El aprendizaje experiencial intenta desarrollar la capacidad de las personas para aprender de su propia experiencia, siempre dentro de un marco conceptual y operativo concreto y bien desarrollado. Un marco conceptual idóneo para poder aprender de la experiencia implica un trabajo sistemático muy importante, consistente en estructurar las diversas experiencias en función de los objetivos educativos que se pretendan alcanzar y del perfil del grupo de estudiantes. Por otro lado, también se deben escoger una serie de técnicas de acción apoyadas en unas herramientas y dispositivos específicos. Las distintas actividades enmarcadas en este metodología deben estar muy bien estructuradas y divididas en secuencias. El aprendizaje experiencial en los centros educativos parece una metodología innovadora y reciente, pero los primeros estudios se remontan a comienzos del siglo XX cuando la educación empezó a demandar un cambio y aparecieron nuevos filósofos con diferentes métodos de aprendizaje.
John Dewey es considerado como el padre del aprendizaje experiencial. Para Dewey el aprendizaje experiencial es el proceso mediante el cual se adquieren nuevas habilidades, conocimientos, conductas y eventualmente hasta valores, como resultado del estudio de la observación y la experiencia. A continuación, se describen las ideas más relevantes:
Los alumnos necesitan ser involucrados y poder participar en aquello que están aprendiendo.
El aprendizaje debe darse tanto dentro como fuera del aula y, además, no solamente transmitido por los profesores, sino que la comunidad y los padres deberían de formar parte de ese aprendizaje.
El aprendizaje debe ser importante y motivador para los alumnos.
El aprendizaje debe preparar a los alumnos para el mundo cambiante y en constante evolución.
El modelo de este filósofo distingue varias fases (Figura 1.1): la experiencia concreta, la conceptualización abstracta y aplicación, y la reflexión.
Figura 1.1. Modelo aprendizaje experiencial de Dewey.
¿Quién es David Kolb?
David A. Kolb nació en 1939, estudió Psicología Social en la Universidad de Harvard y es Profesor de Comportamiento Organizacional en la Escuela de Management de Weatheread, a la que se unió en 1976. Sus intereses y publicaciones se enfocan en temas como la naturaleza del cambio individual y social, el aprendizaje experiencial, el desarrollo de carrera, y la educación profesional y ejecutiva. David A. Kolb es conocido no sólo por sus desarrollos en el campo del aprendizaje experiencial, sino también por sus contribuciones a temas del comportamiento organizacional.
La Teoría de Aprendizaje Experiencial (“Experiential Learning Theory”) se centra en la importancia del papel que juega la experiencia en el proceso de aprendizaje. Los desarrollos de David Kolb se centran en explorar los procesos cognitivos asociados al abordaje y procesamiento de las experiencias, y en identificar y describir los diferentes modos en que realizamos dicho proceso, esto es, los diferentes estilos individuales de aprendizaje.
Según Kolb, para que haya un aprendizaje efectivo, idealmente deberíamos pasar por un proceso que incluye cuatro etapas. Kolb esquematiza este proceso por medio de un Modelo en forma de rueda llamado “Ciclo del Aprendizaje” (también conocido como “Ciclo de Kolb”). Básicamente, las cuatro etapas del ciclo serían:
1) Hacemos algo, tenemos una experiencia concreta;
2) Luego reflexionamos sobre aquello que hicimos, sobre la experiencia, estableciendo una conexión entre lo que hicimos y los resultados obtenidos (etapa de observación reflexiva);
3) A través de nuestras reflexiones obtenemos conclusiones o generalizaciones, que son principios generales referidos a un conjunto de circunstancias más amplias que la experiencia particular (etapa de conceptualización abstracta);
4) Por último, probamos en la práctica las conclusiones obtenidas, utilizándolas como guía para orientar nuestra acción en situaciones futuras (etapa de experimentación activa).
La secuencia planteada por Kolb (EC -> OR -> CA -> EA), no siempre se da en el orden establecido, sino que muchas veces, mientras avanzamos en el proceso de aprendizaje, utilizamos reflexiones derivadas de experiencias anteriores y conocimientos previos, y no sólo las reflexiones y conclusiones obtenidas a partir de esta última experiencia. El aprendizaje es un complejo proceso que a veces requiere de varias experiencias, observaciones y conceptualizaciones para poder orientar la acción.
¿De qué tratan los estilos de aprendizaje?
Cada uno de los modos en que percibimos y procesamos (sintiendo y pensando, observando y haciendo), es un modo diferente de generar conocimiento y contribuir a nuestro aprendizaje. En sí, podemos pensar cada una de las cuatro etapas del ciclo como cuatro habilidades necesarias para aprender, las cuales serían:
Habilidades para involucrarnos en experiencias concretas, manteniendo una actitud abierta y desprejuiciada al hacerlo;
Habilidades para observar y reflexionar, comprendiendo situaciones desde diversos puntos de vista y estableciendo conexiones entre acciones y resultados;
Habilidades para integrar observaciones y reflexiones en marcos más amplios de conocimiento, es decir, teorías, generalizaciones y conceptos;
Habilidades para experimentar activamente con nuestras teorías, para aplicar en la práctica conceptos e ideas de manera activa.
Sin embargo, pocos de nosotros podemos acercarnos al ideal respecto de esto, por lo que generalmente tendemos a desarrollar fortalezas en uno de los polos de cada dimensión (un modo de percibir, sintiendo o pensando, y un modo de procesar, observando o haciendo). Por lo general, aquellos polos en los que somos más hábiles son al mismo tiempo los modos en que preferimos acercarnos al aprendizaje, esto es, nuestro estilo de aprendizaje.
El estilo de aprendizaje va a estar determinado entonces por la combinación de preferencias (que tienden a ser nuestras fortalezas) en las variables percepción y procesamiento, es decir:
Si al aprender preferimos tener experiencias concretas, o más bien preferimos abordar el objeto de aprendizaje pensando y razonando;
Si para comprender y dar significado a la información preferimos observar y reflexionar sobre ella, o si más bien preferimos utilizarla rápidamente para poder comprenderla.
Los cuatro estilos que se desprenden de la combinación de preferencias serían:
Estilo Divergente (Experiencia Concreta + Observación Reflexiva)
Estilo Asimilador (Conceptualización Abstracta + Observación Reflexiva)
Estilo Convergente (Conceptualización Abstracta + Experimentación Activa)
Estilo Acomodador (Experiencia Concreta + Experimentación Activa)