas hacia el oeste, llegando hasta la actual ciudad de Salamanca (antigua Helmántica), la cual estaba controlada por los vacceos cuando fueron atacados por Aníbal en el 220 a.C., según los historiadores romanos Tito Livio[90] y Polibio[91].

En este caso, la expansión de las huebras, que podrían ser una especie de obradas arcaicas, habría sido anterior a la campaña de Aníbal.

También cabe especular con un posible “castigo” de los romanos a los vacceos que obligase a éstos a retirarse de las zonas ocupadas o influenciadas recientemente y a regresar a su territorio primitivo[92]

Comentarios metrológicos

En la columna de la derecha de la tabla podemos ver las obradas con sus dimensiones y los pueblos en que se utilizan.

La huebra, que apareció ya en los sectores 09 y 10, solía definirse como “lo que ara un par de bueyes en un día[93]”, coincidiendo con la descripción popular de la obrada.

También debemos resaltar que en la zona fronteriza entre obradas y huebras es frecuente la equiparación de valores de la obrada y la huebra y lo mismo ocurre en la zona fronteriza entre fanegas y huebras[94]. Evidentemente, algo no cuadra; si la huebra equivale a la obrada, no puede, al mismo tiempo, equivaler a la fanega.

La huebra se parece algo a la obrada, pero no es una obrada y, por tanto, queda fuera del ámbito de este trabajo. Pese a ello, expondremos aquí los datos no muy seguros que hemos reunido acerca de las huebras.

Suele afirmarse que huebra  tendría su origen etimológico en el  latín opera, -ae, que significa “obra” o en opera (plural de opus), que significaría “obras” y que obrada podría proceder  de operata, participio pasado del verbo deponente operari.  Estas etimologías podrían ser correctas desde el punto de vista de la gramática histórica, pero existe alguna dificultad:

1.      La palabra usada antes y ahora por los labradores castellanos para designar trabajos o tareas agrícolas no es obra, sino labor, también de origen latino y estrechamente conectada con labrar , labrador y labranza  y así se hablab de “buena labor” o de “mucha labor”.

Por eso, aunque la etimología mencionada sea técnicamente correcta, resulta extraño que el vocablo obrada proceda de una palabra inusual en el lenguaje de los labradores[95].

2.      A veces se ha asociado obrada con “obra” y “jornada” (trabajo de una jornada), explicación frecuente, pero carente de base, como vimos al hablar de la obrada en la  nota 5, al principio de este trabajo.


NOTAS [89] ROLDÁN HERVÁS, J.M., Fuentes antiguas para el estudio de los vettones, p. 103[90 Tito Livio. Ab urbe condita. XXI, 5[91] Polibio. Historias. III, 14, 1-4[92] También es posible especular al norte del Duero con un fenómeno parecido de expansión de los vacceos hasta el Esla y una posterior retirada tal vez forzada por los romanos[93] Diccionario de la RAE.También aparece la misma definición en muchas respuestas del Catastro, como las de Villatoro (Ávila): “dijeron que las medidas que se usan no constan de números ciertos ni varas determinadas, pues en cuanto a heredades labrantías se entienden por huebras (que) es lo que regularmente ara un par de bueyes al día”.[94] La ciudad de Salamanca, en sus respuestas, afirma que huebra y fanega son palabras sinónimas, pero también que se siembra con fanega y media de trigo, algo absolutamente contradictorio con la equiparación entre la huebra y la fanega. Es incoherente afirmar que una fanega de tierra se siembra con una fanega y media de grano.[95] No se debe descartar que obrada tenga un origen y una etimología prerromanos, como los tiene morena (montón “estructurado” de nías  en el rastrojo) funcionalmente semejante a hacinas, pero estructuralmente diferente de ellas pues en las morenas, las nías no iban atadas. Probablemente,  también la palabra nías debería considerarse prerromana.

Sector 12 (Valladolid)

Mapa sector 12

 Comentarios metrológicos

Yguada es un vocablo que procede de yugada y que ha evolucionado con una metátesis de la vocal -u- que ha desplazado su posición tras la -g-. No es un caso único. Tenemos al menos una evolución idéntica de la palabra latina leuga (de origen céltico) a la palabra castellana legua, medida tradicional de distancia. El término yugada tuvo en lo antiguo, al menos, dos significados distintos:

Un iugum (sing. de iuga) tenía una extensión variable según el terreno y así, en la diócesis de Oriente, el iugum fiscal equivalía a 5 yugadas de viñedo, 20 yugadas de tierra llana o 40 yugadas de tierra de montaña.

En la península se usó la yugada en algunas regiones como Navarra, Rioja (muy poco), en Zaragoza y en los repartimientos tras la conquista de Sevilla por los reyes de Castilla.

La extensión de la yugada en Navarra y Rioja era variable, pero reducida en general (entre menos de 1.700 y 3.000 metros cuadrados). En Zaragoza, la yugada equivalía a 3.762 m2 En cambio las dimensiones de la yugada en los repartimientos de Andalucía[100] se parecen más a los iuga de Diocleciano y son mucho mas extensas (1 yugada = 32 Ha.) que las yugadas del valle del Ebro.

La yera (o hiera)

La yera (o hiera en el diccionario de la R.A.E.) según el cual significa “espacio de tierra arada en un día”, era una medida usada en un territorio reducido situado en Villalpando (Zamora) y alrededores, en la orilla norte del Duero. No es fácil saber su origen. ¿Es una medida arcaica como la huebra? ¿Es el resultado de una repoblación de asturianos desde el norte? ¿o de mozárabes desde el sur? ¿O tiene otro origen?

En cualquier caso, se parece más a la obrada que a la fanega, aunque queda fuera de nuestro objeto de estudio.

Comentarios geográficos

El mapa del sector 12 corresponde al sector noroccidental de la actual provincia de Valladolid, desde el río Duero hacia el norte, el sector suroccidental de la de Palencia y pequeñas zonas de las provincias de León y de Zamora en la zona occidental del mapa.

Este mapa con obradas, yguadas, fanegas y otras medidas de la actual provincia de Valladolid es extremadamente complejo.

En la parte superior del mapa y norte del territorio, encontramos al este los pueblos de obradas, separados por el río Sequillo de los pueblos de fanegas y sus asociadas (cargas, heminas) situados al oeste a la izquierda del mapa.

Más al sur, desde Boadilla de Rioseco (Palencia) y Villanueva de la Condesa (Valladolid), obradas y fanegas se separan para dejar sitio a los pueblos de yguadas que se extieden hasta los ríos Duero y Pisuerga.

Las yguadas aparecen como una intrusión entre obradas y fanegas, cuyo origen no conocemos, pues no hay yguadas en centenares de kilómetros a la redonda.

Comentarios históricos

¿Por qué las yguadas se parecen tanto a las obradas, ya que tienen la misma definición, las mismas dimensiones, la misma cantidad de grano sembrado y un mismo submúltiplo (la cuarta)?

La yguada es conceptualmente como una obrada: tiene dimensiones constantes, independientes de la calidad de la tierra y de la simiente sembrada.

¿Podría ser la yguada una obrada cambiada de nombre? Y en ese caso, ¿por qué motivo?

La figura que forma el territorio ocupado por las iguadas es un polígono irregular que se asemeja a un triángulo irregular con base en el Duero y el Pisuerga y que en su extremo norte se va estrechando hasta Boadilla de Rioseco (Palencia), lo que parece sugerir que las yguadas tal vez se extendieron del sur hacia el norte y/o del este hacia el oeste.

La aparición de las yugadas en el valle del Duero podría estar relacionada con el establecimiento de visigodos en esta zona (Campos Góticos) en los siglos V y VI. En ese sentido parece apuntar la presencia comprobada de visigodos en algunas poblaciones de la zona de yguadas, como Wamba, S. Cebrián de Mazote, Valladolid (Pl. del Rosario), Alcazarén, Castrillo Tejeriego, Melgar de Arriba, Piña de Esgueva, Pollos, S. Román de Hornija (fundación de Chindasvinto), Simancas, Tudela, Valverde de Campos, Villabáñez,[101] etc.

Incluso se podría especular con un establecimiento de labradores de yguadas, en una zona de obradas (y/o de fanegas), con suficiente número y preponderancia social como para “poner nombre” a las medidas agrarias existentes.

No sabemos cuál es el origen de las yguadas, pero sí es razonable afirmar que éstas no pueden ser el resultado de una repoblación procedente del norte de la meseta o de la zona cantábrica donde no existen ni parecen haber existido nunca yguadas ni nada parecido.

Sabemos que obradas y fanegas en la zona norte del mapa tenían su límite en el curso del río Sequillo, como vimos en el sector 01 y es verosímil que este límite llegase hasta Medina de Rioseco.

Desde ahí hasta el Duero no tenemos datos fiables. Podemos imaginar una línea norte-sur con un punto fijo en Medina de Rioseco y su extremo sur en Simancas o Tordesillas o incluso más al oeste frente a la desembocadura del río Trabancos, donde podría alinearse con la frontera entre obradas y fanegas al sur del Duero, que ya vimos en el sector 11.

Las irregularidades que presenta la raya de las yguadas, especialmente al este y al oeste de su zona sur, pueden deberse a pequeñas repoblaciones e intrusiones en los siglos IX y X desde el oeste y el este, similares a las que vimos en el sector 04, al este de Valladolid y por las mismas razones.

Las variantes de la obrada

¿Cómo se explica el considerable número de variantes que presentan las obradas en las respuestas del Catastro de Ensenada? En nuestra opinión es posible agrupar la mayoría de esas variantes de una forma razonablemente lógica.

Obradas "diseñadas"

En este  primer grupo incluiremos aquellas obradas "diseñadas " con números "redondos" y magnitudes exactas,  como correspondería a un diseño teórico. Tendríamos en primer lugar la obrada primigenia de Palencia  con sus dimensiones de 50 X 50 passus romanos = 2.500 passus cuadrados. Interpretada en términos de agrimensores, constaría de 625 estadales (decempeda) cuadrados, en los que cada lado (estadal lineal)  mediría 10 pedes romanos. 

En el mismo grupo se podría incluir la "obrada de Valladolid" compuesta de 600 estadales cuadrados, en los que cada uno de sus lados mediría 10 pies castellanos,  más pequeños que los pies romanos. Esta reducción del pie y el redondeo a la baja del número de estadales (de 625 a 600) dan lugar a una reducción de la superficie de la obrada ( de 5.383  a 4.658 metros cuadrados)

Otra variante del mismo grupo sería la obrada de 600 estadales cuadrados, con lado de 3 varas y media (2'9257 m.),  muy frecuente  en el sector 01, que supone cierta reducción del estadal-decempeda original .

La "obrada de Segovia", resultado evidente también de un diseño teórico, de dimensiones redondas en varas (75 x 75= 5625) y en estadales (20 x 20 = 400), basado en la vara de Burgos y, por tanto, relativamente tardío, como las dos anteriores. Su superficie es también bastante más reducida (3.940 metros cuadrados).

El redondeo a centenares de estadales (600, 400, 20, etc) no es muy "legítimo", pero sí muy practico en los cálculos

Obradas “remedidas” [103] convertidas en medida-patrón

Son tal vez las más numerosas. No es verosímil que  sean fruto de normas administrativas o de decisiones políticas. Parece que son más bien decisiones de los agrimensores, cuya actuación podemos imaginar así:

 A partir de la superficie de una finca concreta señalada por los vecinos y convertida en medida-patrón[104], el agrimensor la medía y expresaba la medida en estadales (cuyo número solía mantenerse constante) mientras de forma no muy justificable “retocaba” ligeramente la longitud del lado del estadal, probablemente para adaptar el área de la obrada a la superficie dada.

Las manipulaciones del valor del estadal no parecen justificables. Es como si, queriendo definir una nueva hectárea, en lugar de cambiar el número de metros cuadrados, “retocásemos” la definición del metro para ampliar o reducir la hectárea.  Estas manipulaciones de la longitud del estadal están en el origen del laberinto caótico en que se convirtió el conjunto de las medidas tradicionales de superficie agraria.

Obradas “infladas”

En algunas zonas donde predominan las obradas de 600 estadales, encontramos también obradas de 800 y hasta 900 estadales. ¿Cuál pudo ser el motivo de este “recrecimiento”? No es creíble que se debiera a intento de ahorrar impuestos, pues en esas épocas los sujetos “imponibles” eran los vecinos[105] y no las fincas.

Tal vez el motivo tuviera que ver con la cuota a pagar en los arrendamientos, que solía abonarse en especie y solía estar establecida en términos de una fanega de grano por cada obrada. Si la obrada se hacía más grande, el importe real de la renta de una parcela se reducía.

Por ejemplo, en algunos pueblos de Segovia[106] se producía un fenómeno curioso, pues usaban una obrada doble: una para compraventa y otra para arrendamiento, más extensa que la primera. Desconocemos el motivo, pero es de suponer que la finalidad era también disminuir el importe de las rentas.

Si comparamos este tipo de obrada usada al sur del Duero con las obradas usadas al norte del río, observamos una diferencia considerable en sus dimensiones. No sabemos si esa diferencia fue introducida en el momento en que “la obrada del sur” fue redefinida a partir de la vara de Burgos o si tal diferencia ya existía antes.

En todo caso, la obrada siguió manteniendo en todo su territorio el mismo nombre y unas dimensiones constantes en cada pueblo, independientes de la calidad de la tierra o el tipo de grano sembrado.

Obradas y cuartas

La obrada tenía un submúltiplo que en la zona norte era el cuartero. Cada obrada tenía cuatro cuarteros. En el centro y sur del territorio de la obrada el cuartero se llamaba cuarta. Cada cuarta tenía 100 estadales en la obrada de 400 estadales (obrada de Segovia).

En lugares del norte hallamos obradas de 600 estadales que se dividían en 4 cuartas de 150 estadales cada una[43], pero en otras poblaciones más al sur[44] encontramos obradas de 600 estadales de 6 cuartas a 100 estadales cada cuarta, lo que implica una adulteración evidente del significado de la cuarta. La cuarta ya no es una cuarta parte de la obrada, sino una sexta parte y las 6 cuartas conectan con los seis centenares de cepas de las viñas.

Lo más pintoresco son  las cuartas usadas como medida básica y única en algunos pueblos del noroeste de la provincia de Valladolid: Monasterio de Vega, Santervás, Vega de Ruiponce, Villacarralón, Villagómez la Nueva, Castroponce y Gordaliza de la Loma, situados todos en un territorio donde probablemente se habían usado antes fanegas, pero próximos a la zona de yguadas. El submúltiplo de la fanega de grano o de tierra es el celemín. La cuarta no es un submúltiplo “legítimo” de la fanega, por lo que su aparición en estos lugares debe considerarse una hibridación relacionada con la zona situada más al este donde sí usaban obradas o yguadas con sus cuartas. (Ver sector 12)

NOTAS[100] GONZÁLEZ JIMÉNEZ, M., Repartimientos andaluces del siglo XIII, p. 15.
[101] WATTENBERG, F., La región vaccea, pp. 91-112
[102] ¿Cómo se llegó al caos en que se convirtió el sistema de medidas tradicionales de superficie agraria? No es fácil averiguarlo. Tal vez empezó con la introducción en 1.568 de la vara de Burgos como medida base. Con el pie y el paso castellanos basados en la vara, los 10 pies “nuevos” se quedaban cortos y el estadal resultante era más pequeño.Después vino el redondeo de 625 a 600 estadales, se supone que para simplificar los cálculos a los agrimensores. Luego llegó el siguiente desastre cuando empezaron a crearse nuevas obradas “remedidas”.
[103] Remedir es un verbo castizo incluido en el diccionario de la RAE. Este vocablo resulta pintiparado para significar la operación de “crear” nuevas obradas a partir de nuevos “palos” (medidas del estadal).
[104] Una hipótesis sobre los orígenes de las variantes de la obrada. En general, las unidades de medida pueden crearse alternativamente de  uno de estos dos modos:
Por definición basada en un número concreto de unidades de una medida preexistente. Una definición teórica de la obrada sería decir que mide 7704 + 1/6 varas cuadradas.
A partir de una medida-patrón. Así están definidas las medidas básicas universales, p. ej. metro, gramo y segundo. Si tomamos una superficie real de la que se sabe (o se cree saber) que “hace una obrada” y aplicamos sobre ella una unidad de medida preexistente, por ejemplo el estadal cuadrado o la vara cuadrada, se obtiene el número de estadales cuadrados o varas cuadradas que componen esa superficie real. Cuando actuamos así, estamos convirtiendo la superficie de esa parcela en medida-patrón de una nueva obrada.Es así como debieron crearse las múltiples variantes locales que frecuentemente implican diferencias poco significativas en la medida del estadal 
[105] FERNÁNDEZ MARTÍN, L., y GONZÁLEZ, J., Enajenaciones de la realeza en los siglos XVI y XVII.En: GONZÁLEZ, J., Historia de Palencia, Vol. II, pp. 46-51.
[106] Los pueblos de Segovia con esta particularidad eran: Abades, Brieva, Fuentemilanos, Juarros Riomoros, Lastras del Pozo, Martín Miguel, Monterrubio y S. Pedro de las Dueñas.

Conclusiones

Los datos básicos para este trabajo proceden sobre todo de dos fuentes:

1) Las respuestas de los concejos a las preguntas del Catastro de Ensenada.

2) Las tablas de equivalencias incluidas en las normas legales de implantación del Sistema Métrico Decimal.

Los datos del catastro hay que considerarlos objetivos y fiables en lo que se refiere a la unidad de medida usada [107] en cada concejo. La cartografía elaborada a partir de estos datos nos muestra con bastante precisión el conjunto del territorio de las obradas y sus límites con las fanegas y otras medidas tradicionales de superficie.

Los datos de las tablas de equivalencia deben considerarse representativos a juicio de las respectivas Comisiones Provinciales de Pesas y Medida, que fueron las que los propusieron como “prototipos” de cada provincia.

Cuando analizamos la estructura metrológica interna de cada uno de los tres tipos de obrada propuestos por las Comisiones Provinciales de Palencia, Valladolid y Segovia, observamos que las tres han sido diseñadas con solidez y congruencia, sin “apaños” basados en la manipulación de la longitud del estadal. Las obradas de Valladolid y Segovia, basadas en la vara castellana, vigente desde 1.568, parecen tener un origen algo más tardío (siglo XVII o XVIII) que la obrada de Palencia, que parece ser la más antigua, puesto que su estructura métrica es definible en medidas romanas con exactitud razonable: 50 x 50 passus romanos = 2500 passus cuadrados, o lo que es lo mismo, 25 X 25 decempeda (estadales) = 625 decempeda (o estadales) cuadrados.

La diferencia básica entre obrada y fanega no era cuantitativa, sino conceptual. La obrada era una auténtica medida de superficie, mientras que la fanega de tierra correspondia a un uso metonímico de una medida de capacidad (la fanega de grano), sin dimensión superficial exacta ni valores numéricos atribuidos. Así como la moderna hectárea tiene unas dimensiones constantes, 10.000 m2 = 100 x 100 m., así también la obrada tenía una dimensión fija y exacta y, si era cuadrada, cada uno de sus lados medía 50 passus romanos o 250 pedes romanos.


NOTAS[107]  Obrada o fanega, generalmente, aunque también hay otras medidas tradicionales de superficie menos frecuentes.

Obradas y vacceos

La frontera del territorio de  las obradas no coincide con fronteras políticas o eclesiásticas, medievales o modernas, pero si parece coincidir con los límites del pueblo prerromano de los vacceos frente a los pueblos circundantes: cántabros, turmogos, arévacos, carpetanos, vetones y astures.

Mapa del área de las obradas y territorio histórico de los vacceos

La frontera de las obradas tiene, al menos, 6 zonas, señaladas en el mapa adjunto con una doble línea roja, en las que la coincidencia del límite de las obradas con la frontera de los vacceos puede confirmarse con referencias históricas independientes:



Obrada: relación con la sociedad de los vacceos

¿Pudo existir alguna relación entre el uso de las obradas y el proverbial colectivismo agrario de los vacceos?[111] Es posible, pues parece congruente que una agricultura más o menos “colectivista o comunitaria” dispusiera de una medida de superficie como la obrada para organizar los repartos de parcelas de propiedad colectiva entre los vecinos.

¿Existe relación entre la “modernidad” de la cultura vaccea y la modernidad técnica de las obradas? La relación entre ambas es probable pues la utilización de un sistema de medidas precisas de superficie agraria en época tan antigua era por sí misma una muestra evidente de modernidad, de innovación y de desarrollo socio-económico, y no parece haber sido importada desde los territorios limítrofes.

 

Cuando la conquista romana acaba sofocando los últimos focos de resistencia indígenas, habrán acabado con un largo periodo de desarrollo autóctono, que había permitido el surgimiento de una inteligente economía de base agrícola que hizo que la sociedad vaccea se viese libre del mal endémico del momento, el bandolerismo, que alcanzó unas altas cotas entre sus vecinos (siendo los vacceos, obviamente, el objetivo preferido de razzias y correrías) lo que, igualmente, demuestra la originalidad del sistema y su no dependencia, en absoluto, en su origen y planteamientos, de los practicados por las comunidades circundantes lo que nos habla, de esta forma, de una relativa «excepcionalidad» del pueblo vacceo dentro del conjunto de los pueblos prerromanos de la Meseta durante la Edad del Hierro. [112]


NOTAS[108]  ROLDÁN HERVÁS, J.M., Fuentes antiguas para el estudio de los vettones, p. 103[109] WATTENBERG, F., La región vaccea, p. 49[110]  FLÓREZ, H., España Sagrada. vol 5. Trat. 4, Cap I[111DIODORO SÍCULO (V, 34): “El más avanzado de entre los pueblos vecinos a éstos [los Celtíberos, de quienes ha estado hablando], es el conjunto de los llamados Vacceos: pues éstos, cada año, distribuyen la tierra arable a los labradores, y poniendo en común sus frutos, entregaban a cada uno su parte, y a los labradores que se apropiaban de alguna parte para ellos mismos, daban la muerte como castigo”[112 DOMÍNGUEZ MONEDERO, Adolfo J., Problemas en torno a los orígenes históricos del pueblo vacceo, p. 477, Salamanca, 1990 

La permanencia de las obradas y la continuidad de la población

Una crónica medieval, la Crónica Albeldense,  nos cuenta que Alfonso I, rey de Asturias (739-757),  Campos quos dicunt  Gothicos usque ad flumen Dorium eremavit. [113]

Y la crónica de Alfonso III narra:

Omnes quoque arabes occupatores supradictarum civitatum interficiens, christianos secum patriam duxit. [114]

A partir de estas escuetas referencias de las crónicas, surgió toda una teoría histórica de la Edad Media en la Península Ibérica.

Según esa teoría, en el siglo VIII, tras la invasión musulmana, se habría producido en el valle del Duero una huida de la población hacia la cornisa cantábrica, huida promovida por el propio rey de Asturias Alfonso I el Casto que habría despoblado el territorio creando el llamado “desierto del Duero”, con el fin de dificultar los ataques musulmanes desde el sur.

En el siglo siguiente, el rey Ordoño I (850-866) y sus sucesores habrían llevado a cabo la repoblación del valle del Duero [115] desde la zona cantábrica.

Sánchez Albornoz [116] y otros muchos historiadores españoles y portugueses apoyaron esa teoría, la cual fue más tarde rechazada o matizada por otros historiadores.[117]

Nuestros datos cartografiados contradicen frontalmente la teoría de la despoblación y repoblación generalizadas del valle del Duero en los siglos VIII-X, pues las obradas que, como las lenguas, sólo existen en la mente de sus usuarios, se mantuvieron en su área, lo que implica una continuidad mayoritaria de la población.

Un hipotético proceso de despoblación del territorio de las obradas en el siglo VIII habría ocasionado la desaparición total o parcial de tales medidas de ese territorio.

Otro hipotético proceso posterior de repoblación desde el norte con gentes de Cantabria y Asturias en los siglos IX y X hubiera dado lugar a la implantación en el valle del Duero de las fanegas, medidas usadas por los habitantes de la zona cantábrica, algo que no ocurrió. [118]

Si hubiera habido repoblación medieval y esta hubiera sido sólo parcial, deberíamos encontrar “bolsas” de fanegas dentro de la zona de obradas, cosa que sólo ocurre en el sector 04 (este de la provincia de Valladolid), donde hay tres pequeñas “bolsas” de fanegas dentro de la zona de obradas. Sus reducidas dimensiones muestran claramente la escasa cuantía de esos movimientos migratorios.

Los labradores hispanorromanos, que eran la inmensa mayoría de la población y que tal vez aún no estaban cristianizados, continuaron labrando sus tierras medidas en obradas y sembrando su trigo, pues no querían abandonar sus fincas e irse al norte, a una zona en la que no había ni pan ni vino (y las patatas y el maíz aún no habían venido de América) y donde no existía para ellos ningún modo digno de subsistencia.

Tal vez la visión de la historia medieval que ofrecen nuestros mapas no sea tan épica como el legendario episodio de los foramontanos asomándose a las llanuras de la meseta desde Brañosera (Palencia), pero, en nuestra opinión, es una historia no menos honrosa ni menos valiente y, a nuestro modo de ver, más realista,

Tampoco existió o fue poco relevante la repoblación desde el noreste vasco por diversas razones.[119]

Los argumentos que hemos expuesto para mostrar la continuidad de la población en el territorio de los vacceos, son también extrapolables a los territorios de turmogos y arévacos, que tampoco se habrían despoblado ni repoblado en los siglos VIII-X.  y, por tanto, habrían mantenido su cultura y su lengua, que probablemente no eran muy diferentes de las de los vacceos, con los que turmogos y arévacos parece que mantuvieron notable proximidad cultural y estrechas alianzas militares y relaciones comerciales, como hemos visto en otros lugares de este trabajo.

Para valorar adecuadamente la importancia que Sánchez Albornoz atribuye a su teoría sobre la despoblación y repoblación medieval de Castilla, basta citar las palabras que él mismo escribió en el prólogo de su obra: “La despoblación del valle del Duero es base de todas mis tesis sobre la historia institucional y vital de Castilla y de España”.



NOTAS[113] SANCHEZ ALBORNOZ, C., Anuario Hª del Derecho, I, 1924, pp. 197 [114]  Crónica de Alfonso III,  Version Ad Sebastianum,  pp. 123 [115]  Civitates desertas ex quibus Adefonsus mayor Caldeos eiecerat, iste populavit, id est: Fudem,, Astoricam, Legionis et Amagiam Patriciam.- Cronica de Alfonso III, prf. 26[116]  SÁNCHEZ ALBORNOZ, C., Despoblación y repoblación del valle del Duero, Buenos Aires, 1966, pág. 5,[117] Sobre esta teoría y la polémica asociada pueden servir como recopilaciones las tesis doctorales siguientes :ESCALONA MONGE, J., Transformaciones sociales y organización del espacio en el Alfoz de Lara en la Alta Edad Media.Esta tesis doctoral incluye en su apartado 2.3 un buen resumen de la teoría de Sánchez Albornoz y las polémicas asociadas con ella. Publicada también como libro en inglés:Sociedad y Territorio en la Alta Edad Media Castellana: La Formación del Alfoz de Lara.  Oxford. 2002ISBN-13: 978-1841713168ISBN-10: 1841713163PÉREZ MARIÑAS, I., Tierra de nadie. Sociedad y poblamiento entre el Duero y el Sistema Central (siglos VIII-XI). Tesis doctoral UAM.   En Internet: https://repositorio.uam.es/handle/10486/673422GARCÍA DE CORTÁZAR, J. Á., «Del Cantábrico al Duero», en GARCÍA DE CORTÁZAR, J. Á.(et alii), Organización social del espacio en la España medieval. La Corona de Castilla enlos siglos VIII a XV, Ariel, Barcelona, 1985, pp. 44-45ESCUDERO MANZANO, Gonzalo, J. La “despoblación” y “repoblación” del valle del Duero: La problemática de  las fuentes y el debate historiográfico, Estudios Medievales Hispánicos, 2016 - repositorio.uam.es[118] Para más detalles, ver:ALONSO GUTIÉRREZ, E. Los límites entre obradas y fanegas, y las fronteras de vacceos, cántabros y turmogos.  Boletín de la Institución Fernán González.  Año 2017. núm. 254. ISSN: 0211 -8998  pp.  33-35[119]Si hubo en los territorios de vacceos, tumogos y arévacos una repoblación desde el noreste vasco, cosa que dudo, no pudo ser muy numerosa por las siguientes razones:a) Como hemos visto, en el valle del Duero no se produjo una despoblación que crease un vacío demográfico total ni mayoritario.b) En los siglos IX y X, la densidad de la población en el País Vasco era demasiado tenue para generar un excedente demográfico capaz de poblar otras tierras.c) La toponimia euskérica del suroeste riojano (Ezcaray) y de la Riojilla burgalesa puede explicarse sin migraciones medievales, como efecto del sustrato común, probablemente preindoeuropeo, de la zona.d) Los topónimos Báscones, Basconcillos, Bascuñana, Vasconcelos, etc. no llevan incorporada la fecha de su fundación y podrían no ser de época medieval.Hay que tener en cuenta que el Báscones de Asturias, junto a Oviedo, los palentinos Báscones de Ojeda y de Valdivia, los burgaleses Báscones del Agua, de Zamanzas, de Bureba y de Ebro, el también burgalés Basconcillos de Tozo y los Villabáscones de Bezana y de Sotoscueva, también burgaleses, están situados a centenares de kilómetros al oeste (no al sur) de Vasconia.La acentuación esdrújula de estos topónimos resulta curiosa e intrigante, frente a la habitual acentuación llana de "vascones", corónimo usado para designar a los habitantes de Vasconia.También habría que explorar la posible relación entre estos topónimos y la ceca BASKUNES, cuyas acuñaciones en plata y bronce se produjeron en los siglo II y I a.C.,  y cuya ubicación aproximada suele situarse en el suroeste de Navarra, por su posible relación con las colonizaciones llevadas a cabo por Pompeyo el Grande en época sertoriana con gentes de origen vascón. Los pueblos denominados Báscones y Villabáscones en Burgos y Palencia parecen contornear los límites sur y este del antiguo pueblo prerromano de los cántabros.STEFANELLI, F.V..  La ceca de Baskunes. Tesis doctoral.  2017.   http://roderic.uv.es/handle/10550/63475

El territorio de las obradas y la lengua castellana

 Las obradas no vinieron al valle del Duero desde el norte, porque en el norte no hay ni hubo nunca obradas. Las obradas ya estaban en el valle del Duero al menos desde la época romana.

Tampoco vinieron los repobladores en los siglos IX y X, porque el valle del Duero no estaba  despoblado, ya que, en ese caso, las obradas habrían desaparecido al marchar sus usuarios hacia el norte.

De manera similar, la lengua castellana, que se ha hablado y se habla en el sector central del valle del Duero con notable homogeneidad, no pudo venir del norte, traída por unos repobladores inexistentes o muy minoritarios, porque, además, en el norte cántabro no se hablaba castellano.

En el extremo nordeste [del ámbito del asturiano leonés], rasgos leoneses pueden encontrarse quizá hasta Castro Urdiales, pero solamente el tercio occidental de la actual provincia de Santander perteneció antiguamente a la región asturiana. El límite entre astures y cántabros estaba en el río Salia (según Pomponio Mela), es decir el actual Saja[120 ].

 

Si la lengua castellana hubiera nacido en Cantabria y se hubiera expandido por repoblación hacia el sur, en el valle del Duero no se hablaría castellano sino una variante de la lengua asturiano-leonesa que se hablaba en “las Asturias”.

En la Edad Media se diferenciaba entre las Asturias de Oviedo y las Asturias de Santillana. Las Asturias de Santillana, por Santillana del Mar, correspondían a la zona oeste de la actual comunidad de Cantabria, donde se hablaba la variante astur-leonesa del latín.

Había varias diferencias importantes entre esas hablas de Cantabria y el romance del valle del Duero:

a) Cierre de las vocales finales: o > u; e > i, p. ej., gatu, suelu, salierun, parti, entoncis.

En castellano: gato, suelo, salieron, parte, entonces

El cierre de la vocal final iba a veces asociado con metafonía[121] en algunos lugares de Asturias y en el Valle de Pas (Cantabria)

b) Palatalización de la l- inicial: l > ll: lluna, llobu.[122]

         En castellano: luna, lobo.

c) Manteniminiento de j- g- inicial: juncir, gelar, genero[123]

         En castellano: uncir, helar, enero

d) Conservación del grupo -mb-: lombo, lamber, que en castellano se reduce [124] a -m-,

 En castellano: lomo, lamer

e) Inestabilidad en la diptongación de -o- y -e- breves tónicas del latín [125], dando como resultados: ua, ua, uo; ia, ie, io, mientras el castellano optó ya en el siglo X por ue, ie.

f) Aspiración de la f- inicial: f- > h- (aspirada), mientras en castellano desaparece[126]

g) Predominio de los sufijos diminutivos –ino (-in) y –uco, -uca en Santader frente a      -illo, –ito en Burgos y Palencia[127]

Y añadiremos dos rasgos del castellano inicial que no se daban en las hablas de la zona cantábrica:

a) La reducción del diptongo –IE- > -i-, por ej.: -iello, -iella  >>  -illo, - illa. Es generalizada y temprana en castellano y no en otros romances de la península.

b) La monoptongación del diptongo latino –AI-, -EI-  > -e- ;   –ARIU  > -ero[128]

Además de estos rasgos fonéticos existía también un gran número de diferencias morfológicas y léxicas.[129]

Desde una perspectiva menos académica, basta leer la novela “Peñas arriba” de José Mª de Pereda, para comprobar que el habla de sus personajes populares (Chisco) tiene muy poco que ver con el castellano del valle del Duero.

Para estudiar el origen de la lengua castellana, es conveniente tomar en consideración a la antigua geografía lingüística de la región:

Menéndez Pidal, en Orígenes del español, la explica con claridad:

“En los documentos del reino de Castilla pertenecientes al siglo XIII, se señalan claramente tres regiones:

1 Región central (Burgos, Osma, Valladolid, Palencia, Segovia y Ávila […]

2 Región norte (Montaña, Campóo, Castilla del Norte, Álava y Rioja)

3 Región toledana(Toledo, Cuenca, Sigüenza)”[130]

 

[Y continúa Menéndez Pidal:]

“El castellano común es el hablado principalmente en la región central, representado por documentos procedentes de Burgos, Cardeña y Covarrubias; es el lenguaje de la región que, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo X, fue centro político y social del gran condado constituido por Fernán González[131] “[…]

 

Y dentro de la provincia de Burgos, también según Menéndez Pidal, “para formarnos una idea del lenguaje de Burgos en particular, debemos distinguir dos regiones como bastante diversas del centro[132] burgalés”. [En total serían, pues,  tres regiones: el centro burgalés y las otras dos zonas que se indican]

1.      “Al norte se destaca la primitiva Cantabria, que abarcaba lo que originariamente se llamó Castilla Vieja, con Amaya, la Bureba, Campóo y la Montaña. Es la región representada por los documentos medievales procedentes de Oña, Valpuesta, Aguilar de Campóo y Santoña, y se distingue claramente de Burgos por tender al arcaísmo. Así, conserva hasta el siglo XI, y aun hasta el XII, rastros del sufijo eir, cuando en Burgos hacía siglos que no se decía sino ero […]”

2.      “Después hemos de distinguir la región Sudeste del condado (Alfoz de Lara, Clunia, etc.), donde también se observa y con más intensidad la influencia riojana, que conocemos algo gracias a los dos grandes monasterios de San Millán y de Silos” [133]

3.      Y, claro está, el territorio del “centro burgalés”, que formaba parte de la “Castilla central”.


[120] ZAMORA VICENTE, A., Dialectología española, p. 84.Véase también todo el capítulo dedicado al asturiano-leonés:ZAMORA VICENTE, A. Op. cit., pp. 84-210.[121] La metafonía consiste en el inflexión de la vocal tónica anterior, p. ej.:En asturiano, un vaso es un vesu y un beso es un bisu.ZAMORA VICENTE, Alonso. Op. cit., p. 129[122] ZAMORA VICENTE, A. Op. cit., p. 108[123] ZAMORA VICENTE, A. Op. cit., p. 132[124] La reducción  -MB- > -m-  típica del castellano se produjo en el siglo III, mucho antes de cualquier supuesta repoblación del valle del Duero por cántabros y sería el primer fenómeno que conocemos de diferenciación temprana del castellanoZAMORA VICENTE, A., Op. cit, p. 149.   Sobre la cronología de los cambios fonéticos, véanse:STRAKA, G., La dislocation liguistique de la Romania et la formation des langues romanes a la lumière de la chronologie relative des changements phonétiques. En: Revue de Linguistique Romane. Lyon, 1916, pp. 249-267.GUITTER, H., Elementos de cronología fonética del vascuence, ASJU, XXIII-3. pp. 797-800[125] ZAMORA VICENTE, A. Op. cit., p. 89.[126] ZAMORA VICENTE, A. Op. cit., pp. 118-121.[127] ZAMORA VICENTE, A. Op. cit., pp. 162-164.[128] La mayor intensidad en la monoptongación parece estar en la región de Burgos hacia el Duero y en Rioja, mientras la región más al norte (Valpuesta, Campóo, Santander) ya arcaiza”MENÉNDEZ PIDAL R., Orígenes del español. §102   p. 500[129] ZAMORA VICENTE, A., Dialectología española, pp. 165-210[130] MENÉNDEZ PIDAL, R. Op. cit.. §581   pp. 309-310Esta nota, referida a un fenómeno lingüístico concreto, ha sido incluida porque enumera las áreas de cada región.[131] MENÉNDEZ PIDAL, R. Op. cit.. §994  pp. 485-486[132] Esta región central burgalesa correspondería al territorio del antiguo pueblo prerromano de los turmogos, cuyos límites podrían ser los siguientes:El vértice noroeste se hallaría en Villamayor de Treviño-Sasamón, desde donde la frontera oeste, coincidente con el límite de obradas y fanegas, bajaría hacia el sur, dejando fuera al oeste Grijalba (Burgos), Castrojeriz (Burgos) y Palenzuela (Palencia), los tres en tierra de vacceos, hasta llegar a Tórtoles de Esgueva (Burgos), que sería el vértice suroeste.Desde Tórtoles, la frontera sur entre turmogos y arévacos (y las diócesis de Burgos y Osma) seguiría el curso del río Esgueva hasta su nacimiento en las Peñas de Cervera.Desde este vértice sureste, la frontera este subiría hacia el norte, dejando a su derecha Silos  (y los peledones) y a su izquierda Covarrubias (turmogos), hasta Piedrahita de Muñó (Burgos), incluyendo en el área de los turmogos el alfoz de Lara. Pasaría luego entre Atapuerca (Burgos) (turmogos) y Agés (Burgos) (autrigones) y seguiría la divisoria de aguas entre los ríos Oca y Arlanzón (y divisoria también de las cuencas del Ebro y del Duero) hasta las proximidades de Poza de la Sal (autrigones).Desde ese vértice noreste, la frontera norte con los cántabros bordearía los páramos para dirigirse por Coculina y Villadiego hasta Treviño y Sasamón.[133] MENÉNDEZ PIDAL, R. Ob. cit . §99  pp. 482-483
Mapa lingüístico del centro-norte de España en los siglos X – XIIsegún las indicaciones de Menéndez Pidal en Orígenes del español

Comentarios sobre el mapa lingüístico

Las zonas coloreadas corresponden a diferentes ámbitos lingüísticos . Los matices de un mismo color indican variaciones dentro de una zona lingüística.

Así, en el centro del mapa tenemos cuatro matices del verde. El verde más intenso corresponde a la zona de obradas y, supuestamente, al ámbito de los vacceos.

Alrededor de la zona de obradas hallamos cuatro zonas pequeñas con situaciones especiales: en el sur, a ambos lados de Ávila, tenemos dos salientes donde se usaban huebras, que no eran obradas, pero se le parecían y en el este de la actual provincia de Salamanca encontramos otra zona algo mayor de huebras; más al norte, en la zona de Medina de Rioseco (Valladolid), hay una zona triangular donde se usaban yguadas, cuya naturaleza y origen desconocemos, pero parecen tener cierto parentesco con las obradas.

A su derecha, en el centro de la provincia de Burgos, correspondiente a los antiguos turmogos, tenemos un verde más suave.

En el este, encontramos una amplia zona de verde más diluido en la actual provincia de Soria y en el sur de la de Burgos, que corresponde al territorio de los antiguos pelendones y arévacos, situados al norte y al sur  de la zona, respectivamente, como se indica en la rotulación. No se ha trazado el límite entre pelendones y arévacos porque no hay consenso entre los expertos ni sobre ese límite ni sobre las relaciones entre uno y otro pueblo.

El conjunto de los cuatros matices del verde corresponderían a la "Castilla central", el territorio inicial de la lengua castellana, según Menéndez Pidal.

A la izquierda, en el oeste, tenemos una zona subdividida en dos. La situada al oeste del río Esla corresponde al ámbito lingüístico comprobado del asturiano-leonés; la zona que se halla al este del Esla aparece con un color más claro, porque no hay unanimidad entre los historiadores sobre el trazado exacto del límite entre astures y vacceos. Ese límite suele situarse en algún punto entre los ríos Esla y Sequillo. (ver sector 01).

Las líneas intermitentes indican límites inciertos o imprecisos como tres de las cuatro líneas de delimitación de los turmogos, en el centro de Burgos.

En el norte y bajo el rótulo de "romance arcaizante" (así lo califica Menéndez Pidal), que incluía los territorios de cántabros y autrigones, separados entre sí por una línea que iba desde la desembocadura del Asón en el norte, seguía por el este de Sotoscueva y la merindad de Valdeporres, para llegar al Ebro en las proximidades de Oña, que pertenecía ya a los autrigones.

Al este de los autrigones, en la llanada de Vitoria se usaba ese mismo romance arcaizante, y más al norte, a la derecha del Nervión, se hallaba la zona euskaldún, coloreada de gris oscuro.

Al sur del río Ebro, desde el río Tirón hacia el este, coloreado en gris más suave, se hablaba otro romance derivado del latín: el navarro-aragonés.

Desde Saussure sabemos que las lenguas humanas son instituciones sociales y que los procesos en que se hallan implicadas son también procesos sociales. 

Las lenguas nuevas no nacen ni tienen su "cuna" en un punto geográfico ni individual concreto,[134] sino que son procesos sociales, en los que los seres individuales cuentan poco.

Por eso, al hablar del nacimiento o la "cuna" de una lengua, estamos utilizando expresiones metafóricas no demasiado apropiadas, porque incluyen referentes individuales, no sociales. 

La "aparición" del castellano habría que situarla en una sociedad que aprendió la lengua latina pero  conservando algunos elementos de su lengua anterior: cierto número de palabras, algunos hábitos articulatorios, como el vocalismo castellano (5 vocales), muy diferente del vocalismo latino (10 vocales) y del de la mayoría de las lenguas neolatinas (7 vocales). 

La lengua latina se fusionó con la lengua (o lenguas) hablada(s) por vacceos, turmogos y arévacos, y el resultado de esa fusión, desigual por el mayor peso del latín, fue la lengua castellana

Las características del castellano común no proceden del norte cantábrico, sino de lo que Menéndez Pidal llamaba “la región central de Castilla” que hemos visto más arriba y que corresponde casi exactamente con la zona de las obradas (territorio de los vacceos), más el centro de la provincia de Burgos (territorio de los turmogos) y el valle del Duero soriano (territorio de los arévacos). 

Vacceos, turmogos y arévacos compartieron muchos rasgos etnográficos, culturales y lingüísticos, además de colaborar estrechamente en la resistencia de Numancia contra los romanos. (Véanse comentarios del sector 03)

Según Antonio Tovar, el pueblo turmogo estaba estrechamente emparentado con vacceos y celtíberos (arévacos)[135]. 

Hay otros argumentos sólidos,  aunque poco utilzados, en favor de la comunidad de cultura e intereses entre los vacceos, los turmogos y los arévacos:

Al sur y al este de las Asturias de Santillana existía un territorio que correspondía a los cántabros y autrigones y que, además de la parte central y oriental de la actual Cantabria, ocupaba, en el norte de Burgos, todo el amplio territorio cuyas aguas vierten al río Ebro: Sedano, las Merindades, la Bureba y el resto de las cuencas del río Oca y del río Tirón. 

La lengua de estas zonas del norte burgalés tendía al arcaísmo[136] [137] frente al carácter innovador del centro de Burgos y de toda la Castilla central, en la que surgió y evolucionó el castellano antiguo y moderno. 

Tampoco vino el castellano del este, ni hubo repoblación significativa desde la Rioja hacia el valle del Duero, aparte de las relaciones monásticas entre S. Millán de la Cogolla y S. Domingo de Silos.

 Los riojanos de hoy hablan un castellano espléndido del que se sienten legítimamente orgullosos, pero en el siglo X, lo que se hablaba (y escribía) en San Millán de la Cogolla, junto a Nájera, entonces capital del reino de Navarra, no era el romance castellano, sino el romance navarro-aragonés.

El castellano no llegó a esa zona hasta bastante más tarde, a partir del siglo XI con Alfonso VI y Alfonso VIII en el siglo XII. [138] 

“Podemos preguntarnos si esta afirmación, la de que las glosas [emilianenses] son el primer texto castellano, es correcta”[139] 

Y la respuesta es no, porque las glosas están escritas en un romance navarro-aragonés-riojano en el que las formas del verbo ser son ye, yes, yet, la -o- breve tónica diptonga ante yod: OCULU > “uello” frente a “ojo” del castellano y un largo etcétera de rasgos lingüísticos diferenciales. 

Hay que añadir que, en lugar de hablar de la influencia del vasco en el origen del castellano y en sus características, sería más adecuado mencionar la coincidencia de algunos rasgos comunes, sin que esa coincidencia implique causalidad ni influencia directa. Si los examinamos atentamente, esos rasgos coincidentes no son muy numerosos. 

La pérdida de f- inicial latina, compartida por el castellano, el vasco y el gascón, puede explicarse muy bien como fenómeno derivado de un sustrato lingüístico común[140] sin implicar repoblaciones medievales extremadamente improbables, como ya hemos visto. 

Algo parecido ocurre con el subsistema vocálico del castellano, con sus tres grados de abertura, algo excepcional entre las lenguas neolatinas (salvo el sardo) y sus cinco vocales de timbre preciso y nítido (sin alófonos ni neutralizaciones) 

Es ese vocalismo claro el que, junto con la sencilla estructura silábica, proporciona al castellano su sonoridad rotunda y eufónica[141]. Y  ese vocalismo no proviene del vasco, situado muy lejos al este. 

No es verosímil que un distante adstrato lingüístico situado a centenares de kilómetros influyera en una lengua lejana en algo tan mollar como todo su sistema vocálico. 

La explicación de las coincidencias de los vocalismos castellano y vasco debe buscarse en el sustrato lingüístico común sobre el que probablemente se asentaban ambas lenguas. 

La notoria homogeneidad lingüística de la “región central de Castilla” en el pasado y en el presente y la práctica inexistencia de variantes dialectales significativas apunta a la implantación simultánea del latín sobre un  sustrato lingüístico común preexistente en toda la región. [142]


La “cuña lingüística” del castellano. 

Es muy conocida la imagen creada por Menéndez Pidal para explicar el “ensanchamiento” del castellano hacia el sur:

" La nota diferencial castellana obra como una cuña que, clavada al norte, rompe la antigua unidad de ciertos caracteres comunes románicos antes extendidos por la península y penetra hacia Andalucía, escindiendo alguna originaria uniformidad dialectal, descuajando los primitivos caracteres lingüísticos desde el Duero a Gibraltar, esto es, borrando los dialectos mozárabes y en gran parte también los leoneses y aragoneses, y ensanchando cada vez más su acción de norte a sur".[143] 

Si observamos el mapa general de las obradas (y de los vacceos), podremos observar que la zona verde de las obradas también es màs estrecha en el norte y se va ensanchando hacia el sur, como una cuña, con el corte hacia arriba y la base amplia abajo. 

Sin contradecir la explicación de Menéndez Pidal, sólo queremos apuntar una matización: que el ensanchamiento inicial podría no ser resultado de un avance dinámico hacia el sur, sino de la posición estática de  una figura vagamente triangular[144] y con figura de "T" invertida que formaba el área de las obradas y de los vacceos 


NOTAS

 [134] Acerca de la autoproclamada "cuna" del castellano en la Rioja puede resultar interesante e instructivo: ZAVADIL, B, Historia de la lengua española: Introducción a la etimología. Praga. 2015. ISBN 978-80-246-2981-1. pág. 36 y también: http://www.vallenajerilla.com/berceo/wolf/emilianensesotravez.htm[135] TOVAR, A, Iberische Landeskunde.II.3.Hispania Citerior Tarraconensis, Baden-Baden, 1989, pp. 74-75 [136] ALONSO GUTIÉRREZ, E. Ob. cit. pág. 22 [137] MENÉNDEZ PIDAL R. ibídem. [138] Para más detalles de las relaciones de la Rioja con Navarra, Castilla y Aragón, véase: ANDRES VALERO, S. La Rioja en la corona de Castilla. Nájera, 2001, ISBN 84-95747-00-6, págs. 231-244 Disponible en Internet: Dialnet [139] ALARCOS LLORACH, E., Ob. cit. p.22 [140] La f- inicial latina, que ya en el siglo IX había desaparecido totalmente en el centro de de la provincia de Burgos, de la de Palencia y de otras zonas de la meseta, se conservaba aún en el siglo XVI en forma de aspiración en toda la actual provincia de Cantabria, la provincia de Burgos al norte de Oña y una zona situada a ambos lados del Ebro en Álava y la Rioja, es decir, entre el País Vasco y el centro de Burgos.Es muy claro e ilustrativo el mapa incluido en: ZAMORA VICENTE, A. Dialectología española. pág. 61.(mapa) Va contra toda lógica que el vasco causara "a distancia" la pérdida de f- inicial del castellano de Burgos y Palencia, sin influir nada en las zonas intermedias de la Rioja y Cantabria, que la conservaron como aspirada. [141] Esta claridad y eufonía convierten al castellano en una lengua seductora y muy apropiada para atraer nuevos hablantes y explican en parte la difusión milenaria del castellano en todas las direcciones, como hemos visto en la nota 138.  
El castellano es una lengua clara, bonita (suena muy bien) y fácil (de aprender).
Lo intuí por primera vez, cuando, hace ya muchos años, tuve ocasión de escuchar “en directo” a Félix Rodríguez de la Fuente. Lo que atraía e impresionaba no era sólo su voz armoniosa,  ni el contenido interesante de su disertación. Era también su lengua castellana, clara, castiza y biendicha, la que sonaba a gloria.[142 ]Hemos visto que los labradores castellanos no huyeron al norte ni regresaron más tarde al sur, sino que siguieron labrando sus tierras, sembrando su trigo y hablando su lengua, la lengua castellana, que mostraba ya entonces un carácter innovador y unos rasgos diferenciados entre las lenguas peninsulares y que hoy se ha convertido en una lengua global. Y al convertirse en lengua global, la lengua castellana ha dejado de ser propiedad exclusiva de los castellanos, para pertenecer a todos los que la hablan por el ancho mundo.Es lógico y comprensible que muchos quieran atribuirse la “paternidad” del castellano, pero esa “paternidad” no es universal, sino particular y concreta. Fueron los mismos labradores castellanos, que crearon las obradas y probablemente las adaptaron a medidas romanas, quienes tempranamente adoptaron la lengua latina como propia y la “labraron” de forma  creativa e innovadora hasta convertirla muy pronto en la primera lengua de la Península Ibérica y devenir  más adelante una de las grandes lenguas globales y, desde luego, la hermana mayor de las lenguas neolatinas.[143] MENENDEZ PIDAL, R. Orígenes del español, p. 513 [144] La anchura de la base de ese triángulo sería aún mayor si incorporamos el área de huebras de Salamanca y la zona del alto Duero soriano.

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