Biblioteca de La Fragua

La biblioteca de La Fragua se puso en marcha en 2014. Los libros se encuentran físicamente en la biblioteca Ángel Aparicio Segundo, donde permanecen a disposición de todos los socios y aquellas personas que lo deseen para su lectura. A partir de la inclusión en está biblioteca, pasamos a denominar nuestra biblioteca como Testero de La Fragua.

La biblioteca Ángel Aparicio Segundo se encuentra anexa a la Galería de Arte Era y es gestionada por la Asociación Artístico Cultural EnSalaEra. El día 28 de abril de 2023 se inauguró esta biblioteca y se presentó nuestro testero. Esta presentación estuvo a cargo  del profesor de literatura Gabriel Urbina, que nos presentó el Testero de la Fragua con un discurso en el que conectaba la literatura con el flamenco. Gabriel hizo un breve recorrido por los ejemplares allí existente relacionándolos con las letras de Federico y el cante de José. A continuación podéis leer el discurso.

EJEMPLARES DISPONIBLES EN NUESTRO TESTERO


Aquí podéis consultar las obras disponibles con una breve reseña de cada una de ellas.

TESTERO DE LA FRAGUA por Gabriel Urbina

Hoy es un día especial, un día importante para esta ciudad, y no puedo sentir mayor felicidad que ahora, al presentar este testero de La Fragua, porque en este espacio se abrazan dos de mis pasiones: los libros y el flamenco. Y yo tengo que reconocer que, si hoy me dedico a enseñar literatura, fue en parte porque uno de esos abrazos entre los libros y el flamenco cambió mi vida.

La primera vez que leí poesía en el colegio sentí como una sacudida. Yo supe que esas palabras, de alguna forma, estaban dentro de mí y, al leerlas, empezaban a latir de nuevo. Yo esos versos de Lorca, de Juan Ramón, de Miguel Hernández que me hacía leer el maestro los había escuchado muchas veces en mi patio, en un disco, en la voz de los mayores. Poco a poco me fui dando cuenta de que el flamenco que yo escuchaba y los poemas que leía en clase coloreaban las mismas palabras, pero de una forma diferente. Cuando escuchaba flamenco, se pintaba el presente, el aquí y el ahora, la expresión directa de un sentimiento con unos latidos que iban a compás con la música… Cuando esas mismas palabras las leía en un libro, parecía que el tiempo se paraba y yo las controlaba, podía leerlas y releerlas, detenerme en una, seguían mi ritmo. Y juntos, el flamenco y los libros empezaban a dibujar dentro de mí un paisaje del que yo no he querido salir nunca y que hoy puedo ver aquí, en este testero.

Cuando mis estudiantes me preguntan qué es la literatura, suelo explicarles que la literatura es arte, crear belleza y provocar emociones con las palabras como un pintor lo haría con los colores. Les digo que no es lo mismo oír a alguien decirte que tus sueños son tuyos y nadie puede robártelos, que escuchar, en la voz de arena y sal de Camarón: «Nadie puede abrir semillas / en el corazón del Sueño»; que no es lo mismo decir que lo importante es el presente, porque el pasado y el futuro no existen, que escribir, como Lorca, dos octosílabos en forma de conjuro: «Ayer y mañana comen / oscuras flores de duelo». La idea es la misma, pero el paisaje que dejan dentro de ti es diferente. Eso es lo que consigue la literatura, el flamenco.

Tal vez lo más bonito que puedo contar de este testero es que es el lugar en el que esos versos, como por arte de magia, se hacen realidad. Aquí podemos abrir, por ejemplo, un libro de Pepe Lamarca. Y qué mejor que una foto de ese genio para entender que es cierto, que es posible robarle al tiempo un pedacito de eternidad. Pepe atrapa ese momento exacto en el que el artista, poseído por el flamenco, como decía Quiñones, ya no es humano ni mortal, sino como una de esas vasijas atemporales. Viendo a Camarón en una de sus fotos, viendo ese instante de luz, siempre presente, que Pepe le robó al tiempo, yo he sentido con mucha más fuerza la verdad de ese verso: «Ayer y mañana comen / oscuras flores de duelo».

Y es verdad que en este testero de La Fragua se puede flotar en el tiempo, como un velero, hasta la voz de Demófilo, antropólogo y pionero en estudiar las tradiciones, que dejó en sus hijos, Manuel y Antonio Machado, una semilla luminosa de flamenco y poesía que los poetas regaron en una época repleta de oscuridades. Aquí puedes asomarte a un libro y otear los orígenes del flamenco entre ecos medievales, o seguir conversando con los que están y con los que ya se marcharon. De Félix Grande a Gamboa, de Enrique Montiel a la revista Litoral, de Nolo Ruiz a José de la Vega…

En este testero te están esperando, como diría el propio Lorca en la inauguración de la Biblioteca de Fuente Vaqueros, esos libros y autores que están más vivos cada día. Porque aquí, rodeada de arte, la poesía cobra su sentido más profundo y elemental, ese que Morente expresó en una entrevista: «Cuando hablo de poesía me refiero al sentido más extenso de la palabra, que es la pintura, la música, la escritura, la cordialidad, el trato desde la igualdad, y hacia el compañerismo y la amistad».

Por eso yo os invito a que os acerquéis a este testero flamenco sin miedo, pensando que aquí hay un libro que te está esperando, que está escrito para ti; con la ilusión de que uno de estos libros contiene ese verso, esa idea o esa imagen que puede cambiar tu mirada, y con ella, tu mundo. Porque yo sigo creyendo que nadie, solo los libros, pueden abrir semillas en el corazón del sueño. Estáis invitados a encontrar esa semilla y regarla.