Este proyecto se basa en un problema actual de la sociedad: la obesidad infantil. Partiendo de este problema de salud pública, entendemos que los centros educativos pueden jugar un papel clave en la prevención de una enfermedad que ha ido creciendo de forma significativa en los últimos años. Para ello, pretendemos evaluar la efectividad, usabilidad, aceptabilidad, sostenibilidad y coste de una intervención escolar multicomponente desarrollada durante la jornada escolar, con el objetivo de aumentar los niveles de actividad física, reduciendo el tiempo de sedentarismo, ayudando así a un alto porcentaje de alumnos a cumplir con las recomendaciones de 60 min/día de actividad física moderada-vigorosa.
La prevención precoz de la obesidad en la infancia es una de las prioridades más importantes de la salud pública. La etiología de la obesidad es multifactorial e implica complejas interacciones entre factores genéticos, endocrinos y ambientales. Dentro de los factores ambientales, la actividad física (AF) y los comportamientos sedentarios se han destacado como predictores significativos de la prevalencia de sobrepeso y obesidad (Hruby et al., 2016).
La inactividad física es una epidemia mundial y la principal causa de enfermedades no transmisibles (Di Cesare et al., 2019). Otro factor de riesgo para la prevalencia del sobrepeso y la obesidad es el tiempo de sedentarismo (Biddle et al., 2017). Además, Grao-Cruces et al. (2020) encontraron que los estudiantes españoles de secundaria dedicaban una media del 48% de la jornada escolar a conductas sedentarias.
Se ha sugerido que las intervenciones escolares multicomponente (dirigidas a dos o más componentes, como lecciones físicamente activas, pausas activas, desplazamientos activos, descansos activos, etc.) también se han considerado como uno de los enfoques más prometedores para mejorar los comportamientos relacionados con la salud (Rodrigo-Sanjoaquín et al., 2022; van de Kop et al., 2019), ya que son útiles para identificar factores y mecanismos modificables que están relacionados con la AF (Hagger & Weed, 2019).
En general, este proyecto surge de la hipótesis de que las escuelas deberían ser un contexto ideal para la promoción de estilos de vida saludables, y basándose en estudios anteriores (Jones et al., 2020), tenemos la hipótesis de que los alumnos pertenecientes a centros escolares que desarrollen la intervención multicomponente basada en la escuela aumentarán significativamente sus niveles de AF durante la jornada escolar con respecto a los alumnos pertenecientes al grupo control.