Mi estancia en Eslovaquia me ha servido para tener una mentalidad más abierta, ya que he podido experimentar otra cultura europea diferente a la española. Note mucho la diferencia en las comidas y evidentemente el idioma. Nos dieron unas clases básicas de eslovaco antes de llegar allí que fueron de gran ayuda puesto que allí la gran mayoría de gente no habla inglés. Con respecto a la comida noté mucho el cambio porque en España tenemos una grandísima variedad de alimentos y platos y sin embargo allí no hay tantos, pero he de decir que probé muchos de los platos típicos como bryndzové halušky, pierogi, sopas de distintos sabores o dulces típicos y todos me gustaron.

Su sistema ferroviario también fue una de las cosas que más me impactó. El precio de los billetes es más barato que el de los trenes en España ya que allí es muy común utilizarlo, y al igual que yo durante mi estancia, allí mucha gente lo utiliza en su día a día. A pesar de esto, tener que hacer todos los días varias veces el trayecto en tren de Martin a Žilina fue de las cosas que más duras se me hicieron ya que era bastante largo. 

Lo que más me gustó del país fue su naturaleza. Hice varias excursiones por bosques, montañas y cascadas preciosas. También visite algunos de sus muchos castillos y pueblos. Mi pueblo favorito fue sin duda Čičmany que tiene unas casas pintadas que me parecieron muy curiosas.

Tuve la oportunidad de esquiar en algunas de sus montañas y gracias a mi familia de acogida participé como monitora en un campamento de esquí y pude probar el esquí de fondo. También estuve por primera vez en un partido de hockey sobre hielo en Martin, que era el pueblo donde mi familia de acogida vivía.

Estuve con Klàra y sus abuelos en Bratislava, la capital, un lugar precioso y lleno de monumentos bonitos. Hicimos turismo por el día y por la noche y estuvimos en puntos altos de la ciudad donde las vistas eran fantásticas. Además Klàra y yo hicimos un viaje a Viena que me encantó en el que estuvimos visitando la ciudad en un día y fue increíble.

A parte de todas estas excursiones estuvimos yendo al instituto en el que nos acogieron genial. Allí en idioma no fue un problema puesto que las clases eran en español y adaptadas y la mayoría de estudiantes eran bilingües en español y estaban encantados de tenernos allí y hablar con nosotros. Después de clase iba o al gimnasio con Livia una chica genial que conocí allí o entrenaba con las chicas de equipo de baloncesto de Žilina que fueron majísimas y muy simpáticas al igual que su entrenador.

También tuve la oportunidad de participar en el encuentro ESMUN en  el plan de acción para reducir el uso de los motores de combustión hasta 2035 representando a Estados Unidos. Esta fue otra experiencia increíble en la que aprendí muchísimo al hacer una simulación de lo que ocurre en la realidad.

Todas estas experiencias y personas han sido inolvidables para mí, e incluso las cosas no tan buenas que he pasado durante esta estancia me han servido para crecer como persona y darme cuenta de lo que me gustaría o no en un futuro.