Otras Oraciones

Misterios Dolorosos (compartido).

PARA SER REZADO EN LA CORONILLA.

Primer Misterio:

“La Agonía de Jesús en el Huerto” (Lc. 22, 41 - 44) “Después se alejó de ellos, más o menos a la distancia de un tiro de piedra, y puesto de rodillas, oraba diciendo: 'Padre si quieres aleja de Mí este cáliz. Pero que no se haga Mi voluntad, sino la tuya'. Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo confortaba. En medio de la angustia, él oraba más intensamente, y su sudor era como gotas de sangre que corrían hasta el suelo".

Jaculatorias... (Al final de cada Misterio).

“Oh buen Jesús, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva a todas las almas al cielo especialmente a las más necesitadas de Tu Misericordia”.

“Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti”.

Segundo Misterio:

“La Flagelación” (Mc. 15, 15) "Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás, y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado".

Tercer Misterio:

“La Coronación de Espinas” (Mc. 15, 16-19) ”Los soldados lo llevaron dentro del palacio al pretorio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo '¡Salve,rey de los judíos!'. Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje".

Cuarto Misterio:

“Jesús Condenado a Muerte, Lleva la Cruz al Calvario” (Jn. 19, 17 - 18) “Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado 'del Cráneo', en hebreo 'Golgota'. Allí lo crucificaron; y con el a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio”.

Quinto Misterio:

“Crucifixión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo” (Lc. 23, 44 - 46) “Era al rededor del mediodía. El sol se eclipsó y la oscuridad cubrió toda la tierra hasta las tres de la tarde. El velo del Templo se rasgó por el medio. Jesús, con un grito exclamó: 'PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU'. Y diciendo esto, expiró".

Las tres Ave-Marías

¿En qué consiste la devoción de las tres Avemarías?

En rezar tres veces el Avemaría a la Santísima Virgen, Madre de Dios y Señora nuestra, bien para honrarla o bien para alcanzar algún favor por su mediación.

¿Cuál es el fin de esta devoción?

Honrar los tres principales atributos de María Santísima, que son:

1.- El Poder que le otorgó Dios Padre por ser su Hija predilecta...

2.- La Sabiduría con que la adornó Dios Hijo, al elegirla como su Madre...

3.- La Misericordia/Amor con que la llenó Dios Espíritu Santo, al escogerla por su Inmaculada Esposa...

De ahí viene que sean tres las Avemarías a rezar y no otro número diferente.

¿Cuál es la forma de rezar las tres Avemarías?

María Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal...

1. Por el poder que te concedió el Padre Eterno

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Hija de Dios Padre, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

2. Por la sabiduría que te concedió el Hijo.

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

3. Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo

Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Esposa del Espíritu Santo, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

¡Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los

siglos de los siglos. Amén!

¿Cuál es el origen de la devoción de las tres Avemarías?

Santa Matilde, religiosa benedictina, suplicó a la Santísima Virgen que la asistiera en la hora de la muerte. La Virgen María le dijo lo siguiente: "Sí que lo haré; pero quiero que por tu parte me reces diariamente tres Avemarías. La primera, pidiendo que así como Dios Padre me encumbró a un trono de gloria sin igual, haciéndome la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también yo te asista en la tierra para fortificarte y apartar de ti toda potestad enemiga. Por la segunda Avemaría me pedirás que así como el Hijo de Dios me llenó de sabiduría, en tal extremo que tengo más conocimiento de la Santísima Trinidad que todos los Santos, así te asista yo en el trance de la muerte para llenar tu alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas del error e ignorancia. Por la tercera, pedirás que así como el Espíritu Santo me ha llenado de las dulzuras de su amor, y me ha hecho tan amable que después de Dios soy la más dulce y misericordiosa, así yo te asista en la muerte llenando tu alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para ti en delicias".

Y esta promesa se extendió en beneficio de todos cuantos ponen en práctica ese rezo diario de las tres Avemarías.


¿Cuáles son las promesas de la Virgen a quienes recen diariamente las tres avemarías?

Nuestra Señora prometió a Santa Matilde y a otras almas piadosas que quien rezara diariamente tres avemarías, tendría su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la muerte, presentándose en esa hora final con el brillo de una belleza tal que con sólo verla la consolaría y le transmitiría las alegrías del Cielo.

¿De qué fecha data el primer texto del Avemaría?

El 23 de octubre de 1.498 apareció impreso en Brescia-Italia, el primer texto completo del Avemaría, tal como se le reza en la actualidad. Fue incluida en una obra dedicada a la Virgen, compuesta por el padre Servita Gasparino Borro.

En 1.568, el Papa Pío V, al promulgar la nueva Liturgia de las Horas, introdujo y prescribió la fórmula completa del Avemaría y dispuso que todos los sacerdotes, al iniciar en cada hora el rezo del Oficio Divino, recen el Avemaría después del Padre Nuestro.

¿Cuál es el fundamento de esta devoción?

La afirmación católica de que la Santísima Virgen poseyó, en el más alto grado posible a una criatura, los atributos de poder, sabiduría y misericordia.

Esto es lo que enseña la Iglesia al invocar a María como Virgen Poderosa, Madre de Misericordia y Trono de Sabiduría.