Alda Merini

Padre...

(a Juan Pablo II)

Padre,

pareces una hiedra lejana

con tu dulce alegría

al acariciar el rostro del Señor

para sosegar su lenta rabia

por las iniquidades del hombre.

Dios es el enorme tragafuegos del mundo,

lleno de ternura por aquellos

que admiten el pecado

y el engaño de los hombres.

Tú eras el títere predilecto,

un hombre débil que logró

convertirse en Santo.

Alda Merini en Padre mio [2009] 

Trad. Jeannette Lozano Clariond