Últimamente se habla mucho de salud mental, estrés y motivación. Pero… ¿Alguna vez nos han enseñado a gestionar nuestras emociones en clase? ¿Sabemos qué hacer cuando nos sentimos agobiadas por un examen, una mala nota o por todo al mismo tiempo?
En nuestro día a día como estudiantes, hemos notado que se habla mucho del rendimiento académico, pero muy poco de cómo nos sentimos mientras intentamos rendir. Se espera que estudiemos, entreguemos tareas a tiempo y demos lo mejor de nosotros, pero ¿y si nuestras emociones tienen un papel más importante de lo que pensamos en todo esto? ¿Y si la forma en que gestionamos lo que sentimos podría mejorar nuestras notas y nuestra capacidad para aprender?
Este blog nace de una pregunta que nos ha acompañado durante meses: ¿cómo afecta la inteligencia emocional al rendimiento escolar?
A lo largo de este blog, exploraremos cómo nuestras emociones influyen en nuestra forma de estudiar, cómo podemos manejarlas mejor y qué impacto tiene esto en nuestro rendimiento académico.
Queremos abrir un espacio para hablar de lo que a menudo se pasa por alto en el ámbito educativo: el bienestar emocional como clave para alcanzar nuestro potencial.