La nueva dietética integral - base de la Alimentación Viva

El valor nutricional de un alimento no se mide en su contenido de calorías y nutrientes (proteínas, grasas, hidratos), sino en su naturalidad y vitalidad
→ Ya no hablamos de calorías.

• Un alimento en su estado natural, sin ser sometido a manipulaciones, contiene todos los nutrientes vitales que nos hacen falta para su digestión y el buen funcionamiento de nuestro organismo

• Solo si estos sustancias vitales se encuentran en la proporción correcta entre ellos, el alimento es integral y nos permite tener una salud real y completa.

• Todos los alimentos naturales, tal como los encontramos en la naturaleza, tienen una proporción idónea de nutrientes vitales.

• Cuanto más manipulado esté un alimento natural (mecánicamente, con fermentación, con calor, con procesos de conservación o con métodos de procesado industrial), menos aportará a nuestra salud, puesto que la manipulación le hace perder sustancias vitales (vitaminas, minerales, oligoelementos, encimas, fermentos, ácidos grasos insaturados, sustancias aromáticas, fibra), además de distorsionar las relaciones naturales de estas sustancias entre sí.

• El valor de un alimento se mide en su naturalidad, vitalidad, y la proporción de sustancias vitales

• La cantidad, calidad y equilibrio de sustancias vitales determinan el valor nutritivo de un alimento saludable.

Una forma de alimentación para todos y para toda la vida

Alimentación Viva no es una dieta. No se trata de contar calorías, restringir alimentos o castigarse con una dieta aburrida y monótona.
Al contrario, se puede comer pizza, pasta, arroces, cocinados, dulces, etc. La diferencia está en los ingredientes que utilizamos. Para mencionar un ejemplo, una pizza elaborada con masa madre y harina de Kamut recién molida, cubierta por nosotros mismos con una salsa de tomate natural, verduras de agricultura sostenible o ecológica, de temporada y del lugar, queso de verdad, etc., no tiene nada que ver con una pizza prefabricada.

A esto se suma, que en alimentación viva, somos muy conscientes de las proporciones de los diferentes tipos de alimentos que tomamos cada día, por lo que nos cuidamos de comer cómo mínimo una tercera parte de lo que comemos en forma cruda, no nos olvidamos de los cereales integrales vivos (siempre utilizamos la semilla entera), las legumbres, las semillas que contienen aceites naturales (lino, sésamo, cañamo, etc.), los frutos secos crudos y las grasas naturales que encontramos, por ejemplo, en aceites de primera calidad, etc.