Felipe III

Hijo de Felipe II y Ana de Austria (cuarta esposa de Felipe II) fue por temperamento e ideología, un soberano muy distinto a su padre. Cuando subió al trono, a los 20 años, no parecía estar preparado para gobernar, ya que pese a haber recibido una buena educación humanista, no había podido experimentar una práctica previa como la que tuvo Felipe II. Se le tilda de falto de personalidad, y muestra de ello es la delegación de su trabajo y responsabilidades al duque de Lerma. No obstante, el 1618 separó del cargo de valido al duque de Lerma, para poner en su lugar a su hijo, el duque de Uceda, y durante los últimos años de su reinado intentó enmendar su “no gobierno” y entre otras medidas, creó una Junta de Reformación para corregir los males que se denunciaban con insistencia (como la ociosidad, pecados públicos, miseria de los agricultores…).