Las colecciones de vidrio en España:

del pequeño coleccionista al gran museo


El vidrio del Museo del Vidrio y Cristal de Málaga

Gonzalo Fernández-Prieto (Museo del Vidrio y Cristal de Málaga)

Por regla general hay tres tipos de coleccionistas: los que compran por capricho, los que compran como inversión y los que compran como estudio. Yo pertenezco a la tercera categoría, porque nunca he adquirido ninguna obra por impulso ni tampoco por su valor de mercado, sino siguiendo siempre un riguroso método de estudio. El culpable de tanta rigidez fue mi tutor, el profesor Ian Phillips, que fue la persona que se encargó de educarme desde niño. El profesor ya era un gran especialista de vidrio cuando llegó a mi vida, y él fue quien me enseñó que coleccionando se puede aprender a memorizar, investigar y clasificar. Él tenía razón, lo que nunca me explicó es que también puede convertirse en una verdadera obsesión. Lo confieso, yo soy un coleccionista obsesivo; y desde que obtuve mis primeras piezas, siempre he seguido el camino marcado por mi maestro, tratando de reunir un compendio que explique claramente el desarrollo del arte e industria del vidrio a lo largo de la historia. Creo que hoy día, unido a una importante herencia familiar de pintura, mobiliario y artes decorativas, el Museo del Vidrio y el Cristal ofrece un buen discurso pedagógico, donde el vidrio desde el siglo VI antes de Cristo hasta nuestros días, sirve de hilo conductor para enseñar el desarrollo de la civilización europea. Pero yo nunca me doy por satisfecho y sigo buscando rellenar huecos y ampliar horizontes con nuevas y constantes adquisiciones, que construyan puentes entre diferentes culturas, porque nuestro objetivo es y siempre será el ser humano.