Desde que tengo memoria siempre tuve claro que quería ser mamá y profesora…muy pequeña sentaba alrededor de la mesa del comedor a todos mis peluches y muñecas y les enseñaba lo que había aprendido en la escuela. Pero ¿violinista o músico? jamás pasó por mi mente. ¡Pura casualidad! Recuerdo el día en que llegó la profesora Ligia al salón de séptimo grado y dijo: “Las que vayan a la audición para la escuela de música pueden presentar el examen de ciencias la próxima clase…”
Cuando me gradué como violinista de la Universidad de Antioquia siempre tuve claro que quería hacer una maestría pero no sabía en que. Los borradores que tenía de las cartillas, mi amor por la docencia, entre otros motivos me impulsaron a hacer en Educación.
Aunque tenía muy claro sobre qué iba a hacer mi tesis había algo que no me cuadraba y era los dibujos de mis cartillas, pues eran una mezcla de algunos hechos por mí, por mi mamá, por mis estudiantes y otros encontrados en libros y en internet… pero faltaba un toqué especial, color, vida y originalidad que sabía que yo no podía dar. Un día revisando el Facebook me encontré con una publicación “Dibujos de Corazón” de Julián García, el muchacho que toca viola en la Escuela de Boston, y pensé: “Esto es lo que necesito”.
Para enseñar a interpretar un instrumento a los niños, el docente debe de ser consciente que el pensamiento infantil es diferente, pues el desarrollo cognitivo es el resultado de la maduración del organismo y de la influencia del entorno, y la inteligencia es una adaptación. Las funciones son invariables y las estructuras variantes, es decir, que van cambiando a medida que el organismo se desarrolla. Por lo tanto, el docente debe contribuir acertadamente en las estructuras que desea enseñar y brindar un entorno positivo para el aprendizaje.
El célebre psicólogo infantil Jean Piaget definió una secuencia de cuatro etapas o periodos del desarrollo cognitivo por las que pasan los seres humanos. La primera, sensorimotor (entre los 0-2 años) la segunda, preoperacional (entre los 2-7 años), la tercera, operaciones concretas (entre los 7-11 años) y la última etapa, operaciones formales (entre los 11-15 años).
MusiColor Cartillas está enfocada en la tercera etapa operaciones concretas en la cual los niños comienzan a pensar de manera lógica ante los objetos físicos, pero sólo pueden aplicar su pensamiento lógico a objetos y acontecimientos concretos y visibles, es decir, tienen dificultades para procesar información abstracta e ideas hipotéticas que sean contrarias a la realidad que ellos conocen.
En este periodo, los niños se convierten en seres cada vez más capaces de pensar en objetos físicamente ausentes, apoyados en imágenes vivas de experiencias pasadas; es entonces cuando surgen las operaciones matemáticas. Además de esto, pueden formar jerarquías entre los objetos y comprender la inclusión de clase en los diferentes niveles de una estructura. También pueden hacer comparaciones manejando mentalmente y al mismo tiempo: la parte, o subclase, y el todo, o clase superior.
Los niños son felices saltando, jugando, bailando, cantando, etc., y la música es el vehículo que permite transportar tal felicidad, contribuyendo a modelar el desarrollo mental, emocional, social y físico; y proporcionándoles el entusiasmo y las habilidades que necesitan para aprender por sí mismos. Ellos pueden comprender instintivamente el lenguaje musical; sus vibraciones físicas, estructuras organizadas, seductores ritmos y sutiles variaciones interaccionan con la mente y el cuerpo de diversas formas, alterando de manera natural el cerebro.
La música clásica favorece la educación integral de los niños porque aumenta la capacidad de atención, memoria y concentración; mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y de razonamiento complejos; introduce a los niños a los sonidos y significados de las palabras; brinda la oportunidad para que interactúen entre sí y con los adultos; y estimula la creatividad y la imaginación infantil.
En el proceso educativo, la música desarrolla la parte lógica, discursiva y conceptual de la razón. Este fenómeno sonoro abre un mundo de experiencias y significados en los niños, permitiéndoles recorrer un maravilloso camino sensorial sonoro hasta su representación gráfica en los signos del lenguaje musical, proporcionándoles importantes destrezas intelectuales que facilitan la elaboración de conceptos.
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