Alda Merini

Su esperma bebido por mis labios...

Su esperma bebido por mis labios

era la comunión con la tierra.

Bebía con mi magnífica

exaltación

mirando sus ojos negros

que huían como gacelas.

Y jamás una manta fue más cálida y lejana

y jamás fue más feroz

el placer dentro de la carne.

Nos partíamos en dos

como el timón de una nave

que se abría para un largo viaje.

Teníamos con nosotros los víveres

para muchos años todavía

y besos y esperanzas

y no creíamos más en Dios

porque éramos felices.


Alda Merini en Clínica del abandono [2008]

Trad. Delfina Muschietti