JACOB , ¿VENCEDOR DE DIOS?

 

Tal vez el título de este Traz:. implique una blasfemia. Quizá la sola idea de una lucha resulte aún más atrevida, especialmente, tratándose de dos seres legendarios, acaso míticos. Pero sería interesante analizarlo a la luz del Capítulo 32, versículos 23 y ss. del Génesis y, sobretodo, observar la conclusión final:

       «Aquella noche se levantó, tomó a sus dos mujeres con sus dos siervas y a sus once  hijos y cruzó el vado del Yabboq. Les tomó y les hizo pasar también todo lo que tenía.

       Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él hasta rayar el alba.  Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación femoral, y se dislocó el fémur de  Jacob mientras luchaba con aquel. Este le dijo:

 

       -Suéltame que ha rayado el alba.

 

       Jacob respondió:

 

       -No te suelto hasta que no me hayas bendecido.

 

       Dijo el otro:

 

       -¿Cuál es tu nombre?

 

         Jacob, respondió:

 

       - En adelante no te llamarás Jacob sino Israel; porque has sido fuerte contra Dios y  contra los hombres, y le has vencido.

 

       Jacob le preguntó:

 

       - Dime, por favor, tu nombre.

 

       -¿Para qué preguntas por mi nombre? -Y le bendijo allí mismo.

 

       Jacob llamó a aquel lugar Penuel, pues (se dijo): "He visto a Dios cara a cara, y tengo  la vida salva".

       El sol salió así que hubo pasado Penuel. Pero él cojeaba del muslo. Por eso los  israelitas no comen, hasta la fecha, el nervio ciático, que está sobre la articulación del  muslo, por haber sido tocado Jacob en la articulación femoral …».

Pero ¿era él, realmente, Jacob? O, quizás era el otro. Aquel que luchaba consigo mismo por haber hecho tanto mal, especialmente a su hermano Esau al robarle su primogenitura y conseguir una fraudulenta  bendición de Isaac. Sería tal vez la sombra de su madre Rebeca quien prefiriera sin dudar la maldición al urdir este engaño.

Lo cierto es que el hombre tiene en sus manos (y en su conciencia) decidir entre el bien y el mal. Es libre para tomar una decisión. Viene a este mundo para ejercer su libertad y someterse a lo que este don  le depara.

De lo expuesto, resulta que no se trataba de ninguna blasfemia. En realidad, no sólo hubo un vencedor, sino que, incluso, fue bendecido y, finalmente, ungido con un nombre; un nuevo nombre, el que representa a una raza, una tradición, el presente y, quizá, el futuro.

 

Callao, 20 de Septiembre del 2016.

 

Jorge Briceño Miller

M:.M:. Concordia Universal Nº14