«El 2 de junio de 1968 el Biltzar Ttipia de ETA tomó una decisión trascendental: asesinar a los jefes de la Brigada Político-Social de Bilbao y de San Sebastián. Este último era el comisario Melitón Manzanas, contra el que debía atentar Txabi Etxebarrieta [destacado dirigente de ETA en los años 60 y defensor de la lucha armada]. No lo pudo hacer. El 7 de junio de 1968 el automóvil robado en el que iban Txabi y su compañero Iñaki Sarasketa fue detenido en un control rutinario de tráfico por el guardia civil José Antonio Pardines. El agente comprobó que los números de la documentación y del bastidor del coche no coincidían. Sarasketa sugirió desarmarlo, ya que se encontraba solo. No obstante, Etxebarrieta, probablemente alterado por la toma de anfetaminas, disparó a Pardines por la espalda. Una vez en el suelo, lo remató de cuatro tiros. En la huida posterior, Txabi y Sarasketa fueron interceptados en Benta Haundi (Tolosa) por agentes de la Benemérita. Se inició un tiroteo en el que murió Etxebarrieta. Sarasketa fue detenido poco después. Juzgado y condenado a muerte, se le conmutó la pena máxima y permaneció en prisión hasta 1977.»
«Supongo que se dio cuenta de que la matrícula era falsa. Por lo menos, sospechó. Nos pidió la documentación y dio la vuelta al coche para comprobar si coincidía con los números del motor. Txabi me dijo. “Si lo descubre, le mato”. “No hace falta, contesté yo, lo desarmamos y nos vamos”. “No, si lo descubre le mato”. Salimos del coche. El guardia civil nos daba la espalda, de cuclillas mirando el motor en la parte de detrás. Sin volverse empezó a hablar. “Esto no coincide...”. Txabi sacó la pistola y le disparó en ese momento. Cayó boca arriba. Txabi volvió a dispararle tres o cuatro tiros más en el pecho. Había tomado centraminas [un fármaco que contenía sulfato de anfetamina] y quizá eso influyó. En cualquier caso fue un día aciago. Un error. Como otros muchos en estos 20 años. Era un guardia civil anónimo, un pobre chaval. No había ninguna necesidad de que aquel hombre muriera [...] De la misma manera que las centraminas le habían puesto eufórico, dos horas después le hundieron en un ataque de pánico.»
Lourdes Garzón, "30 años de terrorismo", La Revista de El Mundo, 7 de junio de 1998
Txabi Etxebarrieta era, casualmente, el tío de Natxo Etxebarrieta, cantante de Cicatriz; lo que nos conduce, inevitablemente, a la relación entre el MLNV y el rock radical vasco. Pero antes, pasemos al siguiente capítulo: El pitxu y sus ocho apellidos vascos.