¡Como ICARO voy hacia el sol, pero mis alas son de fuego!


Dicen que soy cuento, epopeya, fantasía, patraña, fábula, mito y leyenda.

Yo sé que soy viento, oído y lengua universal. Deudor de lo real, de sus raíces me nutro, pero soy tronco de maravilla, rama encantada, mágica flor de sueño y fantasía.

Por eso, hijo de la imaginación, hace siglos que vivo y muero en la primera esperanza narrada alrededor de una hoguera.