P.I.P_IV

Te sigo esperando, aunque sé que no vendrás, te sigo esperando por qué no te he dejado de amar.

Aún recuerdo aquella mañana en tu coche, aquel día que sin conocerte me dijiste que sí, aquella noche en que a tu cama le dimos celos, y arrunchados me protegías del frio de la noche, sin saber que sería mil veces peor el que dejarías en mi corazón, ese día que sin saberlo me estaba enamorando perdidamente de mi perdición, y entrelazadas nuestras piernas salió el sol que nos contemplaba con envidia, pues ni la luna le amaba tanto como yo a ti.

Anhelo el día que regreses y espero paciente a tu llegada, para cambiar de papeles y demostrarte quien manda, jugaremos al esclavo como un día yo lo fui, prisionero de tu amor, de tus engaños y maltratos, prisionero de tus besos y caricias de desprecio.

Cuál esclavo jugando a ser libre, cuál pobre añorando ser rico, cuál enfermo deseando no morir, yo deseaba tenerte a ti. Ahora deseo borrarte de mí, de mis recuerdos, de mi mente y de mi corazón, poder borrar esta espera que solo es mi condena, condena por amarte, amor mío, aun sabiendo que solo eras muerte y que te esperare hasta la misma.

Te sigo esperando, vida mía, te sigo esperando mientras me terminas de matar.