Lucía Castillo

MLD Armentières 2023

Antes de apuntarme a esta experiencia tenía dudas de hacerlo porque siempre he sido una persona que no me gusta separarme de mi familia y que echa mucho de menos las cosas, sin embargo me animaron a apuntarme y decidí hacerlo para así poder superar algunos miedos que tenía y aprender valores para el futuro que creo que esta experiencia te da. Fue la mejor decisión porque he encontrado una segunda familia, he aprendido un montón de francés, he hecho un montón de amigos que sé que van a ser para siempre y he aprendido muchos valores pero el más importante la valentía y la independencia.

Decidí irme a Francia y me acuerdo que el día de antes estaba muy nerviosa, pero una vez llegué allí y me encontré con mi familia todos los nervios desaparecieron y solo pensé en disfrutar de esa experiencia que sabía que era única. En mi caso, yo me fui a Francia ya que además llevaba cursando varios años el idioma y sabía que la experiencia me iba a ayudar un montón. Cuando llegué, no entendía casi nada, cuando llegué al instituto y me presentaron a los que luego serían mi amigos o les entendía hablar y la primera semana acaba super cansada por el esfuerzo de hablar y entender un idioma al que no estás acostumbrado a usar a diario. Sin embargo conforme van pasando las semanas te vas acostumbrando y poco a poco vas entendiendo todas las clases las conversaciones, etcétera, es decir eres capaz de llevar allí una vida normal.

Mi familia, me trataron genial y desde el principio me hicieron sentir como en casa. Hicieron un montón de turismo conmigo, me enseñaron pueblos y ciudades de alrededor e incluso me llevaron a Amsterdam ya que contaban con dos semanas de vacaciones también en el colegio. La familia entera eran majisimos y creo que en esta experiencia importante que tu tambien tienes que hacer por integrarse a la vida familiar, es decir bajar a hablar y jugar con ellos, ayudarles en las tareas del hogar y ellos de esa manera me recibieron súper bien. Mi familia se componía de el chico que era mi correspondiente, una hermana de 12 años y los dos padres, vivíamos todos juntos en una casa en un pueblo al lado del campo, algo que también fue un cambio grande para mi ya que estaba acostumbrada a vivir en una gran ciudad y tener muy cerca de mi casa un montón de servicios que ahí no estaban tan al alcance.

El colegio era muy distinto al nuestro y me quedé muy sorprendida con alguna de las normas que tenían, lo que más me impactó creo que fue las tres salas que tenían para ir cuando un profesor faltaba. Cada una de ellas con unos servicios diferentes y por supuesto también los horarios que llevaban como salir a una hora diferente cada día.

Las relaciones sociales allí las tienes que ir creando tú. Yo fui la que desde el principio me acerqué a la gente para hablarle sobre todo a los amigos de mi correspondiente y así conseguí hacer muchos amigos que sigo conservando y que espero algún día volveré a verles. Sin embargo allí las relaciones sociales me parecieron más frías que aquí en España,  hay mucho más respeto y me sorprendió mucho también que todas las fiestas eran en las casa, no hacían planes fuera de las casas apenas.

Recomiendo esta experiencia a todo el mundo sin duda te ayuda a conocerte muy bien a ti mismo, a construir una vida desde 0 de la que luego te va a dar mucha pena despedirme, a conocer otra cultura, otros valores, otra forma de vida y por último pero no menos importante a valorar lo que tienes en tu vida diaria.

Aquí adjunto algunas fotos de mi experiencia: