Prevenir abusos

  • En el mundo contemporáneo el abuso infantil se encuentra presente tanto en países industrializados, en vías de desarrollo como países pobres. El hecho de que el abuso infantil es más reportado en los países industrializados, no significa que sea menor en los países en vías de desarrollo o del llamado Tercer Mundo. Si bien las estadísticas respecto a los países ricos de la tierra son mayores, es debido a que la legislación nacional es mucho más elaborada y estricta y existe una mayor vigilancia sobre los Derechos del niño, lo que existe pobremente en los países más pobres. Entre más pobre el país, menor es el control y la educación social y de la sexualidad del individuo. A ello se suman realidades actuales y patéticas como el tráfico infantil, la prostitución infantil y el turismo sexual.Entre las principales causas se pueden mencionar: Pobreza en la educación de la sexualidad de un conglomerado social.
  • Falta de atención a la integridad de la familia que se hace víctima de la violencia intrafamiliar, el abandono, la pobreza y otros.
  • La soledad infantil, producto directo de una crisis social generalizada, especialmente en Occidente’
  • Una pobre legislación nacional que garantice los derechos del niño y del adolescente.
  • Conflictos armados que involucran a los niños directamente como víctimas y como victimarios.
  • Una falta de consenso internacional en cuanto a la materia del abuso infantil o desconocimiento de las leyes internacionales y su aplicación en el plano nacional.
  • Un pobre reflejo del significado de los derechos del niño dentro de los medios de comunicación social, muchos de los cuales promueven consciente o inconscientemente una cultura del abuso infantil por medio de mensajes irresponsables.

Asociación ACPI

ACIM

Existe una serie de indicadores físicos y psicológicos que, en caso de reproducirse, pueden llevarnos a sospechar que un menor está sufriendo algún tipo de abuso sexual y que debemos por tanto intervenir:• INDICADORES FISICOS: moretones, infección urinaria, dolor al sentarse o al andar, sangrado... u otros indicadores de tipo psicosomático como los trastornos alimenticios (anorexia, bulimia...) o el insomnio.• CAMBIOS EN LA CONDUCTA: desconfianza, introspección, tendencia al aislamiento, reproducción de conductas sexuales que no corresponden a la edad, agresividad, problemas escolares...• TRASTORNOS EMOCIONALES: ansiedad, depresión, sentimiento de culpa , miedos, pánicos y fobias, rechazo hacia algunos adultos, conflictos familiares...La mayoría de los menores que sufren algún tipo de abuso sexual terminan manifestándolo de alguna manera, normalmente de forma velada. Los cambios bruscos en su conducta, o difíciles de justificar, pueden revelarse como señales importantes a tener en cuenta, para lo que es fundamental crear un clima de comunicación y confianza en la familia.Si sospechamos que dichos abusos se están produciendo debemos actuar de la siguiente manera:1. Preguntar al menor. Insistir. Provocar con tacto que nos cuente lo que le sucede. lo más importante es prestar atención no sólo a lo que nos cuente (puede no estar preparado aun para hacerlo) sino también cómo nos lo cuente y cómo reaccione ante las preguntas.

2. Creer al menor. Son raros los casos de niños que inventan una agresión sexual, no suelen mentir al respecto. Si no se les cree puede que no se sientan con fuerzas suficientes como para volver a contarlo.

3. Convencerle de que no es culpable. La mayoría de los menores que sufren abusos llegan a desarrollar un verdadero sentimiento de culpabilidad. Muchos no pueden comprender que se les haga daño sin haber una razón, sin haber hecho nada para merecerlo. Hay que dejarle claro que el culpable es siempre la persona mayor.

4. Asegurarle nuestra protección personal. Contar y manifestar una situación así es muy duro. Debemos comprometernos a ayudarle, apoyarle y hacer lo posible para solucionar el problema.

5. Reforzar su autoestima y ayudarle a recobrar la confianza en si mismo/a. Esto es muy importante para contrarrestar los sentimientos de culpa.

6. Hablar de lo ocurrido y del agresor, tanto para aclarar como para interiorizar lo sucedido. No transmitir lástima o comprensión hacia el agresor, ya que en un futuro el pedófilo podría servirse de ese sentimiento para acercarse de nuevo al menor.

7. Comunicar el abuso a los padres, si no tienen conocimiento ni están implicados. Comunicarlo también a los Servicios de Protección de Menores, pero a nadie más. Cuantas más personas lo sepan más sufrirá el menor y más difícil resultará su reintegración a la vida normal.

8. Denuncie SIEMPRE los abusos sexuales sobre menores. Las consecuencias para éste son imprevisibles y siempre dramáticas.

Además, tenga en cuenta que muchos abusadores no cesan en su actitud si no son frenados y pueden repetir lo abusos durante años.

Fuentes:

Red peruana contra la pornografía infantil

Protégeles

Fundación Vicky Vernadet