Domingos de tanta luz, de Gabriel Cartaya.

Ediciones SurcoSur, 2019.

El libro Domingos de tanta luz (Ediciones SurcoSur, 2019) del historiador y escritor Gabriel Cartaya es sobre los postreros meses, los últimos veinte domingos, precisamente, del Apóstol de la Libertad Cubana, José Martí. Es un libro seriamente fundamentado en incansable investigación y también realmente acogedor como obra del género no-ficción creativa. Al enfocarse principalmente en el arduo trabajo de Martí en Estados Unidos para orquestar la última guerra de independencia cubana contra España, y en su capacidad organizadora al poder juntar a diversas personas y detalles en EE.UU., Cuba e internacionalmente para apoyar el comienzo de un bien coordinado y financiado levantamiento en 1895, ofrece un retrato sumamente íntimo del espíritu esencialmente indomable de Martí. Por medio de exhaustiva investigación e interpretación, Cartaya ha logrado ingeniosamente recrear o dar ‘voz’ a un sinfín de sus interacciones con camaradas, enemigos y seres queridos en EE.UU., otros locales internacionales y en Cuba. Esto le da al lector una perspectiva sensible e históricamente respaldada sobre este gigante literario y revolucionario, y deja al descubierto sus frecuentes altibajos emotivos, así creando un retrato más humanizado de un hombre cuya estatura en la historia y literatura excede mucho la del vulnerable ser humano que fue.

Asombrosamente, Cartaya basa la complejidad de su tema extrapolando información privada y pública de la correspondencia del mismo Martí, por ejemplo, de sus cartas, telegramas y diarios, y también de las de sus corresponsales personales, por ejemplo, revolucionarios como Máximo Gómez, Antonio Maceo, Enrique Collazo, Manuel Mantilla, Tomás Estrada Palma, etc., y sus seres más íntimamente queridos, por ejemplo, su madre Leonor Pérez Cabrera, Marta Mantilla, Carmen Zayas Bazán y muchos más. La imagen que surge de este material cuidadosamente reconstruido es de un hombre luchando contra inimaginables contrariedades para hacer realidad su sueño de la independencia cubana. Poco a poco, Cartaya magistralmente revela a un Martí que finalmente se da cuenta de que sólo sacrificando su propia vida podrá lograr este deseo, produciendo en el lector el sentido de estar acompañando al patriota durante estas pruebas y tribulaciones privadas, justo hasta el momento de su prematura muerte a la edad de 42 años mientras cumplía con lo que consideraba su máximo servicio para la patria. Al escribir un episodio justo una semana antes del ‘final’, Cartaya, con sus exquisito talento por crear intimidad de trocitos y fragmentos de diarios y cartas, ha sido capaz de infundir la campiña cubana y su corcel con conciencia al personificarlos, para luego describir a Martí a punto de partir en su primera y última incursión bélica:

Para el Maestro no es un lomo de estreno, pues una esquina de campo cubano—en Hanábana de Caimito—lo había visto pasar, con nueve años, en un corcel embridado. Montó en Norteamérica, en América Central y en el Caribe, pero ningún caballo—ni siquiera el brioso dominicano que le prestó en Dajabón su amigo Toño Calderón—, era como éste; ni para el animal, que otros cabalgaron, nació otro montador semejante (99).

Se trata de una lectura muy emocional. Revela la verdadera humanidad de este héroe y ofrece una mirada realmente especial hacia adentro de la mente y el corazón de una gran pensador, escritor, estratega y, sobre todo, patriota—José Martí.

Dra. Kenya Carmen Dworkin y Méndez. Carnegie Mellon University. Pittsburgh, Pennsylvania