La Luna

Origen y exploración

La Luna es nuestro único satélite natural, una masa de roca de 3.500km de diámetro (menos de 1/4 de la Tierra) que nos acompaña en nuestro viaje alrededor del Sol, a una distancia de 384.000km. Se formó hace 4.500 millones de años, por la aglomeración de fragmentos tras el choque de un planeta del tamaño de Marte con el nuestro.

Su período de rotación es lento, un día lunar equivale a 28 días terrestres. Por efecto de la gravedad de la Tierra, tarda ese mismo tiempo en dar una vuelta en torno a nuestro planeta, de forma que desde aquí siempre vemos la misma cara. No fue hasta 1959 que se pudieron obtener las primeras imágenes de la cara oculta, gracias a la sonda soviética Lunik 3. Diez años después, el 20 de julio de 1969, aterrizaba el módulo de descenso del Apollo XI con Neil Armstrong y Buzz Aldrin a bordo.

A la izquierda, comparación de los tamaños de Tierra y Luna (Wikipedia). A continuación, distancia y proporciones reales entre ambas, mostradas por la sonda Mars Reconaissance Orbiter (NASA, 2008). Por último, imagen de la cara oculta captada por la Lunik 3 (Wikipedia).

Caras y fases

El Sol siempre ilumina un 50% de la Luna (media esfera) pero, dependiendo de la posición de la Tierra, veremos más o menos parte de esa mitad iluminada, dando lugar a las fases lunares. En definitiva, de la cara que apunta hacia nosotros (siempre la misma), sólo vemos la parte iluminada. Así por ejemplo, en luna llena toda nuestra cara visible está iluminada por el Sol, y en luna nueva es la cara oculta la única iluminada, con lo que, lógicamente, no vemos nada.

Por su movimiento en torno a la Tierra, la Luna se retrasa 50 minutos cada día, de forma que cuando es creciente aparece en las últimas horas de la tarde, en fase llena sale ya de noche y en fase menguante se va retrasando hacia el amanecer, permaneciendo hasta las primeras horas de la mañana. En cuanto a su forma, el hemisferio Norte se dice que “la Luna es una mentirosa” porque, cuando Crece tiene forma de D y cuando Decrece tiene forma de C (en el hemisferio Sur es al revés).

La Luna en su ciclo de 4 semanas Luna Nueva (Luna en la zona de día, en el mismo lado que el Sol, por lo que no podemos verla) -> Creciente -> Llena (Luna en la zona de noche, en el lado opuesto al Sol) -> Menguante -> Nueva (Wikipedia)

Geografía lunar

Lo primero que llama la atención en la superficie de la Luna son las zonas de color oscuro, que se denominan mares. Son planicies de lava solidificada que salió de perforaciones de la corteza causadas por meteoritos. El más conocido de todos ellos es el Mar de la Tranquilidad, lugar del alunizaje del Apollo XI. Está situado en el ecuador hacia el este, flanqueado por los mares de la Serenidad al norte y Fertilidad al sur, y su extensión es similar a la de España. El resto de la superficie, en color gris claro, se denominan tierras, y están formadas por regolito, el fino polvo lunar sobre el que hemos visto la huella de Neil Armstrong en tantas fotos.

También se observan numerosos cráteres, productos de colisiones de asteroides. El más llamativo es sin duda Tycho, situado al Sur, que mide sólo 85km de diámetro, pero cuyas marcas se extienden más de 1.500km. Además de éste, también hay que destacar Platón al norte, un círculo de 100km distinguible porque su base es muy oscura, y Aristarco, cerca del ecuador al oeste, un joven cráter de mediano tamaño (46km) que, por su posición y composición, es el más brillante de la Luna.

A la izquierda, mapa de la Luna con sus características geográficas más importantes (F. Santos, 2020), con detalle abajo a la derecha del cráter Tycho donde se aprecia lo accidentado de esa zona (F. Santos, 2020). Sobre ésta, panorama de 360º del lugar de aterrizaje del Apollo XVII en el Mar de la Serenidad (NASA, 1972).

Observación

Aunque se puede disfrutar sin ningún tipo de ayuda, la Luna es especialmente agradecida a cualquier equipo de aumento, incluidos unos prismáticos. La luna llena es muy bonita, pero se aprecia más plana, puesto que el Sol le da de frente, en cualquiera de las otras fases verás muchos más relieves. En particular, fíjate en la zona de separación del día y noche, denominada terminador, es dónde más contraste de sombras verás puesto que es la última zona que alcanza el Sol y llega completamente de lado.

Además de la geografía lunar, podemos observar otros fenómenos como son:

  • Superlunas, lunas llenas que coinciden con los puntos más próximos a la Tierra en su órbita elíptica. Tienen mucho impacto en los medios, pero la realidad es que la diferencia con la Luna promedio no llega al 15%.

  • Eclipses lunares, que se producen cuando la Tierra pasa entre la Luna y el Sol, dejando a la Luna en sombra. Esto sólo puede pasar en fase llena, y la Luna toma un color rojizo, por la luz que le llega al ser dispersada por la atmósfera.

  • Luz cenicienta, se produce en todos los ciclos, en los días próximos a la luna nueva (antes y después), en los que se ve una Luna muy fina, pero se aprecia el contorno entero de la Luna gracias a la luz del Sol que la Tierra refleja sobre ella.

En las imágenes vemos la diferencia de una superluna con una luna normal (Wikipedia), un eclipse lunar con su tono rojizo (Wikipedia) y una luna creciente donde la luz cenicienta permite ver el contorno completo, incluso en un día nublado (F. Santos, 2021).

La Luna es un lujo para el observador aficionado, porque cada día ofrece un aspecto distinto, para observarla o fotografiarla. ¡Espero que esta guía os ayude a disfrutarla!