A parte de nuestro deseo de hacer las clases de primavera/ verano más llevaderas, consideramos un requisito imprescindible que la energía usada para dar funcionamiento a los diversos sistemas de regulación de temperatura (ventiladores o aires acondicionados) sea adquirida sin daños colaterales al medio ambiente.
Esta idea está inspirada en el proyecto de una empresa de equipamiento de fitness llamada Rocfit, cuyo equipamiento “Eco-Power” ya se utiliza en diversos gimnasios de Galicia y Madrid.
El "gimnasio energético" está compuesto por máquinas generadoras de energía, parecidas a las que se pueden encontrar al aire libre en diversos parques biosaludables de España. La energía cinética, que se produce al usar las diferentes máquinas de ejercicio, se transforma en energía eléctrica.
El gimnasio se instalaría en los patios de los institutos y se podría usar por las mañanas durante las clases de educación física o el recreo, o incluso por las tardes como centro deportivo, animando así a los estudiantes a hacer deporte y llevar un estilo de vida saludable, mientras aportan energía a la red eléctrica del instituto.
En los colegios de Educación Primaria e Infantil, estas máquinas podrían cambiarse por parques infantiles generadores de energía, en los que los niños y niñas producirían electricidad mientras juegan.
La empresa Pavegen, desarrolla desde 2009 unas baldosas que generan energía limpia con cada pisada.
En este caso, la idea sería cambiar el suelo de alguno de los pasillos del instituto o de las zonas de mayor tránsito de personas, por baldosas generadoras de energía. Estas están fabricadas con materiales reciclados, como neumáticos, son reciclables en un 80% y resistentes al agua. Cuando alguien las pisa, los volantes de inercia situados en las esquinas se activan para girar a gran velocidad, generando energía que se envía y almacena en una batería.
Cada pisada produce entre 2 y 5 julios de energía. Aisladamente, eso no es mucho, pero en un centro educativo puede tener un impacto bastante grande.
Una cosa a tener en cuenta es que la efectividad de las baldosas depende de quién las pise, pues, por ejemplo, con el paso de un niño pequeño no se genera la energía suficiente. Cuanto más pese la persona o más salte sobre la baldosa mejor, por lo que no sería una solución recomendable en centros de Educación Primaria o Infantil.