Dentro del programa de formación, me enfrente a procesos difíciles, los cales ponen a prueba tu capacidad de desarrollo y adaptación, como lo fue la primera vez realizando una planeación en la cual no comprendía lo que me encontraba realizando o la ocasión que tuve a pequeños de 4 a 5 años a mi cargo, tenía mucho temor y la ansiedad no me abandono, sin embargo, al pasar practicas fui cogiendo mucha más confianza, además como dice el dicho literalmente “la practica hace el maestro” lo cual contiene mucha razón ya en este mundo nadie nace aprendido y gradualmente se va cogiendo experiencia.
En ocasiones se sentía la presión de las responsabilidades, además de situaciones externas que generaban demasiada angustia, Sin embargo, siempre pude contra estos momentos de ansiedad agobiantes y en el momento que llegó la oportunidad del Programa Viva la Escuela, existía el temor por la incertidumbre y lo desconocido.
Gracias al programa de formación complementaria que pude tomar la decisión de aceptar y aprovechar esta gran oportunidad, porque cada núcleo, cada clase, cada enseñanza y aprendizajes aquí ofrecidos, contribuyeron en mi formación como maestra, los momentos de exigencia no solo fortalecieron mis habilidades pedagógicas, sino que también me brindaron la seguridad y la preparación para asumir esta gran responsabilidad.
No pude haber sido asignada a una institución y sitio de práctica de voluntariado, mejor que la Institución Educativa Alegrías. Quiero expresar mi agradecimiento a la directora, Adriana Quintero, por recibirnos de manera tan acogedora a los voluntarios, su generosidad contribuyó de manera significativa a que esta experiencia fuera verdaderamente fabulosa. además de acogernos de manera tan bella y tenernos presente en diferentes actividades haciendo que nos sintiéramos parte de la institución. Además, el compartir con profesionales y licenciados, brindando momentos de dialogo sobre nuestros saberes y conocimientos.
A la maestra Luz Aleida Rivera quiero expresar mi profunda gratitud por su generosa acogida en su sede y por guiarme a través de procesos y momentos que han sido fundamentales para mi crecimiento como maestra y como persona. La oportunidad de interactuar con los estudiantes me permitió no solo enseñarles, sino también aprender de ellos en procesos que han dejado una huella significativa en mi formación como educadora. Reconozco que esta experiencia no solo se trata de transmitir conocimientos a los estudiantes, sino de recibir valiosas lecciones por parte de ellos. Aprender sobre la importancia de expresar emociones y cómo ayudar a sobrellevarlas, lo cual ha sido fundamental para mi crecimiento personal y profesional.
Con seguridad puedo decir que, en todo mi proceso de formación, esta práctica pedagógica fue maravillosa y la tomaría una y otra vez porque como maestra en formación, me fortaleció, nutrió y desarrolló de manera increíble. En este lugar, logré dejar atrás miedos, pensamientos y actitudes que antes me limitaban y herían. El hecho de haberme ido a este entorno generó una transformación profunda en mí. Se cayo la venda de mis ojos y pude ver de una manera más clara, de modo que me permitió alejarme de hábitos dañinos, de relaciones y personas tóxicas, y establecer límites que me llevaron a respetarme como debí haberlo hecho desde hace mucho tiempo. Esta experiencia me permitió afrontar lo que deseaba hacer desde hacía tiempo pero que no me atrevía a abordar. Estoy agradecida por las lecciones, el crecimiento y la transformación que esta práctica pedagógica generó en mí.
En este viaje, tuve el privilegio de conocer personas maravillosas, por lo que le doy gracias a la vida por encontrarlas en el camino, porque me brindaron los valiosos conocimientos que poseen, todos sus saberes, además del tiempo que dedicaron a explicarme y ayudarme en diversas actividades todo esto fue admirable, su generosidad no solo se limitó a lo académico, sino que también se manifestó a nivel personal. La capacidad de disfrutar con personas que no te juzgaban y comparten contigo lo que tienen, tener tiempo de calidad con personas diferentes. sin duda, una experiencia bonita y gratificante. Este encuentro con personas especiales durante el voluntariado no solo amplió mi perspectiva y conocimientos, sino que también me recordó la importancia de la empatía, la generosidad y la apertura hacia diferentes experiencias. Estoy agradecido por la riqueza de estas interacciones y por las valiosas lecciones que cada una de estas personas me brindó.