La autoría de un trabajo es parte importante de nuestra idoneidad como científicos. Para ser autor de un artículo es necesario haber realizado una contribución sustancial en la generación de ese trabajo y asumir la responsabilidad de lo que muestra y de lo que concluye.
Se considera contribución esencial:
Tener una hipótesis original (idea)
Diseñar, conducir y tomar datos de los experimentos
Ordenar y sistematizar los datos
Analizar e interpretar la información
Sacar conclusiones (elaborar una teoría).
No debe figurar como autor alguien que no haya participado activamente al menos en dos de los apartados anteriores.
El orden en el que aparecen los autores refleja la contribución individual que hicieron al trabajo. En este sentido, el primero y el último son los más importantes, los del centro, se consideran colaboradores.
Además de los nombres de los autores es necesario indicar su afiliación, es decir, el centro u organismo al que pertenecen. Esta información debe ser escrita con tanto cuidado como los nombres de los autores.