Marisol Esperanza es doctora en educación, magíster en administración de instituciones educativas, comunicadora social-periodista. Alumna del postdoctorado en currículum, innovación pedagógica y formación. Actualmente se desempeña como directora del Centro de Excelencia Docente aeiou de UNIMINUTO, Colombia. Profesora en universidades nacionales y extranjeras. Conferencista en países de Latinoamérica y Europa. Miembro de la comisión gestora del Plan Decenal de Educación de Colombia 2016-2026. Cuenta con varias publicaciones en revistas científicas y de divulgación académica y es la realizadora del programa educativo Chef E disponible en YouTube.
Para las instituciones de educación, la formación permanente de sus docentes es una prioridad más en esta época en que la incursión de la tecnología se hace presente y su evolución constante insta a los docentes a mantenerse actualizados, no solo en su disciplina sino en las competencias digitales que demanda el mundo cambiante y dinámico de la educación.
En todos los niveles educativos: primaria, secundaria y universidad y en todas las modalidades de estudio: presencial, a distancia con apoyo de tecnología o virtual, el rol que cumplen los docentes es fundamental para un óptimo proceso de enseñanza, aprendizaje y evaluación y para la generación de aprendizajes auténticos y significativos de los alumnos.
En este sentido, si bien el docente se interesa por mejorar su práctica y hacer incursiones en nuevas metodologías de enseñanza, técnicas de evaluación y uso y apropiación de la tecnología, entre otros, la institución juega un papel importante y es el de crear el ambiente y escenarios propicios para sus docentes estén en permanente formación y actualización.
La pandemia que enfrenta el mundo ha desvelado cuan clave es que los docentes estén actualizados porque además de manejar sus conocimientos propios del área o áreas de conocimiento que comparten a diario con sus alumnos, las competencias digitales también forman parte imprescindible de su labor. Esto es innegable y aunque la brecha digital sigue latente es preciso reconocer que, gracias a la tecnología, la Academia siguió a pesar de las dificultades y que esta se convirtió en la alternativa para ayudar a superar la crisis y mantenerse lo más normalmente posible.
La conferencia basa su contenido en una investigación realizada en una maestría virtual, en la que se encuestó a la totalidad de los profesores que prestan sus servicios en este programa sobre aspectos relacionados con la formación docente, por qué resulta fundamental en procesos de calidad y sobre la responsabilidad de las instituciones frente a ésta, haciendo un énfasis especial en la insistencia de formar a los docentes en competencias sociales y competencias digitales. Porque el mundo cambió y la Academia comienza a reflexionar sobre cómo reinventarse desde todos sus actores, incluidos por supuesto sus docentes.
Incluir la tecnología en los procesos educativos forma ahora parte de los planes de desarrollo de las instituciones y para ello es necesario formar a docentes y alumnos, de tal manera que se convierta en un apoyo. Una tecnología con pedagogía en donde los protagonistas del acto educativo la usen y se apropien de ella para su beneficio, sin que ésta sea el centro sino más bien el instrumento, en donde el docente cumpla un papel de mediador y humanizador de esa tecnología acercándose a ella, conservando su protagonismo y posición y teniendo la certeza de que un robot no lo puede reemplazar. Así que se requiere de docentes abiertos al cambio, disruptivos, innovadores y creativos que fortalezcan sus competencias digitales porque este campo avanza y no piensa detenerse y permea a la Academia cada vez más.