Los semi-immersive incluyen realidad aumentada y mixta por lo que resulta un balance entre ambos mundos (virtual y real). En ellos los elementos virtuales son vistos en el ambiente real, una característica que permite apreciar un adelanto de cómo se verán las cosas en un futuro.
El espectador se convierte en parte del entorno pero no está completamente sumergido.
Los proyectos semi-immersive son una gran herramienta para las agencias de bienes raíces, donde ya la emplean para mostrar a sus compradores cuál será el resultado final de la casa que aún se encuentra en construcción, por ejemplo.
Otro ejemplo de este tipo de RV es un simulador de vuelo. Generalmente consiste en una pantalla cóncava, un sistema de proyección grande y un monitor. Es similar a las grandes experiencias de pantalla visto en los cines IMAX.
Otro buen ejemplo es una aplicación que admite que los usuarios tomen una fotografía de su hogar para ver cómo quedarán los muebles, pisos o la nueva pintura en el espacio ya creado, antes de proceder a realizar la compra o realizar los cambios.
La tecnología semi-immersive aún se encuentra en proceso de desarrollo y pruebas pero algunas compañías ya se han dado a la tarea de posicionarla en el mercado, como los HoloLens de Microsoft.
Si bien es cierto que los equipos suelen costar mucho más que las plataformas non-immersive, los proyectos semi-immersive no necesitan elementos “extra” e incluso brindan una mejor experiencia al usuario.
La tecnología semi-immersive también incluye los dispositivos wearables como el Daqri Smart Helmet, un producto creado para los trabajadores de la ingeniería y la construcción que llegó para revolucionar la seguridad laboral.
En cuanto al costo, muchos de estos productos son accesibles pero lo que realmente tiene peso es el tiempo y el conocimiento que se necesita para lograr un ambiente virtual que verdaderamente le de valor al proyecto final.