Hay pocas drogas en España que se puedan asociar a una región específica...
La estrecha relación entre Galicia y la cocaína se relata con cierto rigor en Fariña, de Nacho Carretero: los contrabandistas gallegos aprovecharon las relaciones e infraestructuras de la época del tabaco para pasarse a un negocio mucho más lucrativo. Galicia fue durante mucho tiempo la principal puerta de entrada de cocaína, ya no a España, que también, sino a toda Europa.
La ruta del bakalao dejó —como no podía ser de otra manera— su huella farmacológica en la Comunitat Valenciana. Aquella escena hedonista llegó incluso a acuñar las conocidas mescas valencianas; las cuales, según el único análisis que se pudo hacer en laboratorio, estaban compuestas principalmente de MDA: una droga emparentada químicamente con el éxtasis, otra sustancia que quedó asociada a la región durante muchos años.
A pesar de que Galicia fuera la puerta de entrada de la cocaína, la droga se distribuía desde allí a todas partes. Y aunque el éxtasis y drogas semejantes estuvieran asociadas a la Comunitat Valenciana, era porque allí concurrían jóvenes de todas los lugares de España con un único objetivo: bailar y divertirse.
En ambos casos, las causas están claras. Por tanto, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿qué motivos hay para que exista esa relación tan estrecha entre Euskadi y las anfetaminas?
«A excepción del cannabis, la sustancia de mayor consumo en la CAPV [Comunidad Autónoma del País Vasco] es la anfetamina, ya que el 11,1 % la ha probado en alguna ocasión y un 2,8 % la ha consumido durante el último año. Esta característica es diferenciadora de otros ámbitos geográficos en los que el consumo de anfetaminas no adquiere los niveles de consumo que se dan en esta comunidad. Desde hace ya años, Euskadi se destaca por tener un consumo de anfetaminas significativamente más elevado que el resto de comunidades autónomas. [...] El consumo de anfetamina destaca sobremanera sobre el resto del Estado, aunque esto ya veníamos sabiéndolo desde hace ya algunos años. Euskadi mantiene un consumo experiencial de anfetamina del 11,1 % y un consumo reciente del 2,8 % frente al 3,2 % y 0,8 % del conjunto del Estado.»
Observatorio Vasco de Drogodependencias, Informe «Euskadi y Drogas 2004», 2004
«En cuanto al consumo y factores asociados se aprecian algunas diferencias importantes entre la CAPV y el Estado español. En el País Vasco hay un menor número de consumidores de heroína que en Estado, por lo que se puede considerar que en la CAPV hay un mayor consumo de otras sustancias principales que causan la admisión al tratamiento. En el caso de las anfetaminas, mientras que en el Estado español el porcentaje de admisiones por esta droga es del 0,6 % en la CAPV asciende a un 5,1 %.»
«La droga es como la ETA, es cultural también. El speed es una droga muy de aquí, yo no tomo drogas, pero soy consciente de ello. El speed es la droga de la clase obrera, la clase obrera de la misma forma que añora conducir un Audi, añora meterse cocaína pero como no puede se enchufa speed.»
El informe Jóvenes y Drogas en Euskadi 2001 señala la posibilidad de que «hubiera un uso de anfetaminas asociado a la “fiesta” y la escena techno y otro a la “kale borroka”, con elementos de contacto y trasvase». Lo que nos lleva al siguiente capítulo: Anfetamina: Droga de guerra.