Hay otras cuestiones que alientan al estudio de Ecoejes en el territorio, como por ejemplo el problema actual que padece Canarias en cuanto a su dependencia alimentaria: importamos en torno al 90% de los productos que consumimos. Los sistemas agrícolas industriales vinculados a nuestro consumo, están asociados a procesos de deforestación, a lo que hay que sumar las emisiones por transporte de los productos, la energía consumida en refrigeración, los envases y residuos que se generan en las importaciones y la huella ecológica que provocan, con sus repercusiones en el cambio climático global.
Por ello resulta interesante delimitar Ecoejes que incluyan territorios con una buena capacidad agrológica, preferiblemente situados cerca de áreas urbanas, como es el caso del Municipio de La Orotava. De esta forma se podría tratar de fomentar, no sólo una agricultura ecológica con posibilidad de secuestro de CO2 y repercusiones positivas para la salud, sino también de Km 0, es decir, una agricultura que implique la reducción de la cadena de la distribución y la producción de empleo local