Tras analizar los resultados de nuestro estudio, hemos observado que, aunque los alumnos con peores notas tienden a tener niveles de estrés más altos que los que obtienen mejores calificaciones, aunque la diferencia no es suficientemente significativa como para confirmarlo de forma clara.
En cambio, sí hemos visto que las chicas demuestran una mayor capacidad para gestionar sus emociones, especialmente en situaciones de estrés, algo que se reflejó de manera bastante clara en las encuestas que realizamos.
También, gracias a la entrevista con la psicóloga del centro, entendimos que es muy importante trabajar más la educación emocional desde edades tempranas para ayudar a los estudiantes a enfrentarse mejor a las dificultades del día a día.
Por último, nos llamó especialmente la atención descubrir que un 59,2% de los estudiantes no conoce herramientas básicas para gestionar sus emociones, lo cual nos parece un dato preocupante.
Por lo tanto, nuestro trabajo ha buscado comprender mejor la relación entre la inteligencia emocional y el rendimiento escolar, poniendo de manifiesto la importancia de enseñar a los jóvenes a gestionar sus emociones para favorecer su bienestar y su éxito académico.
Creemos que educar en inteligencia emocional no solo mejora las notas, sino que también puede hacer que nos sintamos mejor con nosotras y nosotros mismos. Por eso, animamos a que se hable más de estos temas en los centros educativos y que se dé espacio al alumnado para aprender a gestionar lo que siente.
Este blog es solo un punto de partida. A partir de aquí, nos gustaría seguir investigando, compartiendo recursos y, sobre todo, seguir creciendo emocionalmente.