En una de las primeras tareas de este MOOC se pidió imaginar la transformación de una zona del centro en un espacio educativo. Yo elegí el pasillo. Cierto es que el porche es el lugar que la comunidad educativa ha manifestado que necesita una urgente transformación y la mayor parte de mis compañeros que están realizando este curso escogieron este lugar para transformarlo.
Como ya hay varias transformaciones del porche, yo he decidido hacer una en la zona del pasillo más cercana a mi aula. La transformación del pasillo ya ha comenzado estas semanas pasadas con la inauguración del otoño.
Adentrándonos en mi clase, hemos creado una mascota. Gongo, es un dragón que ya forma parte de nuestro día a día. Como dicen todos los niños es una mascota de mentiras que come comida de mentiras.
Para crear a esta mascota, han participado todos los niños, recortando sus manos en papeles de color verde. Estos papeles (de seda, charol, transparentes…) forman las escamas del dragón, con el fin de que cada niño sea una pequeña parte de esta mascota, o de lo que es lo mismo, de la clase. Gongo, ha sido un recurso muy útil a la hora de trabajar las partes del cuerpo, y compararlas con las de las personas.
Además, con la llegada del otoño, salimos al patio para recoger el símbolo más característico de esta estación. Pues bien, recogimos muchas hojas y cada uno de los niños pegó las suyas formando el terreno en el que se sustenta el dragón. Estando en el pasillo para pegarlas, hablamos del otoño comentando todas sus características, siempre adecuándolas a las edades de los niños. Resultaba dificultoso el tema de hablar bajito para no molestar al resto de las clases, es algo que con el tiempo se irá consiguiendo.
Esta actividad aún no ha terminado, pues en este momento estamos con el baile que dio el nombre a este dragón, “Yo contigo, tú conmigo”, que en una de sus partes dice “gongorongo”, pero le llamamos Gongo. Se están imaginando cuentos con Gongo.
Hasta navidad trabajaremos la pirámide de alimentos, que también se expondrá junto al dragón, las emociones (que ya se han empezado a trabajar), la descripción y, entre todos los alumnos, están decidiendo las cualidades de Gongo, que también se expondrán en los pasillos junto a su nombre. Con el cambio de estaciones habrá cambio en el entorno de Gongo.
Padres y madres han aconsejado en el proceso y les está gustando el cambio, los alumnos lo están viviendo y compañeros han colaborado con la elaboración y exposición.