Problema 2: Escasez

Además de la sustitución del agua por bebidas azucaradas, dando pie a casos de obesidad, otra de las principales preocupaciones en relación con el agua es su escasez. El 1 de enero de 2019, la población mundial era de 7.444 millones y medio de personas, y el volumen de agua de la superficie terrestre 1386 km3 , de los cuales un 96,5% era salada y por ello no potable. Si lo dividiésemos de forma equitativa, únicamente podríamos disponer de 0,00018 litros por persona, pero todos sabemos que este reparto es totalmente ficticio. En nuestro país solamente, cada español consume una media de 132 litros diarios sin ser consciente de la dificultad de poder hacer uso de tal suma, y del valor vital que este recurso posee.

Por el contrario, el agua es el mayor déficit en países subdesarrollados localizados mayoritariamente en los continentes asiático y africano, siendo esta carencia el fruto principal del que emergen enfermedades y otros muchos problemas de salud. Sin embargo, no solo es necesario disponer de agua, ya que como ya hemos mencionado con anterioridad, esta únicamente es útil si se puede beber sin suponer un riesgo para la salud, lo cual es una realidad inexistente en ciertos países mayoritariamente ubicados en África central. Existen numerosas investigaciones que prueban las propiedades del agua de estos lugares, las enfermedades que pueden derivar de su consumo y cómo la población de los poblados afectados consigue aprovechar cada gota, sobreviviendo a pesar de las adversidades. Así mismo, se han tratado de solucionar muchos de estos casos instalando pequeñas plantas potabilizadoras y depuradoras, o filtros naturales en caso de que el agua sea medianamente apta para el consumo, haciendo uso de los recursos ofrecidos por el medio para conseguir agua potable.

Sin embargo, en los países desarrollados, a pesar de ser sometido el agua a un riguroso proceso estudiado y diseñado por multitud de científicos y especialistas en diversos campos; con el paso del tiempo, al igual que se han desarrollado nuevas invenciones que han facilitado nuestro día a día, los parámetros de estas aguas también han variado al extenderse el consumo de nuevas sustancias entre las que destacan los fármacos, cuyos compuestos químicos está demostrado que regresan en parte al medio natural. Este punto enlaza con nuestra tercera y última pregunta, que es a su vez el tema central de nuestro proyecto: ¿en los países desarrollados, hasta qué punto el agua es potable y beneficiosa para el ser humano y el medio, y cómo influye este factor en nuestra dieta?