I. El Ministerio de Jesús y sus Discípulos
Durante su vida, Jesús llevó a cabo una importante labor conocida como su “ministerio”. Este ministerio no fue simplemente enseñar unas cuantas lecciones, sino más bien una forma de vivir y actuar que mostraba amor, justicia y cercanía hacia todas las personas, sin importar su origen o situación. Según los Evangelios, Jesús inició esta etapa pública tras ser bautizado por Juan el Bautista en el río Jordán. En este acontecimiento, narrado por ejemplo en Mateo 3:13-17, se presenta la aprobación de Dios a la misión de su Hijo. Desde entonces, Jesús empezó a anunciar un mensaje de esperanza, salvación y paz, afirmando que el Reino de Dios estaba cerca.
II. ¿Qué significa el “ministerio” de Jesús?
El “ministerio” de Jesús es el período en el que se dedicó a enseñar, sanar y acompañar a las personas. No se limitó a un lugar o a un tipo concreto de gente, sino que buscó a todos: ricos, pobres, enfermos, extranjeros. Por ejemplo, al sanar enfermos (Marcos 2:1-12) o al comer con personas de reputación dudosa (Mateo 9:10-13), Jesús demostraba su preocupación por cada ser humano, mostrando que el valor de una persona no depende de su posición social o de su pasado, sino de su dignidad como hijo o hija de Dios.
III. La elección de sus discípulos
Para transmitir su mensaje, Jesús invitó a algunas personas a seguirlo de cerca. Estos seguidores más cercanos se conocen como “discípulos”. La elección de los primeros discípulos aparece en Mateo 4:18-22: eran pescadores sencillos, hombres sin una educación especial, pero con un corazón dispuesto a aprender. De esta forma, Jesús enseñaba que todos podían ser parte de su misión, independientemente de su nivel cultural, clase social o profesión.
Los discípulos aprendían de Jesús escuchando su palabra y observando sus acciones. Así comprendían que ser discípulo no era solo conocer unas normas, sino imitar su manera de vivir: su respeto por todos, su sensibilidad hacia el sufrimiento ajeno y su deseo de justicia.
IV. Enseñanzas y ejemplos concretos
La labor ministerial de Jesús se basaba en estar cerca de la gente y en explicar realidades profundas con historias sencillas llamadas parábolas. Una de las más conocidas es la del “Buen Samaritano” (Lucas 10:25-37), en la que un hombre de otra cultura y religión ayuda a un herido a la orilla del camino, mientras otros, supuestamente más cercanos, pasan de largo. Con esta historia, Jesús muestra que lo más importante es el amor al prójimo, sin importar sus orígenes ni creencias.
Además, Jesús enseñaba que todos somos igualmente valiosos ante Dios. Por ejemplo, al hablar con la mujer samaritana (Juan 4:4-26), alguien que pertenecía a un pueblo con el que los judíos no se relacionaban, Jesús demostró que no existían “barreras” que no pudieran superarse con diálogo y respeto.
V. Un mensaje para todos
Jesús no excluía a nadie. Esto se ve reflejado en su mandato final a sus discípulos: “Id y haced discípulos de todas las naciones” (Mateo 28:19), es decir, compartid el mensaje con todo el mundo. Esta visión de una comunidad inclusiva, en la que todos pueden participar y aprender, conecta con los valores que hoy día promovemos en la educación: inclusión, respeto a la diversidad, colaboración y trabajo en equipo.
La historia de Jesús y sus discípulos nos inspira a ser sensibles a las necesidades de los demás, a valorar las diferencias y a construir una sociedad más justa, donde cada persona tenga su lugar.
Actividades Sencillas
Reflexión en pequeños grupos:
Forma grupos de tres o cuatro alumnos.
Relean la parábola del “Buen Samaritano” (Lucas 10:25-37, que el profesor/a puede resumir).
Cada grupo comenta: ¿Qué valores enseña esta historia? ¿Cómo podemos aplicarlos en el aula y en nuestro entorno?
Mapa mental de los Discípulos:
En una hoja, escribe en el centro: “Discípulos de Jesús”.
A su alrededor, añade palabras que describan sus cualidades: “sencillos”, “aprendices”, “cooperativos”, “generosos”, “cercanos”.
Poned en común vuestras ideas en la pizarra, de modo que todos puedan ver las características que hoy también consideramos importantes en la relación entre compañeros.