Raymond Carver
Mi cuervo

Un cuervo voló hasta el árbol del exterior de mi ventana.

No era el cuervo de Ted Hughes, ni el cuervo de Galway,

ni el cuervo de Frost, Pasternak, o Lorca.

Ni uno de los cuervos de Homero, harto de sangre

después de la batalla. Era sólo un cuervo.

Que jamás encajó en parte alguna,

ni hizo nada digno de mención.

Estuvo posado allí en la rama durante unos cuantos minutos.

Luego alzó el vuelo y desapareció bellamente

de mi vida.

Raymond Carver de Bajo una luz marina [1990]

Tad. Mariano Antolín Rato