Debido a la brutalidad de las carreras, el campo se llena de piezas de metal retorcidas e inutilizables cuyo nuevo propósito es volver a ser fundidas. Hasta que esto ocurra, se transporta a un recinto en el cual una flota de drones terrestres absorbe, compacta y apila la chatarra en cubos. Antiguamente, estos drones eran totalmente seguros, ya que tenían un sistema para evitar daños; pero el paso del tiempo, el calor o que alguien ha decidido que era mejor así, ha hecho que su comportamiento sean tres pasos: absorber, apilar, repetir, independientemente de lo que ocurra a su alrededor.
El nido es una parcela sin delimitar transformada en vertedero, lleno de cubos formados por chatarra de naves destruidas; está habitado por drones encargados de crear, transportar y apilar dichos cubos.